martes, junio 07, 2016

Venezuela se respeta

Lidia Falcón

Público Alba, una camarada de Siero, ¡será posible, en la cuenca minera!, me escribe un mensaje: “El viernes 13 el Ayuntamiento de Siero con su alcalde del PSOE a la cabeza invitó con dinero municipal y agasajó a Leopoldo López padre, y que en desacuerdo un nutrido grupo de gente nos concentramos ante el Ayuntamiento, al que no se podía acceder por impedirlo una barrera policial. “El individuo homenajeado, con la sola excepción de IU y Somos, que estaban fuera, salió al balcón a provocar a los manifestantes, y de resultas de ello se fraguó una intensa campaña, que se continúa este jueves, en un pleno donde pretenden: Reprobar al concejal portavoz de SOMOS por manifestarse, cambiar las normas de todos los Consejos para intentar expulsarnos a los colectivos que no aplaudimos el desaguisado o “por portar un megáfono” en la concentración.

Anular un homenaje que ya estaba dos veces aprobado a Berta Cáceres, que resulta así doblemente víctima. “Y … cambiar las bases del premio de DDHH, para que “una persona” en vez de un colectivo, pueda recibirlo…siendo su candidato antes de tiempo, anunciado en los medios… Leopoldo López.” Recuerdo que el año pasado encontré en Caracas al escritor argentino Atilio Borón, reputado comentarista en la prensa latinoamericana, que había escrito que “Venezuela era el Stalingrado de la izquierda, porque allí se está dirimiendo ahora el triunfo o la derrota del socialismo”. Y así es.

El triunfo electoral de Hugo Chávez en 1999 correspondía al hartazgo del pueblo venezolano de haber sido maltratado, esquilmado y engañado durante más de un siglo, y especialmente bajo los mandatos de los partidos del Pacto del Punto Fijo. Chávez y el gobierno que le siguió procedieron a iniciar el cambio del reparto de la riqueza. Las medidas sociales y económicas que se implantaron se han hecho en beneficio de las clases trabajadoras.


Nadie, ni siquiera esa clase media egoísta que únicamente quiere tener divisas para comprar en Estados Unidos, niega que en los diecisiete años de gobierno bolivariano se han construido cientos de miles de viviendas sociales, cientos de miles de escuelas, de hospitales, de ambulatorios, de supermercados de precio controlado. Se ha construido la Universidad Simón Bolívar para dar acceso a las carreras superiores a los trabajadores que nunca ingresaban en ellas. Se consiguió mantener en el país una parte de los ingresos del petróleo, esquilmados hasta aquel momento por las grandes compañías. A la vez, y eso es lo que más emocionaba cuando lo decían, había devuelto la dignidad a su pueblo, con la participación directa en las Comunas y los Consejos Comunales. Es una consigna popular el dicho “Venezuela se respeta”.


Al mismo tiempo, llevó adelante importantísimas iniciativas de unión y cooperación de los países latinoamericanos para liberarse del yugo del imperio estadounidense. Apoyó la cooperación en América del Sur y el Caribe y jugó un papel decisivo en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, el Banco del Sur y la red de televisión regional TeleSUR.

Ni el imperio de USA ni la oligarquía venezolana, se lo podían perdonar. A pesar de mantener su dominio económico y mediático, (ver mi artículo del 14 de julio 2014). Así, en los primeros meses de 2014, lanzaron una ofensiva violenta contra el gobierno, liderada por el hoy “mártir” Leopoldo López que llevó a sicarios y mercenarios a incendiar escuelas, guarderías infantiles, hospitales, universidades, incluso instalaban alambres en los árboles para que peatones y motoristas fueran degollados. 47 muertos e innumerables heridos se cuentan en estos meses y 15.000 millones de dólares de pérdidas.

En esas “guarimbas” participaron cientos de personajes violentos, fanáticos o comprados, pagados y liderados por Leopoldo López y otros secuaces, y sin embargo en prisión únicamente hay 70. A partir de ese momento, la campaña desenfrenada que se ha organizado internacionalmente por los esbirros y sicarios del capital internacional, con los medios de comunicación vendidos a él, no tiene medida. En marzo de 2015, el propio Barak Obama hizo público un comunicado en el que afirmaba que Venezuela era un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. Felipe González y Alberto Rivera, con otros de su pelaje, están defendiendo a la corrupta y criminal oligarquía venezolana.

Pero, además… ¿Quién es ese hoy gran defensor de derechos humanos, Leopoldo López? Un personaje de la ultraderecha desde la juventud, que incitaba a acciones callejeras contra la presidencia de Chávez. López alcanzó el cénit en su vehemente actividad política cuando se produjo el golpe de Estado que pretendió derrocar al presidente Hugo Chávez en 2002. Leopoldo encabezó la marcha de la oposición hacia el Palacio de Miraflores, residencia oficial del presidente, que terminaría ocasionando la muerte de decenas de personas.

Cuando él y los conspiradores antichavistas creyeron que con el secuestro de Chávez la asonada había triunfado definitivamente, López participó en el intento de linchamiento del entonces ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín. La causa judicial que se abrió contra él por su violenta participación en la tentativa de acabar con la vida del ministro sería sobreseída posteriormente, gracias a una amnistía general promulgada en 2007 por el presidente Chávez.

Pero las andanzas de López no se limitaron a las actividades conspirativas o violentas en contra de un gobierno legítimamente constituido por la decisión democrática del pueblo venezolano. En el 2008, Leopoldo López fue inhabilitado por la Contraloría General, por corrupción como asesor de la estatal de “Petróleos de Venezuela”. En 2011, la Contraloría lo inhabilitó nuevamente por tres años, hasta 2014, por el desvío de recursos públicos, siendo alcalde de Chacao (2000-2008).

Leopoldo López, sin embargo, no ha sido juzgado y condenado por crear, financiar y dirigir las guarimbas en general, sino por su instigación pública al asalto e incendio de la sede del Ministerio Público y de quienes allí se encontraban, en el momento que instó a sus correligionarios a su allanamiento y destrucción.

La campaña organizada por el capital internacional ha tenido sobre todo un objetivo: hundir la economía venezolana, como en Chile. En Venezuela, los cinco grandes sectores de la producción, imprescindibles para mantener la sociedad: la alimentación, el vestido y el calzado, material higiénico y cosméticos, productos farmacéuticos y sanitarios, y la transformación y el transporte del petróleo, siguen en manos privadas. Las grandes corporaciones, que tienen el monopolio de la producción, esconden los productos para producir el desabastecimiento de la población de los elementos más necesarios, La operación para bajar los precios del petróleo, que ha llevado a graves problemas financieros a Venezuela y a Rusia, principales enemigos del Departamento de Estado de EEUU, ha ocasionado la situación de emergencia económica que están sufriendo esos países.

Lo que no confiesa ninguno de los políticos españoles que se escandalizan cada día por la “dictadura” bolivariana, y amparan y defienden, incluso con lágrimas como Alberto Rivera, a un criminal como Leopoldo López. Al que ahora el Ayuntamiento de Siero, socialista, va a dar el premio de Derechos Humanos.

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