sábado, junio 19, 2010

Renace cada día Vilma Espín Guillois...

Este día entristece la historia de Cuba, dejó de existir una de sus más admiradas hijas, símbolo de abnegación y amor, coraje y ternura, heroína, flor: Vilma Espín Guillois.
Desde muy temprana edad se vislumbró en ella el deseo por la superación y el apego a la justicia, honestidad y sencillez, fraguados como valores que le acompañaron siempre.

Fue Vilma combatiente destacada de la clandestinidad del Ejército Rebelde e incansable luchadora por la emancipación de la mujer y la defensa de los derechos de la niñez.

En su historia personal se inscriben momentos especiales como la creación en 1960 de la mayor organización femenina del país: la Federación de Mujeres Cubanas y la integración del Comité Central del Partido desde su fundación en 1965, condición en que fue ratificada en todos sus Congresos.

En 1980, en ocasión del Segundo Congreso del Partido, resultó elegida miembro suplente del Buró Político, y en el Tercero fue promovida a miembro efectivo de esa instancia de dirección, responsabilidad que desempeñó hasta 1991.

Fue Diputada a la Asamblea Nacional desde su primera legislatura y miembro del Consejo de Estado desde su constitución y presidió desde su creación la Comisión Nacional de Prevención y Atención Social, y la Comisión de la Niñez, la Juventud y la igualdad de derechos de la Mujer, de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Vilma renacerá siempre en cada victoria de la mujer cubana, en los hechos cotidianos que autentiquen el protagonismo femenino, en cada conquista de la lucha por la emancipación de la mujer en Cuba y en el mundo.

Fue merecedora de múltiples condecoraciones, títulos y órdenes nacionales e internacionales, entre las que se destaca el título honorífico de Heroína de la República de Cuba y se adjudicó el cariño y respeto de todo el pueblo que la supo una de sus más fieles hijas, combatiente destacada y mujer ejemplar.

Este día, cuando toda Cuba rememora un aniversario de su desaparición física no acuden palabras de tristeza, porque Vilma renace cada día en la perspectiva de lograr un mundo mejor, en la voluntad creadora de todas las mujeres y en la admiración y respeto de todo un pueblo que tendrá para siempre su ejemplo y su sonrisa.

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