ABN (Lena Jahn).- Conscientes de la necesidad de culminar el proceso independentista iniciado en 1810, las mujeres venezolanas se activan con primacía en todos los frentes de la nueva batalla, desafío político y social que tutela la Revolución Bolivariana como eje coyuntural y estructural de este año Bicentenario.
De esa manera lo considera la directora del Ministerio del Poder Popular para la Mujer en el estado Vargas, Gladys Requena, quien otorga buena parte de la responsabilidad emancipadora del siglo XXI a las féminas que motorizan las diversas vertientes del poder popular.
“Las hijas de Bolívar estamos comprometidas con el rol histórico que hemos asumido en estos 11 años de revolución y nosotras, más que nadie, tenemos sobradas razones para seguir profundizando este proceso rumbo a la independencia verdadera“, dice.
La también coordinadora Nacional del Frente de Mujeres Socialistas Bolivarianas atribuye este despertar femenino a las inmensas conquistas de género obtenidas a lo largo del mandato del presidente de la República, Hugo Chávez Frías.
Como parte de sus líneas estratégicas, el Gobierno nacional ha impulsado el rescate de la memoria histórica de la mujer y la consecuente visibilización de éstas como partícipes de todos los procesos que han derivado en la Venezuela de hoy y de las transformaciones en curso, diseñadas para procurar una liberación plena y definitiva.
Las mujeres sí guerrearon
“Todos los personajes mencionados en la gesta independentista son hombres, pero ¿dónde estaban las mujeres?“, se pregunta Mercedes Aguilar, quien dirigió, primero en el Instituto Nacional de la Mujer y luego en el Ministerio del Poder Popular para la Mujer, la publicación de una serie de textos que recopilan la participación de las féminas en la historia de Venezuela.
“Ellas estaban guerreando también“, se responde a sí misma, con la certeza de quien se ha paseado por recodos de la historia que muchos pasaron por alto.
Con el Manifiesto de nuestras olvidadas heroínas, publicado en 2004, se dejó constancia de la participación de al menos 12 mujeres en el proceso de independencia, algunas de ellas vestidas de hombre para ser aceptadas en el combate, otras en el ejercicio pleno de su rol de guerreras, como Juana Ramírez, La Avanzadora.
“Ella se adelantaba e interceptaba al ejército español a punta de machete, una mujer valiente, ganada a ultranza para la causa patriota“, relata Aguilar.
Ana Francisca Pérez de León, filántropa de la época independentista, ordenó la creación de un hospital al servicio de los heridos de guerra patriotas y lo sustentó con sus recursos hasta su muerte. Hoy, pocos conocen que el nosocomio que a secas lleva su apellido rinde homenaje a una mujer y no a un hombre.
Josefa Joaquina Sánchez, quien bordó la primera bandera de Venezuela, hoy emblema del estado Vargas, tuvo también sus instantes de gloria en la gesta emancipadora, al igual que Josefa Camejo, quien peleó en Carabobo y liberó Falcón junto con un ejército de 300 hombres.
Poco se sabe de las heroínas indígenas como Ana Soto, barquisimetana de la tribu de los gayones, quien se mantuvo en pie de lucha por 67 años; así como Apacuana, comandante de tropas, la más brava de los quiriquire, en Los Valles del Tuy.
También en Mérida, por ejemplo, María Rosario Navas continuó la lucha de su hijo, quien murió en el combate. Primero intentó convencerlo de que no fuera tras Bolívar en su paso por Los Andes, pero luego tomó las armas y terminó convertida en una adalid de la lucha, cuenta Aguilar.
Toda esa información ha sido recopilada por el Ministerio de la Mujer en folletos, afiches y libros que hoy se encuentran al alcance de aproximadamente 20 mil comunidades organizadas, luego de que mujeres agrupadas en puntos de encuentro contribuyeran en el proceso investigativo.
“Nuestra estrategia fue exigirles aportar el nombre de alguna heroína, lo que las obligó a trabajar con información local, con los cronistas. Hoy tenemos 8 mil heroínas rescatadas que no figuraban en ningún libro de historia“, dice Aguilar.
Si bien reconocen que esta labor no la empezó el Gobierno Bolivariano, destacan el hecho de que por primera vez se recoge de manera oficial y no a través de pequeñas y aisladas publicaciones.
La meta, parcialmente lograda, es trasladar estos contenidos a la escuela, lo cual fue adelantado con la modificación del currículo que aún no ha sido implementada pero que ya incorporó la enseñanza de la historia con perspectiva de género como asignatura obligatoria en todas las escuelas del país.
“Las mujeres se ganaron su lugar en la historia y hoy contamos con el apoyo gubernamental para crear conciencia de género, para romper estereotipos que sustentan el patriarcado, gracias a un presidente que se declaró socialista y feminista y que reconoció que sin justicia para la mujer no hay justicia“.
Bicentenario estratégico
La nueva Campaña Admirable es el hilo conductor de las mujeres que no ven en el año Bicentenario una festividad vacía sino el punto de partida de la nueva independencia, con el trabajo organizado que verdaderamente comporta.
Así lo considera Gladys Requena, quien indica que darle a Venezuela una Asamblea Nacional capaz de profundizar la revolución es el primer paso de esa avanzada.
“Estamos en la calle con el Frente Nacional de Mujeres, con los puntos de encuentro, con los comités de mujeres e igualdad de género, con los consejos comunales, desde ya organizándonos para dar un fruto positivo en ese combate electoral del 26 de septiembre, rumbo al desmontaje del estado burgués“, dice.
Adicionalmente, se preparan para llevar a Hugo Chávez a conquistar nuevamente la Presidencia de la República en el 2012, como garantía absoluta de la continuidad del proceso.
“Su trabajo, por la construcción de la Patria grande y la integración de nuestra América, está en consonancia con los intereses del pueblo“, expresa.
Requena asegura que las mujeres articularán esfuerzos en lo que califica los objetivos tácticos y estratégicos rumbo a la consolidación de la independencia plena.
“Aspiramos, de aquí al 2019, finalizar ese proceso de liberación y cumplir la tarea que nos dejó Bolívar“, señala.
Tal como indica Requena, tales acciones si bien parecen de corte político, en realidad redundan en el ámbito social, debido a la íntima relación que considera existe entre el proyecto bolivariano y la felicidad del pueblo.
“Hemos distinguido el empeño que tiene el Gobierno Bolivariano por trabajar en función del bienestar colectivo, por lo cual las mujeres estamos asumiendo el liderazgo de cada vez más procesos sociales“.
Heroínas del siglo XXI
Mercedes Aguilar considera que en medio del proceso revolucionario convive un mar de heroínas, en su mayoría a la cabeza de las diversas formas de organización popular.
“Somos las que movemos los principales proyectos gubernamentales a través de las misiones, los consejos comunales, los comités (...) y, aunque sabemos que todavía nos falta, vamos rumbo a la paridad política“, señala.
Sostiene que buena parte de los liderazgos se concentran en el campo militar, gracias a la masiva incursión de mujeres en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, pero también dentro de las grandes barriadas, por medio de aquellas revolucionarias anónimas que destacan en sus comunidades con la misma modestia con que lucharon tantas mujeres en la gesta independentista.
“Ellas son las que abren los caminos, las que luchan apasionadamente“, comenta Aguilar, y agrega que multiplicar el liderazgo femenino será posible en la medida en que la ideología del patriarcado y el sistema de subordinación femenina se vean desplazados por una verdadera conciencia de género.
Gladys Requena, por su parte, aplaude el trabajo de aquellas mujeres que han asumido la vanguardia de la revolución a través del ejercicio del poder popular, muchas veces camufladas entre las masas.
“Nuestras heroínas son las mismas que salieron a defender a Chávez los días 11, 12 y 13 de abril de 2002, aquellas que el Gobierno Nacional visibilizó más tarde como principales destinatarias de sus políticas públicas“.
Liberación a conciencia
Que Caracas siga dando el ejemplo, como sentencia el Himno Nacional, es la aspiración de Mercedes Aguilar: “repetir gestos de independencia, como los que comanda el Presidente para deslindarse del imperio estadounidense“, ilustra.
Trabajar por mecanismos integradores suramericanos en los que las mujeres tengan papeles estelares, es su anhelo: “que nuestra participación sea ininterrumpida, ahora que tenemos una visión de país con ojos de mujer, y que sigamos siendo alma y cuerpo de la revolución bolivariana“, agrega.
Para lograrlo, llama a romper paradigmas, estereotipos y prejuicios que aún persisten, proceso que considera lento en virtud del cambio cultural que implica.
“Las transformaciones económicas y políticas se dan con la velocidad que determina el momento histórico, pero la conciencia de los pueblos no se decreta, se construye poco a poco desde pequeños focos sociales, desde la comunidad“, señala.
En sintonía con las aspiraciones de Aguilar, Gladys Requena llama a hombres y mujeres a elevar su formación política e ideológica y sus niveles de conciencia frente a la batalla de ideas.
“Debemos trabajar por romper con un modelo en el que la mujer es vista como una mercancía, como un objeto, dice en referencia a uno de los principales desafíos en materia de género“.
Exhorta a girar la mirada hacia la tragedia que, tal como dice, va detrás del imperio estadounidense con foco en los pueblos de América Latina.
“Por un lado, afinar nuestra claridad acerca del proyecto de país que orienta la revolución y, por otro, promover la concientización, movilización y organización como las tres líneas fundamentales que van a nutrir cualitativamente el proceso de liberación nacional“.
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