La Araña Feminista teje la red de colectivos de mujeres socialistas de Venezuela. Este es un espacio reflexivo e informativo sobre nuestras luchas y conquistas. La unión de nuestras voces construye el socialismo feminista.
JESÚS SILVA R. / La Araña Feminista
La prostitución es un negocio lucrativo donde quienes más ganan no son quienes exponen su cuerpo, sino grupos que dirigen una perversa comercialización del sexo.
Esta industria delictiva es, por ahora, incomprendida por el Derecho Penal, que castiga sólo a quienes trasladan de un lugar a otro a las personas que prestan servicio sexual (tráfico de personas), instalan sitios para la prostitución (trata de personas) o al simple proxeneta.
La urgencia de que la legislación se adecue es evidente ante el elenco de tipos penales que en la práctica se interconectan con esta industria de explotación de seres humanos; pues tratantes, traficantes, proxenetas y clientes despliegan conductas diferenciadas, pero nunca divorciadas, pues no hay oferta de sexo sin demanda.
La conducta típica específica de los clientes de la prostitución es pagar por sexo, al dar dinero fomentan que la gente se prostituya o sea víctima de explotadores. Por esto propusimos a finales de 2010 a la Asamblea Nacional un nuevo Código Penal con el tipo siguiente:
“Toda persona que a cambio de la entrega de dinero, bienes u otra retribución, o valiéndose del ofrecimiento de éstos, obtenga para sí o para un tercero, un acto de naturaleza sexual con otra; será castigada por la compra de servicio sexual con multa de no menos de 300 unidades tributarias o con arresto hasta por un mes si la conducta es habitual. La autoridad podrá imponer que dicha pena se cumpla en una casa de trabajo o mediante la prestación de un servicio en alguna empresa de utilidad pública, donde se le oriente en materia de Derechos Humanos con perspectiva de género”.
Ni siquiera entre gente adulta este oficio es una relación privada al margen de factores como la falta de educación para el desarrollo sano, la discriminación basada en género o la cosificación sexual, de allí que la solución para la gente prostituida es la reinserción social, pues (sea como medio de subsistencia o por mero interés de lucro) incurren en autolesión contra su libertad sexual y ello las hace víctimas exentas de castigo.
La prostitución no es sinónimo de las mujeres que la ejercen, es un fenómeno social que involucra a un conjunto de personas y que está marcada por las estructuras económicas y sociales que la sostienen.
1 comentario:
Estoy de acuerdo totalmente con tu escrito y te invito a ver lo que yo tambien expresé en mi blog, con respecto a este escabrosao tema.
Saludos.
http://ysupais.blogspot.com/2011/08/siempre-pagando-el-mas-debil.html
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