Por Luis MeliánLa presencia femenina ganó espacio en la Exposición Universal de Shanghai, donde unas 300 representantes de 50 países debatieron sobre desarrollo urbano y rural con un mensaje común: los programas deben tener presente su impacto en la mujer.
El tema figuró en la agenda de una reunión convocada por el país anfitrión a la que asistió Magalys Arocha, miembro del Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), también como integrante de un comité de expertas de la ONU.
Fue muy inteligente hacerlo en el marco de la Expo porque, como allí se exhiben muchos logros de la humanidad, es importante analizar cómo el desarrollo urbano y rural impacta en la población femenina, explicó Arocha a Prensa Latina durante una breve escala en esta capital, de regreso a su país.
Inaugurada el pasado 1 de mayo, la muestra deviene sede de diversos encuentros asociados al tema "Mejor ciudad, mejor vida", incluido éste reciente, al que asistieron una veintena de ministras, entre otras personalidades.
Si hablamos y aspiramos a comunidades sanas, ecológicamente sostenibles, debe tenerse en cuenta a la mujer tanto por las consecuencias de los programas de desarrollo para ella como su contribución a los mismos, afirmó la experta.
Para recalcar su criterio, preguntó: ¿podemos hablar de planes nacionales si se excluye a ese sector de la población?
Ampliando esa idea, señaló que la Exposición permite ver mucho progreso, cuánto de positivo tiene sobre todo el desarrollo urbano, pero no se debe olvidar que mientras más grandes y populosas se hacen las ciudades, mayores son los riesgos para la población femenina, añadió.
Ejemplificó en ese sentido con el empleo. Los flujos migratorios hacia las urbes en busca de trabajo pueden provocar un excedente de mano de obra y, según aumente la competencia ocupacional, "las mujeres posiblemente sean las primeras en sobrar".
Y si colapsan la salubridad y otros servicios, también están entre las más afectadas, precisó.
Por esa razón, en la reunión también se insistió en que todos los programas deben tener un enfoque de género.
Uno de los temas de este encuentro fue el relacionado con la participación política, sobre el cual la experta del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer presentó una ponencia centrada en el caso de Cuba, a solicitud de los organizadores.
El objetivo era conocer la experiencia cubana en aspectos como la creciente representación femenina en el parlamento, en el cual las mujeres constituyen el 43,32 por ciento de su membresía, de 21,83 por ciento en 1976. El primer dato ubica al país en el quinto de ese indicador en la relación mundial.
También su presencia en cargos como ministras e integrantes del Consejo de Estado, incluida una vicepresidenta de ese órgano.
Hubo mucho interés en conocer cómo logramos ocupar el lugar donde estamos en nuestra sociedad, dijo Arocha, quien aclaró que los avances no implican que todos los problemas estén resueltos. La promoción continúa siendo un reto importante, agregó.
En su exposición, aseguró que la creación de premisas esenciales como la garantía jurídica, la preparación cultural, técnica y profesional, la incorporación al trabajo y una profunda transformación de su situación social propician la participación de la mujer cubana en la vida política del país.
Durante esta visita, la experta de la ONU conoció programas de los anfitriones para prevenir la violencia contra la mujer, su incorporación al empleo, la educación, la atención sanitaria y la planificación familiar más consciente, los cuales confirman avances en correspondencia con observaciones hechas por el citado comité en 2006.
También sostuvo encuentros con líderes de la Federación de Mujeres de Toda China para intercambiar experiencias de trabajo, incluidos los vínculos con el gobierno y el estado, a fin de "analizar qué es compatible con nuestra realidad y posibilidades", como parte de la ampliación de las relaciones entre la FMC y su homóloga del país más poblado del mundo.
Fuente: PL
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