miércoles, agosto 04, 2010

Las canciones también maltratan...

Javier Ramos / Madrid
Verano. Ocio. Ambiente festivo, relajado. Un grupo de amigos se congrega en torno a una jarra de sangría, disfrutando de la tarde. En un momento dado, uno de ellos se arranca a entonar una canción: “Búscate un hombre que te quiera, que te tenga llenita la nevera...”. Risas, miradas cómplices hacia las chicas que se encuentran entre ellos.

El ambiente se va caldeando y, momentos más tarde, otro chico del grupo se aventura a dar unas palmas y entona un tema de Los Chichos: “Papa, no pegues a la mama...que la vas a matar”. Estas dos canciones son dos claros ejemplos de cómo la música puede transmitir conceptos nada positivos respecto a la igualdad entre hombres y mujeres. Y lo que es más grave, el mensaje se cuela de la mano de un ritmo atractivo, de manera que se normaliza una realidad que sobre la que hay que llamar la atención.

Quizá estas letras sean demasiado sangrantes, especialmente la letra de los Chichos, que describe una perfecta estampa de violencia machista. Hay quien quien pueda pensar que estas dos letras no reflejan lo que la mayoría de los jóvenes escuchan, que los adolescentes hoy en día no disfrutan con Los Chichos y muchos tampoco con El Arrebato, autor de la primera canción. Pero estos dos temas no son más que la punta del iceberg de un asunto que exige un análisis más detallado y a veces no parece tan escandaloso.


LAS CANCIONES MACHISTAS, MULTITUD

La verdadera dimensión del problema se refleja en un estudio que analizó las 30 canciones más escuchadas de las principales listas de éxitos españolas. La mayoría de los temas estudiados otorgan a la mujer el papel de ‘objeto’ destinado a complacer a los hombres. Incluso el 20% de las letras transmitían una actitud despectiva hacia el sexo femenino. Además en la mayoría de las melodías que sonaban en la radio no había ni rastro de valores como independencia y autonomía atribuidos a las chicas.

Por otro lado,este estudio,-’La imagen de la Mujer en las letras de las canciones’- indica que las letras analizadas transmiten la falsa idea de que la mayoría de las relaciones entre hombres y mujeres se reducen a escarceos amorosos, y para más inri, llenos de desengaños, pérdidas y sufrimiento. En este sentido, el 86% de los temas musicales analizados gira en torno al ámbito amor-desamor, tal y como expone la investigación realizada por Cecu (Confederación de Consumidores y Usuarios).

MANÁ Y JENNNIFER LÓPEZ

Una letra de Maná puede ponernos sobre la pista de estas afirmaciones. Así reza ‘Te solté la rienda’:“Se me acabó la fuerza de mi mano izquierda, voy a dejarte el mundo para ti solita, como al caballo blanco le solté la rienda, a ti también te suelto y te me vas ahorita, y cuando al fin comprendas que el amor bonito, lo tenias conmigo, vas a extrañar mis besos en los propios brazos del que esté contigo…”. En esta canción se expone cómo el hombre tiene la potestad sobre la mujer, la “rienda” sobre ella, es él quien decide dejarla marchar y será ella la que después se lamentará. Un clamoroso ejemplo de actitud dominante y agresiva hacia el género femenino.

Antonio García Domínguez es fundador de AHIGE, una asociación de hombres a favor de la igualdad, y también alerta sobre el problema de los temas musicales: “En muchas canciones aparecen estereotipos sexuales, por ejemplo, la mujer tiene que ser guapísima, y el hombre debe cumplir con el estereotipo de macho, e incluso, a veces, aparece como violento”, afirma. No en vano, la letra de Maná, expone de manera poco disimulada esa actitud hostil a la que hace referencia Antonio. Además,en infinidad de letras, se proclama en las “la idea de la media naranja, del sin ti no soy nada, de la pareja como un ser único, y la idea del amor romántico, que aparece en el 90% de las canciones. Este modelo es nefasto”, concluye el coordinador y fundador de AHIGE.

Esta dinámica de dominación-sometimiento que se cuela en las letras que tarareamos, no sólo aparece en boca de cantantes masculinos. También Jennifer López, en este caso en el papel de víctima, reproduce el estereotipo de hombre violento y mujer dependiente que en no pocas ocasiones se puede escuchar a través de la radio: ‘Hoy destruiste con tu orgullo la esperanza, hoy empañaste con tu furia mi mirada, borraste toda nuestra historia con tu rabia, y confundiste tanto amor que te entregaba con un permiso para así romperme el alma’. Un ejemplo de “amor con final destructivo, donde domina el hombre y donde es la mujer quien se queda con el ‘alma rota’, afirman desde AHÍGE.

Esta canción apareció en boca de Jennifer López en 2007, como single del disco ‘Como ama una mujer’. Incluso el título del trabajo en que se incluye orienta sobre otra concepción errónea que asume gran parte de la sociedad, que reside en considerar que el género determina de manera abrumante la manera de actuar y vivir la vida de las personas. En esto abunda por ejemplo el tema ‘Si yo fuera un chico', de Beyoncé’, que también intenta fomentar estas diferencias. Para AHIGE, “el sexo no determina la manera de comportarse ni de sentir” ya que en realidad estas diferencias “son los valores asignados a cada género y que asumimos como normales debido a la educación que recibimos”, algo que para nada venga ‘de serie’ en una persona por el hecho de nacer mujer o varón.

NO TODO ESTÁ PERDIDO

La buena noticia es que hay un modelo alternativo a todo lo que nos plantean estas letras musicales. Tal y como expone Antonio García, “existe una alternativa al amor romántico basada en la cercanía, la comunicación y la libertad”. Desde esta propuesta se entiende que hombre y mujer “son personas individuales que se encuentran en un momento de su vida y ambas crecen en esa relación, que hay que disfrutar y que no necesariamente tiene que durar para siempre”.

Antonio entiende las relaciones desde una perspectiva sana desterrando la idea de que una mujer o un hombre necesita a una persona del otro sexo para completarse, para ser con ella una y ser feliz para siempre. Con estas insinuaciones, tan cercanas a la idea del ‘príncipe azul’, se hace un flaco favor a la autonomía personal; además, para Antonio las relaciones muchas veces duran un tiempo determinado,y para él no hay que hacer un drama de ello, es mejor disfrutar de ese “encuentro” entre personas mientras dure y desligarse del pensamiento de que se acaba el mundo si la otra persona termina faltando. Porque en muchos, muchos de los casos así será. No es ningún secreto que gran parte de las relaciones verá cómo les llega su fecha de caducidad.

La asociación que fundó Antonio,AHIGE, nació tomando como ejemplo el movimiento feminista y buscando como referencia los grupos de hombres que, en los Países Nórdicos, decidieron que la lucha por la igualdad no estaba reservada solamente a las mujeres. La última propuesta de este grupo ha sido la red social 'Encontrándonos en Igualdad', basada en la confianza y que aglutina a todo aquel realmente concienciado con cuestión de género.

Pero más allá de este proyecto, AHÍGE es un grupo para la reflexión y el diálogo de hombres que no está de acuerdo con el modelo de masculinidad que se ha ido transmitiendo a lo largo de la historia, por lo que sus componentes están implicados en un cambio de sensibilidad en su papel como hombres en esta sociedad. Para ello, aparte de esas reuniones que celebran también se implican en la formación de profesionales, intervienen con maltratadores y mantienen una intensa actividad como ponentes en numerosas charlas.

Porque, a pesar de todos esos mensajes negativos que claman al ‘Papa que no pegue a la mama’ se encuentran torrentes de inteligencia, innovación y esperanza que desde asociaciones como AHÍGE o a partir de cada vez más mujeres y hombres concienciados pueden derriban los estereotipos negativos que, sibilinos y burlones, se cuelan a partir de un son pegadizo.

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