domingo, febrero 21, 2010

La mujer, el medio ambiente y el desarrollo sostenible

(CIMAC).- Hasta 1995, año en que se celebró la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, en Beijing, se comprendió la estrecha relación de la vivencia cotidiana de las mujeres con el medio ambiente, debido a que el Plan de Acción que emanó de la cumbre incorporó el tema de género y políticas ambientales.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) el tema fue incorporado porque se reconoció que la mujer tiene una función fundamental que desempeñar en la preservación de los recursos ambientales y naturales, y en la promoción del desarrollo sostenible.

La mujer tiene la principal responsabilidad en relación con la atención de las necesidades de la familia, su papel es de suma importancia en la determinación de las tendencias del consumo de los bienes comunes y en ese sentido, también incide en la producción y consumo sostenible.

La Plataforma de Acción identificó la necesidad de lograr la participación activa de la mujer en la adopción de decisiones relativas al medio ambiente en todos los niveles y de incorporar una perspectiva de género en todas las estrategias orientadas al desarrollo sostenible.

En los objetivos estratégicos planteados en la sección K del capítulo IV “La mujer y el medio ambiente” de la Plataforma de Acción se señalan medidas que deben adoptar los gobiernos, en todos los niveles, incluidas las autoridades municipales. Las medidas eran referentes al trabajo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), organizaciones no gubernamentales y gobiernos nacionales.

Entre dichas medidas la ONU se comprometía a promover la participación de la mujer e incluir una perspectiva de género en la elaboración, la aprobación y la ejecución de proyectos financiados y a cargo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial y otras organizaciones dependientes de las Naciones Unidas.

Ello con el objetivo de alentar el diseño de proyectos administrados por mujeres, establecer estrategias y mecanismos para aumentar la proporción de mujeres que participan como dirigentes, planificadoras, administradoras, científicas y asesoras técnicas en el diseño, desarrollo y ejecución de políticas y programas para la ordenación de recursos naturales y la protección y conservación del medio ambiente.

También se diseñaron las medidas que deberían de implementar los gobiernos, entre ellas integrar las perspectivas y conocimientos de las mujeres en la adopción de decisiones en materia de ordenación sostenible de los recursos, y en la formulación de políticas y programas de desarrollo sostenible, particularmente los destinados a atender y prevenir la degradación ambiental.

Asimismo, están obligados a evaluar las políticas y programas desde el punto de vista de su repercusión sobre el medio ambiente y de la igualdad de acceso y de utilización por la mujer de los recursos naturales. De ser necesario elaborar una estrategia de cambio para eliminar todos los obstáculos que impiden la participación plena y equitativa de las mujeres.

Finalmente, las organizaciones internacionales, no gubernamentales y las instituciones del sector privado debían lograr la participación de la mujer en las industrias de la comunicación, a fin de aumentar los conocimientos sobre los temas ambientales, en particular sobre las repercusiones de los productos, tecnologías y procesos industriales sobre el medio ambiente y la salud.

También es obligación de los medios apoyar las iniciativas de las mujeres consumidoras mediante la promoción de la comercialización de alimentos orgánicos y servicios de reciclado, además de información sobre productos relacionados.

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