Por: Gabriela Guerra Rey/ Prensa LatinaEl crimen recién cometido contra cinco mujeres en el estado de Guerrero trae a la luz el asesinato de féminas en México, práctica que en los últimos años se extiende, como parte del accionar del crimen organizado.
En esta triste historia la entidad más afectada ha sido Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, urbe fronteriza considerada la más violenta del país y donde los crímenes contra las mujeres han trascendido las fronteras de lo imaginable.
Sin embargo, esta semana la demarcación guerrerense, con costa al Pacífico, se sumó a las estadísticas, cuando fueron descubiertos los cuerpos de cinco mujeres ultimadas por rifles AK-47 y AR-15.
Según se informó, cuatro de los cadáveres fueron apilados frente a un vehículo y un quinto cuerpo estaba dentro de este.
El caso lleva a las autoridades y grupos de derechos humanos, así como organizaciones civiles, a replantear la situación que en zonas del norte del país es habitual.
La procuradora de Justicia estadual de Chihuahua, Patricia González, indicó que desde el año pasado, la ciudad fronteriza con Estados Unidos, por donde más se mueven ilícitamente drogas, armas y emigrantes ilegales, es campo de batalla de los carteles de Sinaloa y Juárez, los cuales se disputan el control del tráfico de estupefacientes.
La funcionaria definió la situación como una guerra de exterminio entre los grupos, en la cual más de tres mil personas han muerto desde enero de 2008.
El escenario oculto es el repunte del asesinato de mujeres, que se cometen en un número mayor a la década de los 90, cuando aparecieron los primeros cadáveres de jóvenes asesinadas, destacó.
En este momento Ciudad Juárez, limítrofe con El Paso, ha registrado 88 asesinatos en lo que va de 2009, la cifra más alta en 16 años.
La mayoría de los homicidios no se han aclarado e incluso las autoridades consideran que varios son consecuencia de la guerra entre bandas de narcotraficantes.
IMPUNIDAD
Desde abril de este año, México enfrenta al respecto un juicio en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la falta de castigo a los asesinos.
En este momento una polémica se levanta debido a la ratificación de Arturo Chávez como Procurador General de la República, quien ha prometido que su primera tarea en el nuevo cargo será ocuparse de investigar los feminicidios en Ciudad Juárez.
Según advierten politólogos nacionales, este funcionario fue procurador en Chihuahua en los primeros años en los que aparecieron mujeres muertas por la violencia y múltiples organizaciones de derechos humanos lo han acusado de no investigar a los criminales.
A su vez, el gobierno de México ha recibido recomendaciones de organismos civiles internacionales sobre estos delitos fatales.
El juicio ante la Corte Interamericana se concentra, según han indicado especialistas, en el caso de tres chicas cuyos cuerpos aparecieron en un campo de algodón.
Las madres demandan al Estado mexicano la reparación del daño causado, pero no sólo en términos económicos, sino con el castigo a los culpables, ha insistido la prensa una y otra vez.
Sin embargo, aseguran, la resolución tendrá efecto para las más de 500 víctimas reconocidas por la Procuraduría de Justicia de Chihuahua.
Los grupos civiles denuncian no sólo las muertes, sino la impunidad en lo que se consideran los mayores asesinatos seriados de mujeres en la historia de esta nación, sin condenados ni soluciones.
Las estadísticas de diversos grupos, así como los diarios El Universal y Milenio, hablan de que en todo México, de cada 10 víctimas de asesinato sólo una es mujer.
Pero en Ciudad Juárez, de cada 10 homicidios, cuatro son mujeres, en tiempos en que la propia Organización de Naciones Unidas ha denunciado la impunidad en la república, la cual han dicho, es casi absoluta.
También la Comisión Mexicana de Derechos Humanos ha emitido desde 1998 recomendaciones sobre los centenares de asesinatos de ellas, que tan poca atención han recibido del Estado.
LO MACABRO DE LA HISTORIA
Las innumerables denuncias revelan un ritual repetido: secuestro, tortura, crueldades sexuales, mutilaciones, estrangulamiento. Diez años lleva ya esta situación, principalmente en Ciudad Juárez, a un ritmo promedio de dos cadáveres por mes, según fuentes estaduales.
Algunos investigadores piensan que se trata de la acción de asesinos en serie, psicópatas que siguen sin ser hallados.
Entre los múltiples estudios se han revelado características que hacen pensar que pueda ser así.
La mayoría de las víctimas poseían elementos comunes: al menos un centenar provenía de un ambiente pobre, casi todas eran obreras, menudas, morenas y con cabello largo. Buena parte de ellas son emigrantes del sur del país, en busca de trabajo en las maquiladoras de la frontera con Estados Unidos.
Gran parte de las víctimas no pudieron ser identificadas; fueron blanco de violencia sexual y murieron estranguladas, destacan medios informativos mexicanos.
Muchos son los periodistas y activistas que investigan los casos y se involucran en tan dramáticas historias. Entre los textos conocidos sobre el tema resalta el apasionante testimonio de Diana Washington Valdés.
El libro de esta periodista se titula "Cosecha de Mujeres. El safari mexicano". Así lo ven muchos, así ocurre al extremo fronterizo norte del enorme territorio continental que ocupa este país.
*Corresponsal de Prensa Latina en México.
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