De aprobarse la propuesta del paquete económico para 2010 presentada por Felipe Calderón Hinojosa que contempla el aumento de 2 por ciento al consumo en alimentos y medicinas misma que ya se discute en la Cámara de Diputados, las mujeres pobres, rurales e indígenas padecerán mayores niveles de desnutrición y su acceso a los servicios de educación y salud será limitado todavía más.
Como ejemplo de lo anterior, el Informe 2008 Objetivos de Desarrollo del Milenio, realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), señala que desde hace siete años en África Subsahariana, Asia Occidental y en América Latina el aumento al precio de los alimentos ha tenido efectos “directos y nocivos” sobre la población pobre.
Como ejemplo de lo anterior, el Informe 2008 Objetivos de Desarrollo del Milenio, realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), señala que desde hace siete años en África Subsahariana, Asia Occidental y en América Latina el aumento al precio de los alimentos ha tenido efectos “directos y nocivos” sobre la población pobre.
El mayor costo en estos productos “limita su capacidad de obtener no sólo alimentos sino también otros bienes y servicios básicos, como educación y atención de salud”, refiere el Informe de la ONU.
Al respecto y en el caso de México, Blanca Aurora Rubio Vega, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló en entrevista que el aumento de los precios en alimentos y medicinas afectará sobre todo a la población pobre y dentro de ésta “las más perjudicadas serán las mujeres pobres, rurales e indígenas, pues son ellas las más discriminadas y excluidas, quienes tienen menor acceso a los créditos para producir y a los servicios básicos”.
Rubio Vega, quien el año pasado realizó una investigación sobre la situación de las mujeres en el campo, con la Red Nacional de Promotoras y Asesoras Rurales en 11 estados del Norte, Centro y Sur de la República mexicana, aseguró que la crisis económica ha traído consigo la caída de los ingresos de las mujeres y familias que habitan en zonas rurales.
Y en consecuencia “ellas se sacrifican para que los demás de la familia coman mejor, esto ha traído mayores niveles de desnutrición, un empeoramiento en su situación y subordinación en su condición de género, que afecta sobre todo a las indígenas”, detalló Rubio Vega.
El incremento del costo de los granos básicos encareció su producción de autoconsumo, mientras que el aumento de los alimentos básicos afectó su ingreso, redujo su ingesta alimentaria, incluso, manifestó, algunas de las mujeres entrevistadas durante la investigación refirieron que han dejado de dar leche a sus hijas e hijos. Al tiempo, dijo, también creció el fenómeno migratorio.
Por lo que, en su opinión el aumento de 2 por ciento al consumo, “ahonda la pobreza que padece esta población”, pues aunque “supuestamente” los recursos se recabarán para apoyar a las y los más necesitados, en realidad representa la disminución del ingreso de las mujeres rurales y sus familias.
Frente a esta situación, el gobierno mexicano “no tiene entre sus prioridades resolver la crisis económica y alimentaria, sigue apostando a importar alimentos, dejando en el olvido el campo y por si fuera poco aumentando el impuesto al consumo, que a todas luces es desfavorable para la población más pobre”.
El aumento en los costos de productos importados va a continuar y los países que están conscientes de esto, están fortaleciendo sus agriculturas nativas para posicionarse de mejor manera. En tanto, las naciones que no le están dando importancia a la “soberanía alimentaria se van a posicionar de una manera muy vulnerable en el nuevo orden mundial”, concluyó la investigadora de la UNAM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario