Tras una conversación con Ludyt Ramírez -Revolucionaria y Feminista que es una referencia en la lucha de la mujer venezolana, y en la lucha por visibilizar y sacar de la exclusión a las personas con algún tipo de discapacidad- ante la pregunta sobre los avances que hemos logrado las mujeres venezolanas en la Revolución Bolivariana lo primero que Ludyt destaca es que “nosotras contamos con el único presidente a lo largo de toda la vía democrática que se ha declarado feminista”, y sin duda –como bien lo señala Ludyt- “para nosotras como revolucionarias es un gran logro; eso no sólo se quedó en el discurso sino que se tradujo en acciones muy concretas. Desde el inicio de la revolución una de las primeras acciones concretas del Comandante, fue la creación del Instituto Nacional de la Mujer entendiendo la importancia que tenía comenzar a dibujar políticas públicas con visión de género. Aunque es cierto que para aquel momento histórico, ni Chávez ni nosotras como revolucionarias entendíamos claramente qué era lo del género, creíamos que solamente era ir a una Asamblea Nacional mitad y mitad, no; es que la visión de género tiene que traducirse en conciencia de género y la conciencia de género suponía cosas que ahora nosotras estamos viendo en el hecho, como por ejemplo la importancia de contar con un presupuesto con visión de género pero construido con personas que tienen conciencia de género, creo que sobre eso hay mucho que trabajar pero ya hay grandes avances en ese sentido”. Como Ludyt bien reflexiona, cuando el Comandante dice que es feminista, “sabe que la revolución tiene cara de mujer, porque hemos sido las mujeres las que hemos salido adelante en los momentos más difíciles, lo que no significa que no haya hombres que también con su gran valía, estén dando aportes…”.
Otro de los indiscutibles logros que resalta es la transversalidad del género que no sólo le compete a INAMUJER, sino que “ahora se ha entendido que todas las instituciones tienen que asumir el tema de género en el diseño de sus políticas públicas. Eso es importante, pero lo más importante es que nuestro pueblo entienda que su opinión es fundamental, y en esa opinión la visión de género ha ido trascendiendo por la vía de la construcción del poder popular.”
Ludyt resalta con orgullo que en la mayoría de nuestros Consejos Comunales las lideresas sean mujeres y estén al frente de la construcción de todos los espacios de participación. Asimismo hace un llamado a seguir trabajando muy duro porque “también ocurre que muchas de nuestras mujeres siguen teniendo una visión patriarcal, a pesar de que dicen que luchan por el género… ésta es una situación que tenemos que ir venciendo progresivamente, no se decreta, se va transformando con conciencia y para ello debemos estudiar”, en este sentido, nos invita a remitirnos a experiencias universales como Clara Zetkin, a nuestras heroínas venezolanas como Josefa Camejo, o más en la actualidad la propia María León, y a la hermosa historia de la compañera Argelia Laya y otras que han dado grandes aportes y han dejado un legado muy importante.
“De manera que yo creo que la revolución ha dado pasos agigantados en el tema de un socialismo feminista, que hacia allá es donde debemos avanzar; no puede haber socialismo si no hay feminismo; pero no podemos entender el feminismo como ponerles la bota sobre el cuello a los hombres, que ese es un riesgo que podemos correr si no entendemos lo que significa el feminismo; el feminismo es asumir con conciencia que las mujeres en una sociedad tenemos mucho que aportar sin dejar de ser madres, sin dejar de ser hermanas, ni hijas; es que la sociedad entienda que nosotras tenemos un rol determinante en la construcción de todos los espacios, y lo que no debe suceder es que sigan los hombres marcando la agenda de trabajo o incluso hasta el sentir de las mujeres venezolanas”.
Al tocar el tema de la Mujer con Discapacidad Ludyt expresa: “la exclusión de las mujeres con discapacidad estuvo asociada a que somos pobres, somos mujeres y con discapacidad, o sea una triple exclusión. En la revolución hemos dado grandes avances, las mujeres con discapacidad éramos aun más invisibles que las mujeres sin discapacidad porque las propias mujeres nos excluían también; hemos dado una batalla muy dura para hacernos visibles, para que nos valoren y para auto valorarnos, para primero reconocernos como mujeres, porque tantas veces nos dijeron inválidas -que significa no tener valor-, o minusválidas -tener menos valor-, o discapacitadas -tener menos capacidad-. Para el Comandante, las mujeres tengamos o no discapacidad, seamos campesinas u obreras estamos construyendo esta revolución y yo estoy segura que si las mujeres que se identifican con la oposición venezolana tuviesen la oportunidad de revisar todos los avances desde la conciencia pasarían a formar parte de las filas de las mujeres revolucionarias; porque lo que está pasando en este país nunca había pasado, aquí lo mas que había podido aspirar una mujer para llegar al alto gobierno era ser la barragana de algún político, de resto no se le daba otra oportunidad”.
“Nosotras desde la dignidad estamos ocupando espacios, yo creo que eso es una cosa que nos debe llenar de orgullo y entender que vamos por el camino correcto”, finalizó Ludyt.
Otro de los indiscutibles logros que resalta es la transversalidad del género que no sólo le compete a INAMUJER, sino que “ahora se ha entendido que todas las instituciones tienen que asumir el tema de género en el diseño de sus políticas públicas. Eso es importante, pero lo más importante es que nuestro pueblo entienda que su opinión es fundamental, y en esa opinión la visión de género ha ido trascendiendo por la vía de la construcción del poder popular.”
Ludyt resalta con orgullo que en la mayoría de nuestros Consejos Comunales las lideresas sean mujeres y estén al frente de la construcción de todos los espacios de participación. Asimismo hace un llamado a seguir trabajando muy duro porque “también ocurre que muchas de nuestras mujeres siguen teniendo una visión patriarcal, a pesar de que dicen que luchan por el género… ésta es una situación que tenemos que ir venciendo progresivamente, no se decreta, se va transformando con conciencia y para ello debemos estudiar”, en este sentido, nos invita a remitirnos a experiencias universales como Clara Zetkin, a nuestras heroínas venezolanas como Josefa Camejo, o más en la actualidad la propia María León, y a la hermosa historia de la compañera Argelia Laya y otras que han dado grandes aportes y han dejado un legado muy importante.
“De manera que yo creo que la revolución ha dado pasos agigantados en el tema de un socialismo feminista, que hacia allá es donde debemos avanzar; no puede haber socialismo si no hay feminismo; pero no podemos entender el feminismo como ponerles la bota sobre el cuello a los hombres, que ese es un riesgo que podemos correr si no entendemos lo que significa el feminismo; el feminismo es asumir con conciencia que las mujeres en una sociedad tenemos mucho que aportar sin dejar de ser madres, sin dejar de ser hermanas, ni hijas; es que la sociedad entienda que nosotras tenemos un rol determinante en la construcción de todos los espacios, y lo que no debe suceder es que sigan los hombres marcando la agenda de trabajo o incluso hasta el sentir de las mujeres venezolanas”.
Al tocar el tema de la Mujer con Discapacidad Ludyt expresa: “la exclusión de las mujeres con discapacidad estuvo asociada a que somos pobres, somos mujeres y con discapacidad, o sea una triple exclusión. En la revolución hemos dado grandes avances, las mujeres con discapacidad éramos aun más invisibles que las mujeres sin discapacidad porque las propias mujeres nos excluían también; hemos dado una batalla muy dura para hacernos visibles, para que nos valoren y para auto valorarnos, para primero reconocernos como mujeres, porque tantas veces nos dijeron inválidas -que significa no tener valor-, o minusválidas -tener menos valor-, o discapacitadas -tener menos capacidad-. Para el Comandante, las mujeres tengamos o no discapacidad, seamos campesinas u obreras estamos construyendo esta revolución y yo estoy segura que si las mujeres que se identifican con la oposición venezolana tuviesen la oportunidad de revisar todos los avances desde la conciencia pasarían a formar parte de las filas de las mujeres revolucionarias; porque lo que está pasando en este país nunca había pasado, aquí lo mas que había podido aspirar una mujer para llegar al alto gobierno era ser la barragana de algún político, de resto no se le daba otra oportunidad”.
“Nosotras desde la dignidad estamos ocupando espacios, yo creo que eso es una cosa que nos debe llenar de orgullo y entender que vamos por el camino correcto”, finalizó Ludyt.
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