viernes, agosto 20, 2010

Las funcionarias policiales luchan por la equidad de género

Andrés Paravisini Rodríguez / Ciudad CCS
“Las mujeres policía no se ríen. Se acabó la vida color rosa”, fueron las palabras que recibió Zorely García Díaz en su primer día de formación para ingresar a las filas de la Policía Metropolitana (PM).

Como Zorely, muchas mujeres en su paso por el viejo modelo de formación policial fueron “machificadas”, como ella dice. Sin embargo, ahora cuenta la experiencia transformadora que está viviendo, desde hace un mes, en el nuevo modelo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y con una sonrisa comenta: “He vuelto a ser yo”.

Para Lismirdi Tortosa, graduada de la primera cohorte de la PNB, la lucha aún sigue contra los mitos arraigados bajo “la premisa de que el trabajo de la policía era rudo, no apto para mujeres”.

A juicio de Tortosa, “las mujeres que se atrevían (a ingresar a un cuerpo de seguridad del Estado), con el tiempo, por esencia, tenían que adquirir conductas hombrunas: ¡Machistas, pues!”.


Según esta funcionaria policial, en ese proceso no sólo se perdía la risa, una melena larga y el tono natural de una voz femenina, sino que toda la instrucción de una mujer policía atentaba con “dejar a un lado su identidad”.

DISCRIMINACIÓN Y ACOSO SEXUAL

Para Lismirdi la discriminación “era la orden del día”. Incluso, a la hora de prestar servicio, recuerda que tenía restricciones por el hecho de ser mujer: “Lo consideraban un riesgo inminente o era una actividad que estaba imposibilitada a cumplir”.

De esta forma, la labor de las femeninas, como se les dice en el argot policial, estaba reducido al trabajo de escritorio, de donde Lismirdi tampoco escapó del acoso sexual por parte de un superior que le “montó el ojo”. Por su indeferencia al acoso sexual de su superior, éste le aplicó un “pase de factura” al negarle permisos para que continuara sus estudios, por lo que tuvo que pedir cambio a otro departamento.

El proceso de reforma del sistema policial permitió la discusión de este tema, que ayer rindió sus primeros frutos al emitirse una resolución que establece normas para garantizar la equidad de género en todos los organismos de seguridad y la creación de una oficina para la atención de los problemas que puedan tener las mujeres en el servicio.

El objetivo es incrementar 50% la presencia femenina en los cuerpos policiales para el año 2011 y resolver el problema de las pocas promociones femeninas a rangos superiores.

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