AmecoPress. Un sector de mujeres feministas está realizando una campaña llamada #burkamutila, a favor de la prohibición del uso del burka a los espacios públicos; el gobierno de la Generalitat se está planteando prohibir el burka bajo el argumento de la seguridad ciudadana. Pero la Federación de Organizaciones Feministas ha emitido un pronunciamiento en el que pide que la prohibición del uso de la prenda no se efectúe en su nombre ni en el de la libertad.
“Nos parece importante remarcar que desde los feminismos es difícil justificar una liberación obligatoria (concepto contradictorio en si mismo) de ninguna mujer. Mujeres a las que, además, dudamos que se les haya preguntado nada, dado que se las victimiza y no se los reconoce una voz propia”, explica la Federación acerca de un debate que ya se produjo en 2010, en el proceso de las elecciones del momento.
“Es cierto que las que escribimos esto no llevamos burka, ni tampoco tacones de aguja, ni mantellines para entrar a misa, ni pantalones que no nos dejan respirar bien -a veces si-“, aclaran las feministas. “Las que escribimos esto trabajamos para erradicar todo aquello que suponga una limitación en nuestra libertad, un control de nuestros movimientos, de nuestro cuerpo”.
Pero, aclaran, estas reivindicaciones se realizan siempre “desde el respecto a la voz, la decisión y el proceso personal de cada mujer, sin victimizarnos”. En todo caso, insisten, “estemos alerta por si alguna mujer, cualquier mujer, necesita del apoyo otras mujeres para salir de una situación de violencia, si es el caso. Y estemos alerta también para sentir las voluntades y los deseos de las mujeres que no son como una misma”.
Las feministas aclaran que “no quieren la prohibición del burka” y se plantan frente a “las imposiciones, vengan de donde vengan: del marido, de la izquierda, de la derecha, de los gobiernos, de las religiones, de las modas o de las amigas que nos quieren salvar”. Y sentencian: “Queremos derecho a decidir, autonomía sobre el propio cuerpo, relaciones libres e igualitarias, y una mayor mediación femenina en el mundo”.
Y si el argumento de la “seguridad” está realmente en el fondo de este debate (cosa que dudan), “qué decir de un Estado (catalán, español o de todo el mundo) que desconfía sistemáticamente de la ciudadanía?”, argumenta la Federación en el comunicado. “El hecho es que unos gobiernos cada vez menos democráticos nos tratan de forma cada vez más vigilante, restrictiva y autoritaria”.
La Federación concluye con una advertencia: “Estemos atentas porque este verano, además de la posible prohibición del burka, puede caer sobre todas nosotros como una gran losa la reforma del Código Penal”.
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