Amelia Valcárcel se sitúa dentro de la corriente de la igualdad, trabajando el feminismo dentro de la historia política. La charla tiene como tema “cronología del feminismo y su agenda pendiente en el s. XXI”.
Un pequeño recorrido cronológico por el feminismo.
El feminismo comienza con el cambio de paradigma. En la Edad Media teníamos un paradigma piramidal, en la modernidad cambia a un paradigma horizontal, donde todos somos iguales. Si rompemos las ideas políticas, también rompemos la relación establecida entre el hombre y la mujer. Si todos somos iguales, la mujer no debería seguir estando sometida, no tener derechos civiles, no tener voto, etc.
¿Cómo cambiamos el paradigma político pero mantenemos el social respecto a las mujeres? Los seres humanos somos una especie realmente ingeniosa, si necesitamos una excusa, una justificación, la encontraremos. Recurrimos a la Iglesia, a la historia de Adán y Eva, que son expulsados del Edén por culpa de la mujer. La maldición de Eva, que se mantiene en todas sus hijas, en las demás mujeres, por eso estamos sometidas a los hombres según la Iglesia.
Pero, en el s. XVIII, la Iglesia ya no tiene tanto poder, ¿cómo seguir legitimando su explicación? Rousseau explica: las mujeres son parte de la naturaleza (el espacio íntimo, la casa, la cocina); los hombres son parte de la cultura (el espacio exterior, el trabajo, los cafés, las tertulias). Así, aunque no lo podamos justificar religiosamente, seguimos manteniendo el mismo paradigma.
¿Cuándo debe explicarse un paradigma? ¿Cuándo debe defenderse? Cuando alguien lo plantea, cuando a alguien no le gusta y se queja y quiere cambiarlo.
Para entender el feminismo haremos un recorrido cronólogico.
El feminismo ha tenido tres grandes etapas, las llamadas “olas” del feminismo. Cada ola tenía una agenda, cada ola del feminismo reivindicaba aspectos distintos.
1. Feminismo ilustrado: 1673 - 1792
Mary Wollstonecraft, Vindicación de los derechos de la mujer.
Su agenda pedía el matrimonio con consentimiento y la educación para las mujeres.
2. Feminismo sufragista: 1848 - 1948
En USA e Inglaterra se empieza a luchar contra la esclavitud. Muchas mujeres están en ese movimiento. En USA las mujeres pueden hablar en público, en Europa no. Cuando vienen a Europa y les dicen que les den sus papeles a los hombres para que los lean, papeles que piden el final de la esclavitud, ellas mismas piensan: ¿y a nosotras qué nos pasa, qué nos hacen los hombres?
Ahí se dan cuenta de que deben reivindicar sus derechos, comienza el movimiento sufragista, pidiendo el voto de la mujer.
La agenda de esta ola del feminismo pide la educación de la mujer para tener independencia (poder ser soltera y mantenerse ella misma), pide los derechos civiles (para no depender del padre, hermano o marido), y comienzan a tener empleo, siendo la mayoría maestras o enfermeras. Reivindican los derechos políticos, civiles y educativos de la mujer.
Las mujeres habían demostrado que eran tan capaces, o más, que los hombres durante la primera guerra mundial, cuando los hombres se fueron al frente a luchar y ellas se quedaron al cargo del país, en las empresas, en los puestos de trabajo. Allí las mujeres se dieron cuenta de que eran tan válidas como los hombres, de que eran iguales que ellos. Además, en 1948 se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que se dice que el sexo no puede ser motivo de distinción o discriminación.
3. Feminismo actual. De 1948 en adelante.
Simone de Beauvoir, El segundo sexo.
La agenda de este feminismo pide los derechos sexuales y reproductivos. Es algo que la primera ola del feminismo ni siquiera había imaginado y la segunda ni se lo había planteado. Se han cambiado los derechos civiles, políticos, pero no los usos. Los cambios están en los papeles, en las leyes, pero no en la sociedad. Así que empiezan los “conteos”. ¿Dónde están las mujeres, dónde no? Se debe colocar a las mujeres en los puestos de trabajo, en todos, y a las que están, visibilizarlas, igualarlas a los hombres.
Se busca siempre la paridad, no la discriminación positiva.
El feminismo contemporáneo busca la paridad en seis campos: poder político, poder económico-empresarial, los medios de comunicación, el arte-creatividad, el saber-conocimiento y la religión.
Todo esto se nos plantea dentro del movimiento de la globalización, y tenemos un problema: no todos los países están abiertos por la misma página de su historia. No todos los países están tan desarrollados como nosotros. En algunos las mujeres no tienen derecho a voto, en otros se siguen casando con quien les mandan sus padres. Por eso es tan complicado reivindicar la paridad entre hombres y mujeres, si no todos hemos conseguido todavía los mismos logros.
Los problemas actuales son la violencia y el empleo. Y el mayor problema internacional es la trata de mujeres para su prostitución.
La agenda mundial choca en la fractura entre países. Los países chocan en su postura respecto a la mujer, a cómo tratarla, a su posición de poder dentro de alguno de esos seis campos, a la reivindicación de sus derechos políticos, civiles y educativos.
Por eso debemos seguir luchando, por la igualdad entre hombres y mujeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario