Elena Ibarra
Aporrea En el mundo, ya se ha vuelto una cotidianidad darle connotaciones especiales a determinados días, algunas ocasiones, de esencia simplemente capitalista, donde lo importante es malgastar en regalos que en algunos casos paran en cualquier basurero, o en el mejor de los casos tendrán una corta vida útil; objetos maquillados de “afectos”, así se vende más; ejemplo de esos días son: El día de las madres, del padre, del niño, de la secretaria, etc.; otros son de corte social como el día del ambiente (05 de junio), Día mundial del agua (22 de Diciembre), o el día de la Tierra (12 de junio), entre tantos otros.
Sin embargo, algunos de estos días, son en verdad emblemáticos, pues se instituyeron como consolidación de luchas incansables y tesoneras, tal es el caso de la conmemoración del 08 de marzo, donde Clara Zetkin, acompañada de su compañera Kathy Duncker, solicita en el marco de la “II Conferencia Internacional para mujeres Socialistas en 1910, Copenhague; se instituya éste como el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, más tarde connotado como “Día Internacional de la Mujer”.
Y es precisamente, uno de esos días de singular importancia, el que conmemoramos el 25 día noviembre, como el “Día Internacional de la no violencia contra la Mujer”, el cual responde a la lucha cifrada por las y los activistas de todo el mundo, quienes desde 1981, o quizás mucho antes, pero que por esos avatares sociales, no fueron registrados en los anales de la historia, han abogado por la “No conculcación de los derechos de la mujer”, como un acto más reivindicación social, que coadyuvará en pro de la minimización de la violencia de género, pues las formas de violencia son lastimosamente lacerantes y variadas; un inhumano accionar que se pasea por una gama de situaciones que van desde la más subliminal herida, al dañó más encarnizado, o la irreparable muerte.
En verdad, no es cuestión de escandalizar, es la cruda realidad, el día a día de una sociedad que no logra minimizar los niveles de violencia contra la mujer; de tal manera que cifras como las señaladas a continuación nos llevan a reflexionar sobre nuestro accionar, pensando muy en serio, ¿Qué estamos haciendo?.
Uno de estas cifras está referido a nuestro hermano país del Ecuador, donde según la Defensoría del Pueblo, para 2010 alrededor de 83.000 mujeres al año sufrieron de algún tipo de violencia física, psicológica o sexual, lo que supone que siete mil mujeres al mes son agredidas y 230 por día. En Colombia la cuestión no es menos grave, de tal manera que según la oficina nacional del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM, 26-11-2010), cada minuto 6 mujeres son agredidas en Colombia, y esos actos constituyen una de las violaciones de derechos humanos más extendidas en el país, sin contar con los problemas estructurales de las desplazadas y desplazados, producto de la profunda crisis que vive dicho país desde hace más de 60 años.
En México, la situación no es menos preocupante, pues según María del Rocío García Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), “más del 67 por ciento de las mujeres mayores de 15 años, han padecido alguna vez violencia en el hogar, por parte de sus parejas o familiares, en la comunidad, el trabajo y la escuela", lo cual se agrava si mencionamos los “feminicidios en Ciudad Juárez" y "las muertas de Juárez", lo que me lleva a citar parte de un informe señalado por América Latina Libre y en paz, titulado “¿Hasta Cuándo?. Las muertas de Juárez. 20 años y contando”, el cual afirma que
En Ciudad Juárez desaparecen mujeres y no se vuelve a saber más de ellas, a menos que sus raptores decidan hacer aparecer sus cuerpos sin vida y con evidencias claras de haber sido brutalmente torturadas y asesinadas, violadas de manera tumultuaria y arrancadas partes de su cuerpo o quemadas. Las víctimas son mujeres jóvenes y de origen humilde, en su mayoría, son raptadas, mantenidas en cautiverio y sujetas a una feroz violencia sexual antes de ser asesinadas y dejadas en lotes abandonados. Todo parece indicar que estas jóvenes son seleccionadas por sus victimarios por ser mujeres sin ningún poder en la sociedad.” (2010. http://nuestrashijasderegresoacasa.blogspot.com/, recup.20-10-2011.)
Otras fuentes afirman que en el mundo, el 25% de las mujeres son violadas en algún momento de su vida, y dependiendo del país, de un 25 a un 75% de las mujeres son maltratadas físicamente en sus hogares de forma habitual; sin embargo cifras exactas no tenemos, quizás porque no todas las mujeres violentadas denuncian a su agresor, o porque en el mundo se invierte más en otros asuntos y se resta importancia a este tipo de problemas; olvidando que cada día van mermando a nuestras familias física y psicológicamente; y si bien es cierto que este día está en estrecha relación con aquel aciago acontecimiento suscitado en nuestro hermano país de la República Dominicana, no es menor cierto, que es urgente concientizar a quienes detentan el poder, pues se hace urgente políticas más efectivas que coadyuven en la defensa y concientización de hombres y mujeres, acerca de la NO VIOLENCIA.
En nuestro país los índices de violencia contra la mujer, no son menos preocupantes que en otras latitudes, pero lamentablemente tampoco tenemos cifras reales y actualizadas, ni siquiera cifras aproximadas, sólo alegres declaraciones que o bien muestran un país irrealmente desprovisto de violencia de género, o con un aumento desmesurado de ella; y ello es grave, pues al no tener ideas claras del problema, no podemos atacarlo con propiedad. Por otro lado, hay que reconocer que se han elaborado instrumentos que coadyuvan en dicha lucha, tal es el caso de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; incluso los tribunales de Violencia contra la mujer, que se han creado en todo el país; pero el problema de la Violencia contra la Mujer requiere de mayor atención, pues al violentar a la mujer dañamos la familia, al entorno, e incluso a miembros externos, pero cercanos sentimentalmente a ellos.
Es así como, en el marco del Sentipensamiento de los pueblos, es necesario recordar también a quienes luchando por la consecución de un mundo mejor, dieron sus vidas, me refiero a las hermanas Mirabal, “las Mariposas”, como se les conocía, por ser este el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía Trujillista; Patria Mercedes (la mayor), nacida en 1924; María Argentina Minerva, en 1926 y Antonia María Teresa del 1936, quienes un 25 de noviembre de 1960 fueron objeto de un brutal asesinato por oponerse a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo; motivo que llevó a la República Dominicana y sesenta (60) países más, solicitar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que se conmemorara este día como “El Día Internacional contra la no Violencia”.
Luego para 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como
todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada.
Por lo que reiteramos, se han realizado acciones en pro del resguardo de los derechos de la mujer, pero el problema es endémico, por lo cual requiere que la lucha se intensifique y todas y todos, trabajemos en pro de la concienciación a cerca del ejercicio de la NO VIOLENCIA, de mano del poder popular y estatal, no podemos cegarnos ante la realidad social, pues ésta se revierte de pieles de corderito, debemos erradicar anomias como el machismo en las mujeres, la falta de sororidad, la ofensa, la calumnia, y en fin todo tipo de violencia, pues quienes ejercen este tipo de acciones, son un daño para la sociedad.
ibarraelena@gmail.com
Doctora
Una Comunista
Valencia
Aporrea En el mundo, ya se ha vuelto una cotidianidad darle connotaciones especiales a determinados días, algunas ocasiones, de esencia simplemente capitalista, donde lo importante es malgastar en regalos que en algunos casos paran en cualquier basurero, o en el mejor de los casos tendrán una corta vida útil; objetos maquillados de “afectos”, así se vende más; ejemplo de esos días son: El día de las madres, del padre, del niño, de la secretaria, etc.; otros son de corte social como el día del ambiente (05 de junio), Día mundial del agua (22 de Diciembre), o el día de la Tierra (12 de junio), entre tantos otros.
Sin embargo, algunos de estos días, son en verdad emblemáticos, pues se instituyeron como consolidación de luchas incansables y tesoneras, tal es el caso de la conmemoración del 08 de marzo, donde Clara Zetkin, acompañada de su compañera Kathy Duncker, solicita en el marco de la “II Conferencia Internacional para mujeres Socialistas en 1910, Copenhague; se instituya éste como el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”, más tarde connotado como “Día Internacional de la Mujer”.
Y es precisamente, uno de esos días de singular importancia, el que conmemoramos el 25 día noviembre, como el “Día Internacional de la no violencia contra la Mujer”, el cual responde a la lucha cifrada por las y los activistas de todo el mundo, quienes desde 1981, o quizás mucho antes, pero que por esos avatares sociales, no fueron registrados en los anales de la historia, han abogado por la “No conculcación de los derechos de la mujer”, como un acto más reivindicación social, que coadyuvará en pro de la minimización de la violencia de género, pues las formas de violencia son lastimosamente lacerantes y variadas; un inhumano accionar que se pasea por una gama de situaciones que van desde la más subliminal herida, al dañó más encarnizado, o la irreparable muerte.
En verdad, no es cuestión de escandalizar, es la cruda realidad, el día a día de una sociedad que no logra minimizar los niveles de violencia contra la mujer; de tal manera que cifras como las señaladas a continuación nos llevan a reflexionar sobre nuestro accionar, pensando muy en serio, ¿Qué estamos haciendo?.
Uno de estas cifras está referido a nuestro hermano país del Ecuador, donde según la Defensoría del Pueblo, para 2010 alrededor de 83.000 mujeres al año sufrieron de algún tipo de violencia física, psicológica o sexual, lo que supone que siete mil mujeres al mes son agredidas y 230 por día. En Colombia la cuestión no es menos grave, de tal manera que según la oficina nacional del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM, 26-11-2010), cada minuto 6 mujeres son agredidas en Colombia, y esos actos constituyen una de las violaciones de derechos humanos más extendidas en el país, sin contar con los problemas estructurales de las desplazadas y desplazados, producto de la profunda crisis que vive dicho país desde hace más de 60 años.
En México, la situación no es menos preocupante, pues según María del Rocío García Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), “más del 67 por ciento de las mujeres mayores de 15 años, han padecido alguna vez violencia en el hogar, por parte de sus parejas o familiares, en la comunidad, el trabajo y la escuela", lo cual se agrava si mencionamos los “feminicidios en Ciudad Juárez" y "las muertas de Juárez", lo que me lleva a citar parte de un informe señalado por América Latina Libre y en paz, titulado “¿Hasta Cuándo?. Las muertas de Juárez. 20 años y contando”, el cual afirma que
En Ciudad Juárez desaparecen mujeres y no se vuelve a saber más de ellas, a menos que sus raptores decidan hacer aparecer sus cuerpos sin vida y con evidencias claras de haber sido brutalmente torturadas y asesinadas, violadas de manera tumultuaria y arrancadas partes de su cuerpo o quemadas. Las víctimas son mujeres jóvenes y de origen humilde, en su mayoría, son raptadas, mantenidas en cautiverio y sujetas a una feroz violencia sexual antes de ser asesinadas y dejadas en lotes abandonados. Todo parece indicar que estas jóvenes son seleccionadas por sus victimarios por ser mujeres sin ningún poder en la sociedad.” (2010. http://nuestrashijasderegresoacasa.blogspot.com/, recup.20-10-2011.)
Otras fuentes afirman que en el mundo, el 25% de las mujeres son violadas en algún momento de su vida, y dependiendo del país, de un 25 a un 75% de las mujeres son maltratadas físicamente en sus hogares de forma habitual; sin embargo cifras exactas no tenemos, quizás porque no todas las mujeres violentadas denuncian a su agresor, o porque en el mundo se invierte más en otros asuntos y se resta importancia a este tipo de problemas; olvidando que cada día van mermando a nuestras familias física y psicológicamente; y si bien es cierto que este día está en estrecha relación con aquel aciago acontecimiento suscitado en nuestro hermano país de la República Dominicana, no es menor cierto, que es urgente concientizar a quienes detentan el poder, pues se hace urgente políticas más efectivas que coadyuven en la defensa y concientización de hombres y mujeres, acerca de la NO VIOLENCIA.
En nuestro país los índices de violencia contra la mujer, no son menos preocupantes que en otras latitudes, pero lamentablemente tampoco tenemos cifras reales y actualizadas, ni siquiera cifras aproximadas, sólo alegres declaraciones que o bien muestran un país irrealmente desprovisto de violencia de género, o con un aumento desmesurado de ella; y ello es grave, pues al no tener ideas claras del problema, no podemos atacarlo con propiedad. Por otro lado, hay que reconocer que se han elaborado instrumentos que coadyuvan en dicha lucha, tal es el caso de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; incluso los tribunales de Violencia contra la mujer, que se han creado en todo el país; pero el problema de la Violencia contra la Mujer requiere de mayor atención, pues al violentar a la mujer dañamos la familia, al entorno, e incluso a miembros externos, pero cercanos sentimentalmente a ellos.
Es así como, en el marco del Sentipensamiento de los pueblos, es necesario recordar también a quienes luchando por la consecución de un mundo mejor, dieron sus vidas, me refiero a las hermanas Mirabal, “las Mariposas”, como se les conocía, por ser este el nombre secreto de Minerva en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía Trujillista; Patria Mercedes (la mayor), nacida en 1924; María Argentina Minerva, en 1926 y Antonia María Teresa del 1936, quienes un 25 de noviembre de 1960 fueron objeto de un brutal asesinato por oponerse a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo; motivo que llevó a la República Dominicana y sesenta (60) países más, solicitar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que se conmemorara este día como “El Día Internacional contra la no Violencia”.
Luego para 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se definió la "violencia contra la mujer" como
todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada.
Por lo que reiteramos, se han realizado acciones en pro del resguardo de los derechos de la mujer, pero el problema es endémico, por lo cual requiere que la lucha se intensifique y todas y todos, trabajemos en pro de la concienciación a cerca del ejercicio de la NO VIOLENCIA, de mano del poder popular y estatal, no podemos cegarnos ante la realidad social, pues ésta se revierte de pieles de corderito, debemos erradicar anomias como el machismo en las mujeres, la falta de sororidad, la ofensa, la calumnia, y en fin todo tipo de violencia, pues quienes ejercen este tipo de acciones, son un daño para la sociedad.
ibarraelena@gmail.com
Doctora
Una Comunista
Valencia
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