Indira Carpio Olivo
Un demonio desfila por la pasarela roja rojita. Asusta a algunos autonombrados revolucionarios, quienes consumen sus neuronas en un monosilábico ¡BAH! para acompañar el grito de guerra más reciente de los izquierdosos de vitrina venezolanos: “el feminismo pasó de moda”.
Usted leyó bien y si, tiene razón, si, si y si. Éste es otro error garrafal en las filas de los recién investidos zurdos. Lo que ocurre se lo deben a ese terrible monstruo que se pasea como Pedro por su casa: la ignorancia y no a la posible falta de conocimientos académicos, sino a la poca cercanía a la sabiduría popular, que se niegan a ingerir como si les ocasionara una reacción alérgica a una fórmula médica.
Personas cercanas al ingenioso y a la creativa del nuevo eslogan de la burocracia venezolana piden encarecidamente no revelar su nombre, pero para más señas, la responsable es la misma organización que le preguntó al Poeta del morralito (1) qué tipo de canciones cantaba, para luego argumentar que su música no era del género Necesario para celebrar el bicentenario de la independencia nacional... Toda una resistencia al remedio llamado respeto.
Asímismo, esta institución de la revolución rechazó la participación de colectivos feministas en un foro (que al final no se llevó a cabo) con el nombre Mujer de hoy, eufemismo que ocultaba el verdadero tema: Belleza y mujer. Sus voceros dijeron llevar al encuentro un representante del sector de los negocios de estéticas femeninas, para que hablase sobre la emancipación de la mujer y su relación con el 200 aniversario de las luchas patrias contra el yugo del imperio español (¿?).
Cualquier comentario o sugerencia... guárdeselo porque nunca es tiempo para la crítica, “ahora no es el momento”, “no le de herramientas al enemigo”, “le hace un favor a la derecha”, mucho menos es tiempo para atender quejas de malpagados de la CIA. Las taquillas para recibir sus reclamos abren a las 2:00 AM y bajan la santamaría a las 2:45 AM. Traiga copias de cualquier cosa, serán necesarias. Tenga en cuenta que será denominada feminista, ultrosa, radical y comunista (como si esto fuera un insulto), en resumen usted será una bruja.
Para algunas y algunos, ser feminista es una cosa del pasado y el adjetivo es sinónimo de cabeza caliente, hembrista, lesbiana, amargada, cuaima y crítica (2), todos adjetivos OUT para estar de moda, ser popular o no ser una luser.
Incluso, hay mujeres que se apresuran a aclarar que comparten la lucha pero no se asumen del gremio, porque formarían parte del “estereotipo de feminista al uso, esto es, una mujer lesbiana o de dudosa trayectoria sexual o mujer sola, solterona o divorciada de larga duración, seguramente fea o con algún defecto físico, intransigente, negada a escuchar o leer comentario alguno a favor de los hombres”. (3)
Esta versión moderna de la bruja hereje, que suscriben aquellas y aquellos que el feminismo les parece feo, se origina a finales de la segunda guerra mundial y constituye la etiqueta difundida por el poder en la discriminación de las personas por razones de sexo, para “continuar obteniendo mano de obra barata en el campo laboral y mano de obra gratuita en los hogares. Mientras más desprestigiadas estén las lideresas que trabajan por la igualdad con los hombres, menos fácil será que se identifiquen con ellas la mayoría de las mujeres, las trabajadoras mal pagadas y las amas de casa amarradas al fregadero y la cuna”. (4)
He allí la contradicción entre quienes se asumen “revolucionarios” y creen que una corriente de pensamiento emancipador pasa de moda. Aquellas y aquellos que obtuvieron su licencia como personas de izquierda en una caja de cereal desconocen que el feminismo “es un tipo de pensamiento antropológico, moral y político que tiene como su referente la idea racionalista e ilustrada de igualdad entre los sexos” (5), una ideología que profesan movimientos políticos, culturales y económicos que tiene como objetivo la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
En esta parte de la receta feminista para estar OUT en la moda revolucionaria se incluyen otros ingredientes, con la participación de los colectivos de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Intersexuales y Transexuales, así como campesinas, obreras, afrodescendientes, intelectuales y alguna que otra burócrata (dentro de las cuales me cuento de vez en vez).
En pleno siglo XX, la población femenina sigue siendo el principal blanco de la discriminación sexual, de clase y racial, sigue considerándosele como el sexo débil y aunque en Venezuela 3 de los 5 poderes del Estado está en manos de mujeres, persiste en las instituciones gubernamentales este tipo de acciones.
Las y los feministas cabalgan entre varias historias de lucha, enfrentando al sistema para alcanzar objetivos que las nuevas generaciones asumen como un derecho natural, no sólo el voto, sino -y entre otras reivindicaciones- un salario igualitario, el valor económico del trabajo en el hogar y su respectiva seguridad social para las amas de casa, la maternidad como una opción y no como obligación femenina -por lo tanto la despenalización del aborto-, la protección a la madre trabajadora -a través del resguardo de su empleo, así como la corresponsabilidad social del estado en el cuido de las hijas y los hijos-, igualdad en derechos y deberes para la crianza de la prole, la libertad sexual -en la que puedan decidir qué hacer con su cuerpo-; y la participación política en todos los poderes públicos.
Lo que olvidan las funcionarias y los funcionarios es que el mismo presidente Hugo Chávez se declaró feminista. En lo que recuerden esta declaración del líder, seguramente serán más papistas que el Papa, hasta que el propio mandatario diga lo contrario y salgan a cazar brujas.
Prescripción facultativa:
Si este texto le produce nauseas, piquiña, hinchazón, molestias gástricas o salivación excesiva, suspenda su uso y consulte a su burócrata de bolsillo. Él o ella sabrán cómo hacerle perder su tiempo, le indicarán que IN, es decir lo que está de moda es leer autoayuda.
Para ampliar informaciones:
El Poeta del morralito es un cantautor caraqueño, de música crítica al sistema, poeta y de vez en cuando predicador: http://elpoetadelmorralito.blogspot.com/
La crítica, de pronombre femenino, es un ser de otro mundo, con muchos ojos, muchas lenguas y que los “revolucionarios” han dado muerte a la muy maldita en nombre de cristo cristificado.
ESPINA, Gioconda, Las feministas de aquí, p-1
Ibid, p-2
AMORÓS, Celia (1997). Tiempo de feminismos, Madrid, Editorial Cátedra.
Un demonio desfila por la pasarela roja rojita. Asusta a algunos autonombrados revolucionarios, quienes consumen sus neuronas en un monosilábico ¡BAH! para acompañar el grito de guerra más reciente de los izquierdosos de vitrina venezolanos: “el feminismo pasó de moda”.
Usted leyó bien y si, tiene razón, si, si y si. Éste es otro error garrafal en las filas de los recién investidos zurdos. Lo que ocurre se lo deben a ese terrible monstruo que se pasea como Pedro por su casa: la ignorancia y no a la posible falta de conocimientos académicos, sino a la poca cercanía a la sabiduría popular, que se niegan a ingerir como si les ocasionara una reacción alérgica a una fórmula médica.
Personas cercanas al ingenioso y a la creativa del nuevo eslogan de la burocracia venezolana piden encarecidamente no revelar su nombre, pero para más señas, la responsable es la misma organización que le preguntó al Poeta del morralito (1) qué tipo de canciones cantaba, para luego argumentar que su música no era del género Necesario para celebrar el bicentenario de la independencia nacional... Toda una resistencia al remedio llamado respeto.
Asímismo, esta institución de la revolución rechazó la participación de colectivos feministas en un foro (que al final no se llevó a cabo) con el nombre Mujer de hoy, eufemismo que ocultaba el verdadero tema: Belleza y mujer. Sus voceros dijeron llevar al encuentro un representante del sector de los negocios de estéticas femeninas, para que hablase sobre la emancipación de la mujer y su relación con el 200 aniversario de las luchas patrias contra el yugo del imperio español (¿?).
Cualquier comentario o sugerencia... guárdeselo porque nunca es tiempo para la crítica, “ahora no es el momento”, “no le de herramientas al enemigo”, “le hace un favor a la derecha”, mucho menos es tiempo para atender quejas de malpagados de la CIA. Las taquillas para recibir sus reclamos abren a las 2:00 AM y bajan la santamaría a las 2:45 AM. Traiga copias de cualquier cosa, serán necesarias. Tenga en cuenta que será denominada feminista, ultrosa, radical y comunista (como si esto fuera un insulto), en resumen usted será una bruja.
Para algunas y algunos, ser feminista es una cosa del pasado y el adjetivo es sinónimo de cabeza caliente, hembrista, lesbiana, amargada, cuaima y crítica (2), todos adjetivos OUT para estar de moda, ser popular o no ser una luser.
Incluso, hay mujeres que se apresuran a aclarar que comparten la lucha pero no se asumen del gremio, porque formarían parte del “estereotipo de feminista al uso, esto es, una mujer lesbiana o de dudosa trayectoria sexual o mujer sola, solterona o divorciada de larga duración, seguramente fea o con algún defecto físico, intransigente, negada a escuchar o leer comentario alguno a favor de los hombres”. (3)
Esta versión moderna de la bruja hereje, que suscriben aquellas y aquellos que el feminismo les parece feo, se origina a finales de la segunda guerra mundial y constituye la etiqueta difundida por el poder en la discriminación de las personas por razones de sexo, para “continuar obteniendo mano de obra barata en el campo laboral y mano de obra gratuita en los hogares. Mientras más desprestigiadas estén las lideresas que trabajan por la igualdad con los hombres, menos fácil será que se identifiquen con ellas la mayoría de las mujeres, las trabajadoras mal pagadas y las amas de casa amarradas al fregadero y la cuna”. (4)
He allí la contradicción entre quienes se asumen “revolucionarios” y creen que una corriente de pensamiento emancipador pasa de moda. Aquellas y aquellos que obtuvieron su licencia como personas de izquierda en una caja de cereal desconocen que el feminismo “es un tipo de pensamiento antropológico, moral y político que tiene como su referente la idea racionalista e ilustrada de igualdad entre los sexos” (5), una ideología que profesan movimientos políticos, culturales y económicos que tiene como objetivo la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.
En esta parte de la receta feminista para estar OUT en la moda revolucionaria se incluyen otros ingredientes, con la participación de los colectivos de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Intersexuales y Transexuales, así como campesinas, obreras, afrodescendientes, intelectuales y alguna que otra burócrata (dentro de las cuales me cuento de vez en vez).
En pleno siglo XX, la población femenina sigue siendo el principal blanco de la discriminación sexual, de clase y racial, sigue considerándosele como el sexo débil y aunque en Venezuela 3 de los 5 poderes del Estado está en manos de mujeres, persiste en las instituciones gubernamentales este tipo de acciones.
Las y los feministas cabalgan entre varias historias de lucha, enfrentando al sistema para alcanzar objetivos que las nuevas generaciones asumen como un derecho natural, no sólo el voto, sino -y entre otras reivindicaciones- un salario igualitario, el valor económico del trabajo en el hogar y su respectiva seguridad social para las amas de casa, la maternidad como una opción y no como obligación femenina -por lo tanto la despenalización del aborto-, la protección a la madre trabajadora -a través del resguardo de su empleo, así como la corresponsabilidad social del estado en el cuido de las hijas y los hijos-, igualdad en derechos y deberes para la crianza de la prole, la libertad sexual -en la que puedan decidir qué hacer con su cuerpo-; y la participación política en todos los poderes públicos.
Lo que olvidan las funcionarias y los funcionarios es que el mismo presidente Hugo Chávez se declaró feminista. En lo que recuerden esta declaración del líder, seguramente serán más papistas que el Papa, hasta que el propio mandatario diga lo contrario y salgan a cazar brujas.
Prescripción facultativa:
Si este texto le produce nauseas, piquiña, hinchazón, molestias gástricas o salivación excesiva, suspenda su uso y consulte a su burócrata de bolsillo. Él o ella sabrán cómo hacerle perder su tiempo, le indicarán que IN, es decir lo que está de moda es leer autoayuda.
Para ampliar informaciones:
El Poeta del morralito es un cantautor caraqueño, de música crítica al sistema, poeta y de vez en cuando predicador: http://elpoetadelmorralito.blogspot.com/
La crítica, de pronombre femenino, es un ser de otro mundo, con muchos ojos, muchas lenguas y que los “revolucionarios” han dado muerte a la muy maldita en nombre de cristo cristificado.
ESPINA, Gioconda, Las feministas de aquí, p-1
Ibid, p-2
AMORÓS, Celia (1997). Tiempo de feminismos, Madrid, Editorial Cátedra.
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