Human Right Watch (HRW) pidió al gobierno autónomo de la región iraquí del Kurdistán que se prohiba la práctica de la mutilación genital femenina, también conocida como ablación.
La ablación consiste en la eliminación total o parcial del clítoris mediante un corte, con la finalidad de que la mujer no obtenga placer sexual.
Un informe publicado por HRW este miércoles señala que esta práctica está muy extendida en esta región y que estaba teniendo un efecto devastador en la salud física y emocional de muchas mujeres.
La organización solicitó al gobierno regional de Kurdistán que ponga en marcha una legislación para prohibir esta práctica en chicas jóvenes o mujeres adultas que no den su consentimiento.
También solicita que se lance una campaña de concienciación pública acerca de sus peligrosas y dañinas consecuencias.
Contención del deseo sexual
La ablación femenina es una costumbre prácticamente desconocida en el resto de Irak, y no está claro por qué se ha asentado en la región iraquí del Kurdistán, una sociedad profundamente tradicional y por lo general de marcado carácter tribal.
Es hora de que el gobierno regional de Kurdistán tome acciones concretas para eliminar esta práctica tan dolorosa porque simplemente no se irá por si sola
Nadya Khalife, autora del informe
Aunque no tiene su origen en el Islam, algunos clérigos en Kurdistán ven con buenos ojos esta práctica porque creen que reprime el deseo sexual en mujeres y chicas jóvenes.
No se dispone de estadísticas exhaustivas pero varios estudios recientes demostraron que está ampliamente extendida.
Una investigación realizada a comienzo de este año por el ministro de derechos humanos del gobierno regional sugería que el 40% de las chicas y mujeres jóvenes de la región de Chamchamal habían sido sometidas a este procedimiento.
Otro informe anterior realizado por la ONG iraquí-alemana Wadi señalaba que la cifra media era superior al 70% en un amplia área que va desde Irbil a Sulaimaniya pasando por Kirkuk.
La mutilación se realiza a menudo por personas que no están cualificadas en paupérrimas condiciones higiénicas.
Y resulta un proceso inevitable en muchos casos para niñas de entre 3 y 12 años. Muchas veces se exige como precondición esencial antes de un matrimonio.
Desconocimiento
Las chicas, que son llevadas a realizar esta práctica por parientes femeninas, no son muchas veces conscientes de lo que les va a ocurrir.
De hecho, el informe de HRW se titula "Me llevaron y no me dijeron nada".
Alguna de las chicas entrevistadas por la ONG afirmó que existe la creencia de que todo lo que tocan durante su vida es impuro y que entienden la circuncisión como un doloroso proceso de purificación. Otras afirman que es una tradición.
Aunque la operación no tiene ningún propósito médico, puede degenerar en consecuencias físicas y emocionales muy serias.
"Es hora de que el gobierno regional de Kurdistán tome acciones concretas para eliminar esta práctica tan dolorosa porque simplemente no se irá por si sola", afirmó Nadya Khalife, autora e investigadora del informe.
La ONG se pregunta por qué el gobierno de Kurdistán no ha llevado hacia adelante acciones para prohibir esta práctica cuando si que ha mostrado proclive a atacar la violencia de género. Ya ha tomado medidas destinadas a reducir la violencia doméstica o las llamadas muertes de honor.
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