ABC Lula participó en el acto en que Rousseff, una economista de 62 años sin ninguna experiencia electoral, fue proclamada candidata del Partido de los Trabajadores (PT) para las presidenciales del próximo 3 de octubre.En su discurso, Lula abundó en las anécdotas personales de su relación con Rousseff, a quien conoció en 2002, durante la campaña que lo llevó por primera vez al poder, en la que participó en las discusiones del programa de Gobierno que ofreció entonces.
Recordó que Rousseff llamó su atención por la firmeza de sus alegatos en la preparación del programa, y también por su enorme preocupación por resolver los problemas energéticos que entonces afrontaba Brasil.
"Me sorprendió esa mujer y la nombré ministra de Minas y Energía" en 2003, dijo Lula, quien dos años después, en medio de escándalos de corrupción que minaron al Gobierno y al propio PT, la designó ministra de la Presidencia, el cargo más poderoso del gabinete.
"No saben lo que es discutir con esta mujer", dijo Lula bromeando con la fama de antipática que acompaña a Rousseff, una mujer de duro carácter, que en la adolescencia se involucró con grupos armados que luchaban contra la dictadura y que pasó tres años en prisión, donde sufrió serias torturas.
Al evocar ese pasaje de la vida de la ahora candidata, Lula se puso serio y advirtió al PT que la oposición, durante la campaña, "posiblemente la acusará de secuestradora y dirá que estuvo presa".
No obstante, acotó que la campaña deberá servir también "para explicar que, en una época, en este país los presos eran los que luchaban por la democracia, la libertad y los derechos humanos".
También valoró el hecho de que Rousseff será la primera mujer con oportunidades reales de llegar al poder en Brasil.
"Mujeres de mi querido Brasil, esta es una oportunidad única para que ustedes se arremanguen las camisas y muestren lo que son y lo que valen", afirmó el presidente, quien subrayó que las mujeres "aún son tratadas como objetos de segunda clase" y que "eso no se cambia con una ley, pero tal vez sí con una elección".
Al comentar el papel de la mujer en la sociedad, Lula confesó sonriente que su vida era mucho más "cómoda" antes de 1980, cuando fundó el PT y empezó a escuchar hablar de "feminismo y derechos".
Dijo que su esposa Marisa, presente hoy en el acto, "comenzó a ponerse politizada y a establecer límites, a plantear las cosas en casa en igualdad de condiciones, y acabó incomodando mi vida, que era mucho más tranquila" sin el feminismo.
Lula también reiteró que Rousseff no será una candidata "tapón" para preparar su posible retorno al poder en 2014.
"Quiero que Dilma gane estas elecciones para que haga un gran Gobierno y sea reelegida dentro de cuatro años", afirmó Lula, quien reiteró que, en política y asuntos electorales, "a rey muerto, rey puesto".
También garantizó que Rousseff representará la continuidad de sus políticas internas y externas.
"Es candidata de un Gobierno que extendió la mano a Evo Morales, a Hugo Chávez y que quiere ayudar a Paraguay. Un Gobierno que sabe que en la relación internacional Brasil debe tender su mano fraterna y solidaria, porque no puede ser una isla de prosperidad rodeada de miserables", afirmó. EFE ed/joc/vv
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