viernes, diciembre 11, 2009

VIH/sida: El arte como herramienta...

Por: Dixie Edith / Semalc
Teresita ha vivido siempre sometida a la violencia. Abandonada por su madre cuando era pequeña, fue violada en repetidas ocasiones por su tío paterno, y luego víctima de engaños, maltratos y brutales golpeaduras por parte del esposo.

Esta mujer dominicana, al cabo de los años, confirmó su condición de seropositiva al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Infectada por su pareja, ese ser irresponsable y abusador a quien consideraba "el hombre de su vida", decidió, sin embargo, no dejarse morir.

Su historia fue presentada en La Habana, a modo de monólogo teatral, por el proyecto Jóvenes por Siempre, de República Dominicana, y confirma, una vez más, que ser víctimas de violencia intrafamiliar pone a las mujeres en situación de riesgo frente al VIH/sida. Lo más dramático de la puesta en escena es que la vida de Teresita no es una historia de ficción.

Odeisi Delgado, directora de ese proyecto teatral nacido como parte de la Alianza solidaria para la lucha contra el VIH/sida (ASOLSIDA), confirmó que todas las historias que recrean tienen sólidos agarres en la realidad.

"Son resultado de una investigación que desarrolló el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP) en el área del Caribe", detalló Delgado a SEMlac.


El FNUAP recogió un grupo de historias reales, de mujeres víctimas de diversas formas de violencia de género que han sido infectadas con el VIH. Luego, nosotros escogimos algunas para nuestro trabajo".

Detrás del telón

En la piel de Teresita, la actriz María Medina estremeció durante noviembre pasado al plenario del Taller Latinoamericano y Caribeño SIDACULT.

En su segunda edición, ese proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aunó también a otros organismos de la ONU e instituciones cubanas como el Ministerio de Cultura, el Centro Nacional de Prevención de ITS/VIH/sida y el Centro Nacional de Educación Sexual.

Su propósito expreso es potenciar la cultura como instrumento esencial en la respuesta de la sociedad al VIH/sida, a la par que buscar estrategias y experiencias que sirvan como modelo de buenas prácticas y establecer alianzas para enfrentar la pandemia, según Herman Van Hoof, director de la oficina regional de la UNESCO.

Convocados por ese llamado, periodistas, teatristas, realizadores de audiovisuales, profesionales de la radio y artistas involucrados en acciones comunitarias mostraron sus proyectos y reflexionaron sobre el papel que debe desempeñar la cultura en la prevención del VIH/sida.

Del teatro convencional al de vanguardia, de los títeres al videoclip, de la radionovela a la telenovela, del documental a la ficción, los artistas participantes estuvieron movidos por una certeza y accionar comunes.

Hoy día, el concepto de cultura no sólo engloba a la creación artística, sino también a los modos de vida, tradiciones, creencias, normas, prácticas sociales y hasta la representación de la salud y la enfermedad.

Un desafío trascendió de los debates: la necesidad y manera de conjugar el rigor estético de la obra de arte con el didactismo que demanda la prevención.

Rostros, la obra del proyecto dominicano, fue precisamente una de las propuestas de "buenas prácticas" que dejó el taller. "La estrenamos por primera vez el 25 de noviembre de 2008 y la presentamos en eventos como este o en salas de teatro", precisó Delgado.

¿No en las comunidades?

"Para las comunidades tenemos otros proyectos, con presentaciones cortas, enfocadas a la prevención del VIH/sida, que luego se someten a debate, sobre todo entre la población más joven. A partir de una escena breve, hacemos preguntas, armamos la discusión", explicó la directora del proyecto.

El equipo de Jóvenes por Siempre aseguró que las reacciones a sus puestas son bastante parecidas, aunque la obra se presente en una sala de teatro.

"Siempre se nos acercan personas, muchas mujeres se sienten identificadas y a veces se nos acercan a decirnos: yo pasé por eso. Es fuerte, pero por eso mismo lo mostramos. Para que las mujeres que tengan algo que decir, lo digan. Como dice la obra: el silencio es el mayor problema de la violencia", aseveró Delgado.

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