“Los derechos básicos que logramos las feministas no se aplican a las mujeres que viven con vih, Algunas mueren en la puerta de los quirófanos. Es un escándalo. Tendríamos que estar manifestándonos en las calles”, dice contundente la socióloga mexicana Eugenia López Uribe. Durante la Conferencia Mundial de Sida que se realizó en julio en Viena, López Uribe presentó las conclusiones de un trabajo que pretende acercar al movimiento feminista y a las mujeres positivas. Ideas para pensar y aportar al encuentro de mujeres diversas.
Por Silvina Molina/ Urbanas en RedEl ‘Global Village’ fue el espacio destinados a las organizaciones sociales en la 18º Conferencia Mundial de Sida. Hubo un área para mujeres, fácil de ubicar entre los cientos de stands, porque sólo había que identificar los corpiños y bombachas colgadas de sogas en uno de los corredores (foto). Allí se repartió el preservativo femenino, y se enseñó cómo usarlo; se entregaba folletería de casi todo el mundo relacionada con sida y mujeres y se debatían distintas temáticas. Una especialmente provocadora del debate: feminismo y mujeres positivas.
Eugenia López Uribe, coordinadora general de la ong mexicana Balance, presentó los resultados un trabajo de investigación realizado en ocho países de América, que se basó en entrevistas para conocer el estado del acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva de las mujeres que viven con vih, y en la relación que existe entre el movimiento feminista y el movimiento de mujeres positivas. Los testimonios los recogió entre representantes gubernamentales, de la sociedad civil, referentes de la Comunidad Internacional de Mujeres Viviendo con vih/sida (ICW), y feministas.
P: -¿Qué tipo de relación hay entre el feminismo y las mujeres que viven con vih?
López Uribe: -La realidad es complicada. El movimiento de mujeres busca atender todas las agendas que están relacionadas con ellas, con base en la discriminación de género que sustenta el sistema patriarcal. Esa es una realidad que nos afectan a todas. Y también hay un reconocimiento de que a todas nos afecta de distinta manera, que hay un respeto por la diversidad, pero es difícil reconocer los movimientos independientes en un contexto mucho más amplio. Creo que en la región de Latinoamérica y el Caribe es muy claro en el tema de la ecología, donde hemos hecho muy pocas cosas desde la perspectiva de género, y son los grupos de hombres los que han dominado ese tema.
En el tema de vih pasa algo parecido, porque las mujeres feministas lo teníamos relacionado con la diversidad sexual, entonces era el movimiento lésbico el que estaba más cerca y el que se aproxima al movimiento del vih. Las feministas siempre habían hecho como un punto y aparte de lo que era diversidad sexual, y de lo que era vih, con la idea de que sólo afectaba a los hombres.
- ¿Se incluye entonces la realidad de las mujeres viviendo con vih en la agenda feminista?
- Según nuestra experiencia, ha sido muy difícil que las feministas entiendan al vih como algo más que usar condones. Está esta idea de que hay que usar condón, incorporar el condón femenino, integrar los servicios de salud reproductiva y el vih -lo que es volver a reconocer que es una enfermedad de transmisión sexual- pero hay otros retos que no se identifican.
Por ejemplo, cuando se especializan los servicios de salud en vih para que estén libres de estigma y discriminación –cosa que aún no logramos-, los servicios se planean desde el punto de vista de las necesidades de los hombres. Todos los avances del feminismo en salud sexual y reproductiva: consentimiento informado, acceso a planificación familiar, acceso al PAP…. derechos básicos que creemos que ya hemos logrado, no se aplican a las mujeres con vih.
Los servicios no tienen ginecólogos especializados, no se les ofrece planificación familiar a las mujeres positivas porque hay un estigma de que se tiene que acabar la vida sexual de las mujeres con vih, el estigma de que se acaba la vida reproductiva. Y sin embargo no se les ofrecen métodos, sólo condones; pero si la oferta no está acompañada del acceso a condones en el número y la magnitud que una persona lo necesita, entonces no se está haciendo nada.
- No hay capacitación para el personal de salud
- No hay capacitación en perspectiva de género, no se atiende la interrelación entre cáncer cérvico-uterino, cáncer de mama… la mujer tiene que ir a distintos servicios para tener un diagnóstico completo.
- Total tenemos tiempo…
- Se sigue con la idea de que las mujeres pueden pasarse el día recorriendo médicos. Ahora me atienden la parte de mi cuerpo con vih, y en otro lugar me atienden en salud reproductiva. No hay interrelación en el cuerpo de las mujeres.
- ¿Por qué considerás que estos debates no se dan dentro del feminismo?
- No lo han visto cerca, y está la idea de que ya estamos haciéndolo. La idea “que ellas se sumen, son partes de nosotras, las cosas que nos afectan a todas, también les afectan a ellas”… pero en realidad estamos retrocediendo peor que en los años ‘70
- ¿Por qué?
- Las mujeres con vih mueren afuera de los quirófanos esperando que un médico tenga la amabilidad de atenderlas porque vive con vih. Si identifican que están embarazadas, le colocan una inyección para que aborten, sin preguntarles. Esas cosas son un escándalo. Las feministas tendríamos que estar en la calle denunciando que se den estas situaciones en pleno 2010. Pero no lo vemos, es como que les pasa a otras, y creo que tiene que ver con que las mujeres con vih -que han tenido que salir a la calle a dar la cara-, son las más vulnerables, las que tienen menos recursos, las que pelean día a día con el médico para que las trate bien. Las que tienen más recursos, más educación y viven con vih, no dan la cara. Entonces creo que en el feminismo hay una distinción de clases y eso lo sentimos mucho. Y el movimiento de vih lo ha identificado claramente.
- Hecho el diagnóstico ¿Cómo se puede avanzar en el encuentro?
- En articulación con el movimiento feminista. Hicimos un mapeo político sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres con vih, y entrevistamos a feministas de México, Guatemala, Perú, Nicaragua, Colombia, Paraguay, Bolivia y Honduras. Fue un desafío, porque cuando pedíamos las entrevistas la primera respuesta era “yo no sé nada del tema”. Hay como un distanciamiento. Pero cuando logramos hablar con ellas, fueron muchas las que reconocieron que no se han dado cuenta de esta separación. Es importante.
Las reflexiones de las feministas que han podido sensibilizarse en el proceso de las entrevistas, han girado en torno a la necesidad de incorporar el tema dentro de la agenda; sin embargo, es apenas un primer paso para que se empiecen a involucrar.
- ¿Qué acciones están desarrollando a partir de la investigación que hicieron?
- Nosotras estamos promoviendo el diálogo entre los dos movimientos. Por un lado, fortaleciendo el discurso feminista entre las mujeres con vih, y por el otro, sensibilizando a las feministas sobre la importancia de incorporar dentro de la agenda la salud sexual y reproductiva de las mujeres con vih.
De la misma manera, hemos estado haciendo un esfuerzo para incorporar la integración de la salud reproductiva y el vih en base a las cuatro prioridades identificadas por UNFPA y ONUSIDA en Glion 2005: prevención del vih en mujeres, prevención de embarazos no deseados entre mujeres con vih, prevención de la transmisión perinatal del vih, y salud integral para las mujeres y sus familias.
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