El 22 de abril de 1970, el senador norteamericano Gaylord Nelson instituyó el Día Mundial de la Tierra, como resultado de una preocupación colectiva por el daño ocasionado al planeta, y los problemas que éste conlleva. La finalidad era establecer responsabilidades y tomar cartas en el asunto.
La participación en aquella ocasión fue extensa, escuelas, organizaciones civiles y medios de comunicación se unieron de manera voluntaria con la intención de crear una conciencia ecológica en común. A 29 años de la primera celebración, esta inquietud sigue vigente, y diversas organizaciones civiles han nacido con el objetivo de proteger el planeta que habitamos.
La participación en aquella ocasión fue extensa, escuelas, organizaciones civiles y medios de comunicación se unieron de manera voluntaria con la intención de crear una conciencia ecológica en común. A 29 años de la primera celebración, esta inquietud sigue vigente, y diversas organizaciones civiles han nacido con el objetivo de proteger el planeta que habitamos.
La presencia de las mujeres en el cuidado de la tierra no se ha quedado atrás, y es fundamental visto desde cualquier ángulo, además de que representan 50 por ciento de los habitantes del planeta son mujeres.
En los últimos años, las mujeres han adquirido un papel bastante activo en el cuidado de la tierra. El surgimiento del ecofeminismo es una respuesta a la preocupación de las mujeres por alcanzar un cambio en las relaciones entre hombres y mujeres, y la relación de ambos con la ecología.
De acuerdo con las ecofeministas, la característica biológica de las mujeres para gestar y crear vida, les permite tener un mejor contacto, entendimiento e identificación con la naturaleza.
Además de acuerdo con Vandana Shiva, representante del ecofeminismo, el feminismo y el ecologismo tienen objetivos comunes, como la igualdad de derechos y la abolición de jerarquías.
Además, suelen ser las mujeres las que se ven más afectadas por los problemas ocasionados por la falta de un desarrollo sustentable, siendo así, las que mejor comprenden los efectos de los daños a la tierra.
Tomando en cuenta estos puntos de vista, la perspectiva femenina juega un rol fundamental en la protección del medio ambiente y en la búsqueda de un desarrollo sustentable, que es uno de los temas más importantes de la agenda mundial.
Sin embargo, los hacedores de políticas en el mundo son en su mayoría hombres, y esta no es una excepción cuando hablamos de políticas ambientalistas.
Es por esta razón que en los últimos años ha surgido un movimiento ambientalista con sensibilidad de género.
De acuerdo con Ulrike Roehr directora de GENAnet, organización alemana que promueve esta tendencia, este movimiento pretende “enfrentar los problemas ambientales con una visión más amplia, que considere una diversidad de percepciones, actitudes y tácticas, que establezca medidas de prevención en lugar de medidas a posteriori, y que se base en objetivos comunes y medidas que se complementan unas a otras, significa la participación activa de mujeres y de hombres y conlleva una mayor aceptación de las medidas propuestas.”
En la actualidad existen diversas organizaciones de mujeres que buscan la protección del medio ambiente y que actúan desde diversas plataformas, organizaciones que promueven la conciencia ecológica a través de la adquisición de ciertas medidas en los hogares u oficinas, hasta movimientos que buscan tener injerencia en la toma de decisiones y la elaboración de políticas ambientales, con una perspectiva femenina.
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