La escritora y periodista mexicana Lydia Cacho considera que si la sociedad no cambia los modelos hipersexualizados en los que se miran muchas mujeres y adolescentes, “la industria del sexo comercial y las mafias van a ganar la batalla”.
Lydia Cacho, que presentó en España “Esclavas del poder”, su último trabajo periodístico sobre la trata sexual de mujeres y niñas, alertó hoy, en una entrevista con Efe, sobre el “enfoque equivocado” que, en su opinión, se está dando a esta lacra.
“Estamos dándole un enfoque policíacoo, de crimen organizado”, afirmó Cacho, convencida de que es la sociedad la que debe actuar.
Así, propuso varias iniciativas, como “sabotear” a los medios de comunicación que, por un lado, “cubren las noticias sobre la trata de personas y, por otro, publican los anuncios donde se comercia con mujeres”.
En “Esclavas del poder”, Cacho narra cómo actúa la delincuencia organizada o la corrupción y afirma que “mafiosos, políticos, militares, empresarios, industriales, líderes religiosos, banqueros, policías…, conforman una enorme cadena en el mapa internacional del crimen organizado que ha existido durante siglos”.
Según esta periodista, conocida por su activa defensa de los derechos de las mujeres, “cada año, 1,3 millones de personas en todo el mundo, en su mayoría mujeres y niñas, son sometidas a esclavitud sexual”.
La escritora invitó a los padres a no eludir su responsabilidad ante los modelos propiciados por la televisión, el cine y la música, que encarnan las ídolos de las jóvenes, y observa que “buena parte” de ellas, sobre todo europeas, participan en una cultura en que lo “chic” y lo “in” es convertirse en prostituta o vender el cuerpo un rato para conseguir buena ropa.
Un fenómeno, añadió, que también se extiende a otros continentes como el americano, y puso como ejemplo a Colombia y su exitosa serie “Sin tetas no hay paraíso”.
La periodista, que más de una vez se disfrazó para llevar a cabo su trabajo de cinco años, relata que “las mafias de esta trata encontraron la clave al descubrir que no necesitan atrapar a las mujeres ni inducirlas a las drogas, sino convencerlas de que lo mejor es convertirse en prostitutas” ante la falta de oportunidades en los países subdesarrollados.
Y en el mapa de esta lacra, Cacho sitúa a Asia como “el continente de mayor consumo y beneficio económico” a costa de estas personas, seguido de Latinoamérica, con países como Colombia, Venezuela, República Dominicana, así como el Caribe, como los más afectados.
Cacho destaca el caso de Cuba, donde ha viajado una veintena de veces y llevado a cabo una de las investigaciones “más duras”, tras recorrer los cinco continentes, sorteando las dificultades más inverosímiles.
“El tratante o dueño de bares de alterne paga un porcentaje al Gobierno para llevarse bailarinas, en un proceso que lo convierte en una negociación de trata de mujeres”, dijo Cacho, al referirse a la “complicidad impresionante” del Gobierno cubano.
También mencionó los casos de El Salvador, Guatemala y Nicaragua, donde, apuntó, están afincándose las mafias chinas.
Al hablar de México, Cacho destacó la participación de los carteles del narcotráfico mexicanos en la compraventa de mujeres y niñas, a las que trasladan a EEUU, cuya “doble moral” critica esta periodista.
Relata que en México encontró “pistas claras” y que entrevistó a mujeres que habían sido llevadas por carteles de la droga desde Tijuana, Durango o Ciudad Juárez, apuntando las posibles vinculaciones entre los feminicidios de Ciudad Juárez y la trata de mujeres.
La periodista, que con la publicación de “Los Demonios del Edén” desató un escándalo político en México, al inculpar de corrupción y pederastia a personalidades con importante responsabilidad pública, se mostró expectante ante la salida de “Esclavas del poder” en su país el próximo mes.
Tras recordar que “millones y millones de hombres de todo el mundo viajan a México buscando tener sexo con adolescentes”, la autora afirmó tajante que la trata de mujeres podría acabar si los hombres trataran de entender lo que hay detrás de “una jovencita de 18 o 20 años que te han traído al hotel de cinco estrellas”.
Fuente: Palabra de Mujer
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