Mayra García Cardentey - Red Semlac.-
Las investigaciones en materia
de género y comunicación se han triplicado en los últimos años en Cuba.
Resulta una verdad alentadora, pues, al parecer, los medios aprenden a
mirarse desde un enfoque más participativo.
Según una pesquisa reciente, la Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana realizó, en los últimos dos años, más de diez
tesis relacionadas con los estudios de género, similar cantidad a la
alcanzada de 1987 al 2007. Con esto pudiéramos pensar que los intereses
institucionales y científicos por abordar estas nociones se multiplican.
Sin embargo, este incremento cuantitativo no se traduce en un cambio
sustancial en las políticas de comunicación si se parte de la propia
idea de que gran parte de las investigaciones abordan cuestiones
descriptivas, sin trascender al plano más propositivo y estratégico.
La realización en diciembre del Encuentro Internacional de
Investigadores e Investigadoras de la Comunicación (ICOM 2015), aportó
una mirada al desarrollo de este campo en la isla. Proponemos aquí un
repaso por las líneas temáticas más interesantes, teniendo en cuenta que
este evento bianual es el más relevante encuentro de la comunicología
en la isla y uno de los más sobresalientes del Caribe.
LO NOVEDOSO...
ICOM 2015 fue diverso en su acápite dedicado al género. Abundaron los
análisis de los procesos y discursos comunicativos y el creciente
interés por una mirada feminista descolonial y preocupada por los
vínculos entre género, raza y clase.
Esta visión multifactorial cada vez va cobrando mayor fuerza como en
los recientes acercamientos al tópico. Si a las cuestiones de género se
le añaden otras categorías inherentes a la opresión como la raza, la
clase o las prácticas sexuales, identificamos colectivos sobre los
cuales recaen múltiples formas de dominación.
Se identifican así preocupantes matrices de subyugación, en tanto el
género se percibe como un sistema complejo de estructuras de hegemonía
múltiples y simultáneas.
Proponer una asunción integral de la categoría género que renuncie a
una mirada desde la burguesía y la occidentalidad, es uno de los logros
teóricos de este campo de estudio.
Varias ponencias de ICOM abordaron este tipo de debates, con el
análisis de la representación de las mujeres indígenas en los medios
ecuatorianos y el activismo comunicacional de mujeres negras en Brasil.
Otros temas versaron sobre el lenguaje sexista, el empleo
indiscriminado del masculino genérico y las distorsiones lingüísticas
generadas ante un tratamiento desigual en función del género. El trabajo
“Estereotipos de mujer y liderazgo. La imagen de Camila Vallejo en el
diario chileno Las Últimas Noticias” de la Dra. Pamela Romero Lizama,
brindó un análisis al sexismo y a la discriminación a la cuál se
enfrentan mujeres líderes, especialmente de movimientos
contrahegemónicos.
Diversos acercamientos también relacionaron la igualdad de género con
el conocimiento científico y técnico y con el consumo audiovisual
deportivo. No faltaron aproximaciones a los emisores de las noticias y
hubo mayor presencia de áreas no tradicionales para el análisis.
Entre lo más significativo del evento figuró la tesis “Construcción
social de género en el discurso periodístico. ¿Qué y cómo se investiga
en la Universidad de La Habana?”, de la MsC. Ileana González López.
Sobre esas mismas pautas seguimos indagando sobre lo sucedido en el
encuentro, que puede servirnos como un muestreo de lo que se investiga
en Cuba, Latinoamérica y el mundo sobre género y comunicación.
LO REPETITIVO...
Las investigaciones presentadas desde Cuba resultaron en su mayoría
trabajos de corte comunicológico, centrados en emisores y mensajes. Se
aprecia un creciente interés en percibir cómo se construye el discurso
periodístico. Sin embargo, predominaron los estudios descriptivos, con
escasos abordajes al público receptor, los canales emisores y la
retroalimentación del mensaje. Por otra parte, existe una carencia de
propuestas estratégicas. Entre todas las propuestas, solo hubo un
ejemplo de investigación participativa, pero su muestra de estudio era
poco significativa cuantitativamente.
En este aspecto, “Síguenos, seremos más” de la licenciada en
periodismo Zulema Tanquero Herrera fue la portadora del cambio ya que
centró su objetivo en un proceso de aprendizaje grupal y participativo.
Llevado a cabo con 12 jóvenes de la Escuela Taller “Gaspar Melchor de
Jovellanos”, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el
estudio muestra un avance sustantivo al proponer y demostrar que la
educación popular constituye una metodología de trabajo efectiva para
abordar cuestiones de género y transformar construcciones sociales
estereotipadas.
Los demás trabajos mostraron resultados reiterativos pues enumeran
las carencias mediáticas en temas de igualdad de género. Según estas
investigaciones, en los medios cubanos abunda la representación
estereotipada de roles de género. También, las mujeres están en segundo
plano en los medios de comunicación, y las representaciones de lo
femenino siguen todavía bajo el mandato patriarcal...
Los tópicos esenciales manejados en las diferentes investigaciones se
repiten: una y otra vez se examina al género y su relación con el
discurso, los temas, el enfoque, las estrategias discursivas, los
protagonistas, el sexismo en el lenguaje y las representaciones
sociales.
Son tantos los regresos a lugares comunes dentro de la teorización
sobre el asunto que sin leer la tesis ya se puede vislumbrar sus
conclusiones.
EL CAMBIO...
Cada vez las denuncias al imperialismo estético patriarcal resultan
más abrumadoras y contundentes, todavía los estudios se centran más en
análisis cualitativos de contenidos y procesos, sin profundizar en un
aporte modificador y propositivo de forma real.
La situación no es nueva en sí, y se sabe hace años, siglos: las
mujeres son marginadas y subpresentadas y en las noticias los hombres
aparecen más como fuentes informativas o protagonistas del hecho.
Pero, ¿qué hacemos ante esto? Salvo en las recomendaciones —muchas
reiterativas y poco novedosas—, no existen proposiciones serias y
profundas que generen el cambio deseado. Muchos y muchas investigadoras
se enfocan en el qué, cuando ya la historia y la sociedad trascendieron
esa frontera y andan pidiendo con urgencia el cómo.
Y todavía son pocas, escasas las exploraciones que insisten en
estrategias, planes de acción, líneas editoriales u otros modos para la
transformación.
Es sabido que existe la necesidad de una mayor y mejor capacitación
para los y las profesionales en deporte y cultura, que faltan las
fuentes paritarias y la inclusión de nuevas voces en las secciones de
opinión. Pero, uno termina extrañando en las recomendaciones de los
trabajos académicos una propuesta de posgrado para las y los periodistas
especializados. Falta también un programa de capacitación para
directivos y directivas de prensa en función de una gestión comunicativa
eficiente en materia de equidad. ¿Dónde está esa estrategia
comunicativa que otorgue de una perspectiva más inclusiva a un medio de
prensa? ¿Qué hay de un plan de acciones para la creación de espacios con
enfoque de género, o al menos un manual de estilo conceptualizado desde
una paridad entre hombres y mujeres? Todas estas son propuestas
necesarias de desarrollar en Cuba.
Vale recalcar que las mujeres seguimos siendo mayoría entre los y las
que estudian temas de género en el país. No hemos podido superar esa
propia distinción. Pero la inclusión también debería estar presente en
la composición de los y las estudiosas del tema. De esta manera nos
cuidaremos de crear guetos o nichos académicos exclusivos que
reproduzcan la discriminación inversa.
El qué ya está dicho e investigado en múltiples variantes. Es hora de
un cambio para proponer y aplicar en los estudios sobre género y
comunicación en Cuba. Esperemos que los próximos encuentros académicos
multipliquen los cómos.
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