AmecoPress/PES. El pasado 31 de mayo Manal Al Sharif fue puesta en libertad tras haber sido encarcelada por conducir en tierras sauditas, acción ésta que no está permitida para las mujeres. Al Sharif, que se encuentra bajo libertad condicional, firmó una declaración donde asumía que no volvería a conducir.
Manal Al Sharif participaba en la campaña de Women 2 Drive (Mujeres al Volante) en la que se reivindicaba el derecho a conducir de las mujeres en Arabia Saudita. A pesar de los estereotipos, en Arabia Saudita existen hombres que animan a sus mujeres a conducir; sin embargo, esta no es la tónica general y, ni mucho menos, el gobierno saudita está a favor de que una mujer se ponga al volante.
Esta trasgresión de las leyes sauditas se ha repetido en otras ocasiones. Ahora, de nuevo, coge fuerza con la campaña Women 2 Drive, extendida ya a las redes sociales del Facebook o el Twitter. Muchos han sido ya los medios de comunicación que han hablado de esta campaña ayudando a difundir la lucha por los derechos de las mujeres, tan castigados en el Reino de Arabia Saudita.
En 1990 un grupo de mujeres quisieron protestar contra la prohibición de conducir que se imponía a las mujeres, para lo que organizaron un desfile de coches conducidos por ellas mismas en la capital saudita. Por entonces, esta práctica todavía no era ilegal pero la prohibición estaba establecida fuertemente en la sociedad como costumbre; sin embargo, después de los hechos, las autoridades terminaron imponiendo a las mujeres la prohibición de conducir a través de varias fatwas, como las fatwas tan controvertidas del sheikh Abdul Mohsen al-Obeikan.
No es el único sheykh que califica a las mujeres musulmanas que quieren conducir al estilo de sus congéneres occidentales como destructoras de la base de su religión que, en el caso de este país es, además, la fuente de derecho y gobierno. En el artículo 7 de su constitución (aprobada en 1992) recoge que el Gobierno de Arabia Saudita se deriva el poder del Santo Corán y la tradición del Profeta. Esto significa que para los sauditas, el mejor gobierno es aquel que hubo en tiempos del profeta Mohamed, tiempos en los que -según algunas interpretaciones- las mujeres no conducían.
Sheikh Khaled Yasem argumenta que las mujeres no deberían conducir por el simple motivo (es el ejemplo que él da) de que si una mujer conductora se viera con el coche averiado en medio de ninguna parte esta tendría que pedir ayuda a un hombre. El hombre tendría que pararse a ayudarla y esto -según el Sheikh Khaled Yasem- es pecaminoso; es absolutamente negativo para la reputación de una mujer que se deje ver en compañía de un hombre desconocido.
Manal fue entrevistada en 2007 por la mbc (el grupo panarabista mbc es el dueño del periódico Al Arabeya). En esta entrevista Manal habla de su trabajo como encargada de IT de una compañía petrolífera bastante importante. Es, además, según la bloguera de Saudiwoman’s Weblog, miembro de la tribu descendiente de la familia del profeta del Islam. Por lo que Manal no es una mujer saudita "cualquiera". ¿Qué habría pasado si una mujer saudí "normal" hubiera desafiado la ley? Seguramente la pena hubiera sido mucho peor.
Manal Al Sharif participaba en la campaña de Women 2 Drive (Mujeres al Volante) en la que se reivindicaba el derecho a conducir de las mujeres en Arabia Saudita. A pesar de los estereotipos, en Arabia Saudita existen hombres que animan a sus mujeres a conducir; sin embargo, esta no es la tónica general y, ni mucho menos, el gobierno saudita está a favor de que una mujer se ponga al volante.
Esta trasgresión de las leyes sauditas se ha repetido en otras ocasiones. Ahora, de nuevo, coge fuerza con la campaña Women 2 Drive, extendida ya a las redes sociales del Facebook o el Twitter. Muchos han sido ya los medios de comunicación que han hablado de esta campaña ayudando a difundir la lucha por los derechos de las mujeres, tan castigados en el Reino de Arabia Saudita.
En 1990 un grupo de mujeres quisieron protestar contra la prohibición de conducir que se imponía a las mujeres, para lo que organizaron un desfile de coches conducidos por ellas mismas en la capital saudita. Por entonces, esta práctica todavía no era ilegal pero la prohibición estaba establecida fuertemente en la sociedad como costumbre; sin embargo, después de los hechos, las autoridades terminaron imponiendo a las mujeres la prohibición de conducir a través de varias fatwas, como las fatwas tan controvertidas del sheikh Abdul Mohsen al-Obeikan.
No es el único sheykh que califica a las mujeres musulmanas que quieren conducir al estilo de sus congéneres occidentales como destructoras de la base de su religión que, en el caso de este país es, además, la fuente de derecho y gobierno. En el artículo 7 de su constitución (aprobada en 1992) recoge que el Gobierno de Arabia Saudita se deriva el poder del Santo Corán y la tradición del Profeta. Esto significa que para los sauditas, el mejor gobierno es aquel que hubo en tiempos del profeta Mohamed, tiempos en los que -según algunas interpretaciones- las mujeres no conducían.
Sheikh Khaled Yasem argumenta que las mujeres no deberían conducir por el simple motivo (es el ejemplo que él da) de que si una mujer conductora se viera con el coche averiado en medio de ninguna parte esta tendría que pedir ayuda a un hombre. El hombre tendría que pararse a ayudarla y esto -según el Sheikh Khaled Yasem- es pecaminoso; es absolutamente negativo para la reputación de una mujer que se deje ver en compañía de un hombre desconocido.
Manal fue entrevistada en 2007 por la mbc (el grupo panarabista mbc es el dueño del periódico Al Arabeya). En esta entrevista Manal habla de su trabajo como encargada de IT de una compañía petrolífera bastante importante. Es, además, según la bloguera de Saudiwoman’s Weblog, miembro de la tribu descendiente de la familia del profeta del Islam. Por lo que Manal no es una mujer saudita "cualquiera". ¿Qué habría pasado si una mujer saudí "normal" hubiera desafiado la ley? Seguramente la pena hubiera sido mucho peor.
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