Género con Clase Para los militantes que hacen parte por el socialismo, existen ciertos principios que deben guiar su accionar político, una ética que debe ser inflexible aunque la táctica y la estrategia varíen de acuerdo al desarrollo de la lucha. Por tanto, para los y las socialistas no vale esa doble moral tan presente en la sociedad capitalista, esa discriminación, intolerancia e irrespeto que se desarrollan en las sociedades escindidas para justificar la explotación y opresión de diversas clases y sectores sociales.
En este sentido, históricamente la izquierda revolucionaria se ha venido sumando a la lucha contra toda forma de discriminación por origen étnico, racial, por razón del género u orientación sexual. Es así como los y las socialistas se han venido constituyendo como sujetos políticos anticapitalistas, antiracistas, antipatriarcales, antimachistas, antihomofóbicos. Mientras el fascismo y la derecha en general, reivindicó para si un discurso y una praxis de “superioridad racial”, de reservar a las mujeres el papel de madres-esposas, y considerar la homosexualidad como una patología social (aunque muchos cuadros del fascismo son homosexuales reprimidos), el movimiento socialista y comunista reivindicó la igualdad en derechos y oportunidades de todo el conjunto de la humanidad.
Ahora bien, para lograr este nivel de apertura y comprensión de las diversas formas de discriminación, las fuerzas de izquierda han tenido que superar progresivamente un conjunto de prejuicios heredados de la vieja sociedad, en el camino se han cometido errores, pero se ha impuesto la voluntad por construir sociedades donde el respeto a la diversidad este siempre presente. En el caso del enfoque de los revolucionarios y las revolucionarias sobre el tema de la diversidad sexual, más alla de la época gloriosa de la Revolución Bolchevique, se mantuvieron fuertes prejuicios practicamente hasta bien avanzado el siglo XX; en la URSS, China o Cuba, se impusieron criterios anticientíficos como que la diversidad sexual era un problema de la infiltración de la ideología burguesa o pequeño-burguesa, por lo cual eran pertinentes sistemas de reeducación.
En este sentido, históricamente la izquierda revolucionaria se ha venido sumando a la lucha contra toda forma de discriminación por origen étnico, racial, por razón del género u orientación sexual. Es así como los y las socialistas se han venido constituyendo como sujetos políticos anticapitalistas, antiracistas, antipatriarcales, antimachistas, antihomofóbicos. Mientras el fascismo y la derecha en general, reivindicó para si un discurso y una praxis de “superioridad racial”, de reservar a las mujeres el papel de madres-esposas, y considerar la homosexualidad como una patología social (aunque muchos cuadros del fascismo son homosexuales reprimidos), el movimiento socialista y comunista reivindicó la igualdad en derechos y oportunidades de todo el conjunto de la humanidad.
Ahora bien, para lograr este nivel de apertura y comprensión de las diversas formas de discriminación, las fuerzas de izquierda han tenido que superar progresivamente un conjunto de prejuicios heredados de la vieja sociedad, en el camino se han cometido errores, pero se ha impuesto la voluntad por construir sociedades donde el respeto a la diversidad este siempre presente. En el caso del enfoque de los revolucionarios y las revolucionarias sobre el tema de la diversidad sexual, más alla de la época gloriosa de la Revolución Bolchevique, se mantuvieron fuertes prejuicios practicamente hasta bien avanzado el siglo XX; en la URSS, China o Cuba, se impusieron criterios anticientíficos como que la diversidad sexual era un problema de la infiltración de la ideología burguesa o pequeño-burguesa, por lo cual eran pertinentes sistemas de reeducación.
Afortunadamente muchos de estos prejuicios vienen siendo superados, por lo cual el machismo, la homofobia y el racismo son cada vez más rechazados por las fuerzas de izquierda a nivel mundial, estas prácticas cada vez más son vistas como anacrónicas, típicas de las fuerzas de derecha más cavernarias.
Por esta razón, para nosotros es preocupante que muchos camaradas del proceso bolivariano, incluyendo algunas fíguras públicas, vienen centrando sus ataques al candidato de la derecha en el hecho de si este es maricón o lo vieron en la calle haciendo un acto lascivo, es decir, algunos camaradas estan usando los argumentos más conservadores e incovenientes para atacar a un candidato que a todas luces se le puede atacar por muchas otras razones más sustanciales.
Capriles debe ser atacado políticamente porque es el candidato del imperialismo, del paquete neoliberal, de la antipatria, del antidesarrollo, de la burguesía, porque es un personaje fascistoide y antipopular, ahi se ha centrado la argumentación del Comandante Chávez, y ese planteamiento es correcto porque es coherente con una política anti-imperialista, anti-capitalista, una política que expresa los intereses históricsos de los trabajadores y trabajadoras de Venezuela, de América Latina y el Caribe.
Por otro lado, atacar a Capriles por su orientación sexual solamente, es contraproducente, porque sería practicamente afirmar que no tiene aristas negativas a señalar. Y por otro lado es un argumento tan pueril y vacuo que no tiene incidencia social signficativa, ejemplo de ello, es que el actual gobernador de Carabobo ha sido señalado por su supuesta orientación sexual desde hace muchos años y eso no ha impedido que gane elecciones.
Finalmente, lo más esencial es que la homofobia no es un argumento de los revolucionarios y las revolucionarias, es un discurso y práxis de derecha de la peor calaña. Debemos vencer los prejuicios si de verdad estamos decididos a construir el socialismo, como sociedad más justa e incluyente, los sectores de la diversidad sexual que apoyan el Proceso Bolivariano no esperan menos de nosotros.
luis_educara@hotmail.com
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