Enrique Torres
PL Sonia Montaño, directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)Santiago de Chile, 8 nov (PL) La aceptación de la mujer en la toma de decisiones dentro de los sistemas políticos prevalece como uno de los grandes desafíos para la igualdad de género en América Latina y el Caribe.
El tema está latente en los debates que tienen lugar aquí entre ministras, viceministras y otras funcionarias de países de la región, con miras a la XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se efectuará en República Dominicana, en octubre de 2013.
En entrevista con Prensa Latina, la directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Sonia Montaño, consideró que si se hace un análisis sociológico, sería perceptible que la presencia de las mujeres en la toma de decisiones es muy bien aceptada a nivel comunitario, social, popular e incluso regional.
"Donde se tranca el tema, en general, es en el sistema político", consideró la funcionaria, tras precisar que en muchos países donde las mujeres alcanzaron niveles importantes fue gracias a las leyes de cuotas.
En su opinión, esta medida ha sido una acción positiva que ha permitido lo que se aplica para otros estamentos, pero que en el caso de las mujeres genera prejuicio.
"Por ejemplo, en muchos sistemas políticos de América Latina los senadores tienen cuotas, porque representan a regiones independientemente de la cantidad de personas que vivan en ellas, y eso nunca se ha cuestionado", recordó Montaño.
Sin embargo -precisó la experta- cuando empezó la ley de cuotas en Argentina y luego se extendió a otros países, el principal argumento que se utilizó para oponerse a eso fue que no era meritocrático.
"Está comprobado que en países como Chile, donde hubo una mujer Presidenta, donde había un gabinete paritario, y ahora mismo se ven varias ministras y miembros del poder legislativo y local, la presencia de las mujeres en los niveles de poder no alcanza al 10 por ciento", comentó la alta funcionaria de la Cepal.
De acuerdo con Montaño, resulta claro que el obstáculo está en el sistema político, y particularmente en la cultura de los partidos, que tienen una participación en la democracia, pero que no tienen democracia interna.
"No puede haber democracia interna si no hay presencia de las mujeres", enfatizó la directora.
También consideró lesivo a la igualdad de oportunidades la postura de las iglesias que se han opuesto a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
"La evidencia la presenta el Fondo de Población en un estudio donde muestra claramente que si las mujeres no tienen libertad reproductiva, para poder determinar el número de hijos que desean tener, en el momento que los quieren tener, si las mujeres no están libres de violencia, difícilmente van a ser ciudadanas comprometidas y trabajadoras eficientes", reflexionó.
La investigadora insistió en que si una mujer tienes detrás de sí a una familia que cuidar, a veces más numerosa de lo que ella hubiese deseado, y en situaciones donde no hay participación ni del Estado ni de las parejas para ayudar a la educación y crianza de los hijos, claramente va a disminuir su productividad.
Sin embargo, Montaño reconoció que a nivel comunitario se observan sectores religiosos que apoyan la participación de las féminas, no así las jerarquías políticas y eclesiásticas.
El tema central de la Conferencia Regional, que tendrá por sede Santo Domingo en 2013, será el empoderamiento económico de las mujeres y las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en el marco de la sociedad de la información.
En lo referente a las llamadas TIC, la especialista de la Cepal consideró que la brecha fundamental no se observa en el acceso de mujeres y hombres, sino entre naciones.
"Lo que separa es el acceso a la banda ancha de Internet, o sea los países que tienen banda ancha y los que no tienen, ahí existe una brecha tecnológica que además condiciona naturalmente la situación de los ciudadanos, pero en el caso particular de la mujeres las somete también a una brecha cultural", comentó Montaño.
La funcionaria, autora y coautora de varios estudios, entre ellos Políticas públicas e institucionalidad de género en América Latina (1895-2010), calificó de interesantes algunas experiencias, que a pesar de las limitaciones, se observan en comunidades indígenas.
Tales son los casos en Cuzco, Perú; en Chiapas, sur de México, y en zonas indígenas aymaras en Bolivia, donde las mujeres han logrado aprovechar las TIC para un mejor acceso a la comercialización, y a fin de cuentas viabilizar sus exportaciones.
"De hecho hay historias muy famosas de artesanas en comunidades indígenas que vendían tejidos valiosísimos a precios muy bajos, cuando llegaba el turismo, pero ahora, gracias a las TIC exportan sus productos a países que tienen mayor capacidad de compra", señaló.
Empero, estos buenos ejemplos -subrayó Montaño- son como de generación espontánea, buenas ideas que la Cepal tratará de visibilizar.
Pero los estudios muestran que no existen políticas gubernamentales que fomenten estas iniciativas.
Los expertos de la Cepal han revisado los planes de información y comunicación de muchos países de la región y ninguno tiene una referencia clara a la necesidad de establecer políticas de género.
"Algunos hacen una referencia, dicen que van a presentar un estudio, pero todavía las políticas se formulan de manera neutral, y nosotros sabemos que cuando no hay una cosa explícita a favor de las mujeres, ellas son olvidadas", enfatizó.
La funcionaria anunció que el departamento que dirige trabaja con la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la Cepal, para que el nuevo órgano que se creará para las TIC integre en su agenda la igualdad de género.
"Y la integre como algo transversal, no solo en el empleo de las TIC, sino también en las políticas públicas, que deben orientar a que más mujeres accedan a la ciencia y la tecnología", apostilló Montaño.
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