“La historia del proceso independentista siempre fue contada desde una perspectiva androcéntrica”, así lo manifestó Marianela Tovar, Coordinadora de Investigación del Centro Nacional de Historia en la charla La mujer en el proceso de independencia nuestroamericano, realizada este sábado en la 3ra Feria del libro PDVSA La Estancia.
La charla organizada por la Biblioteca Ayacucho, editorial adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, se desarrolló con la finalidad de reconocer la participación y la gallardía de las mujeres en las luchas por la emancipación.
Alba Carosio, presidenta del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela, quien también participó del foro, explicó que las mujeres eran guerreras, además de espías y mediadoras, incluso, existen testimonios de que se infiltraban en el ejercito enemigo y atraían gente para el Ejercito patriota.
“Las mujeres también fueron protagonistas de las luchas emancipadoras durante el siglo XVIII y XIX, no sólo en Venezuela sino en todo el continente americano y los países caribeños. Tal es el caso de Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador, Juana Azurduy, guerrillera boliviana que resistió a las tropas realistas, y otras tantas que aunque no participaran directamente en la guerra realizaban labores tan importantes como cocinar, llevar el agua a las tropas, y cargar con los hijos”, dijo Carosio.
Así mismo Carosio se refirió a la participación de 21 mujeres de la antigua provincia de Barinas, quienes pidieron al gobernador las dejaran participar en las batallas, alegando que “el sexo femenino no teme a los horrores de la guerra”. Igualmente destacó el apoyo que algunos patriotas como Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Francisco de Miranda, en su momento le dieron a las mujeres al reconocer que se habían convertido en guerreras y que debían ser consultadas antes de ejecutar cualquier plan, posición que para esa época fue juzgada gravemente por los patriotas más conservadores.
Entre otros aspectos durante el foro las mujeres también manifestaron su descontento, porque a pesar de la entrega y la gallardía de las heroínas en los combates, y del hecho de que algunas tuvieron que dar a luz en los campos de batalla, fue post-mortem que se les ascendió a Generalas, tal es el caso de Manuela Sáenz en Ecuador y Juana Azurduy en Argentina.
Criticaron también la visión aditiva de la historia, que “invisibiliza la participación de la mujer en la gesta independentista, que sólo se nombra heroína cuando está al lado del héroe”, agregó Marianela Tovar.
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