sábado, diciembre 27, 2008

Mujeres: Innegables Protagonistas de la Revolución Cubana

Opinan es éste artículo, personalidades de diferentes ámbitos de la vida social cubana y dan su valoración acerca de la Revolución y las mujeres...

Uno de los cambios más importantes producidos en los últimos 50 años en la subjetividad social cubana y, obviamente, en el cotidiano de vida de las instituciones de nuestro país, vino de la mano del cambio de posición sociocultural, económica y política de la mujer.

El impacto sobre los procesos cotidianos de vida, trascendió los límites de una conciencia social que si bien podía sumarse con claridad comprensiva a los procesos de cambios revolucionadores, se encontró ante un reto inimaginable.


Sustentos familiares patriarcales que matizaban incluso las adhesiones políticas serían puestos bajo cuestionamiento más primario. Probablemente fue un primer punto de conflicto psicosocial, por cierto no solo para el hombre, sino también para la mujer, y para todos los procesos de vida de la familia cubana. En este proceso, aún inacabado, se libró una revolución subjetiva fundamental. Y la artífice de esta revolución de conciencias (de percepciones sociales, actitudes, sentimientos, proyectos familiares, estructura y funcionalidad social, etc.) fue la mujer, que se suma a la Revolución sin reconocerse aún como la más revolucionadora célula social.

Mientras el hombre se sumaba a un accionar social que construía igualdad social, cese de las discriminaciones, empleo para todos, seguridad social, la mujer (emergiendo como analizador social) lo «miraba» desde su posición, de una manera retadora, como diciendo: «¿y yo qué?». En la mujer se objetivaba la dimensión de cambio subjetivo más allá de los cambios políticos, económicos, que se producían.

Sin este proceso los contornos definitorios de la Cuba de hoy serían otros.

Otra sería la sociedad cubana, sus instituciones, sin la resignificación subjetiva que introdujo la emancipación de la mujer.

Por este camino aún se anda. Se establecen los nuevos balances y complementariedades. Se superan algunos costos inevitables de cualquier proceso de ruptura. Se integra un pensamiento social emergente de las nuevas relaciones familiares, maritales. La impactada subjetividad masculina (identidad de hombre, esposo, padre) crece e intenta ubicarse al nivel de la avanzada femenina (estoy convencido de que la revolución subjetiva de la mujer dejó descolocada, en muchos sentidos, a la subjetividad masculina). Los retos, como es lógico, van por delante de los cambios, los promueven, los condicionan, los exigen.

Cincuenta años de revolución en el modo de vivir que han significado 50 años de revolución subjetiva. Y no me cabe duda: en el mismo centro de la revuelta, la mujer. Que cambiando su modo de vivir ha ido transformando su modo de pensar y el de toda la sociedad. Soy un convencido que entre las más importantes «revoluciones en la Revolución», la de la mujer (para felicidad de todos) alumbra con esplendorosa luz propia.

Manuel Calviño, psicólogo y profesor

En 50 años de Revolución cubana, la mujer ha tenido un papel primordial. Pero es que las mujeres han estado presentes en los últimos 200 años de la historia de Cuba. Desde nuestras mambisas, desde Ana Betancourt, Ana de Quesada, Mariana Grajales, hasta hoy Melba, Celia, Vilma, Haydeé, hay muchos nombres imprescindibles: Son un rosario de mujeres extraordinarias.

Sin ellas, la vibración poética de nuestra nación no tendría la fuerza que tiene. No hay que olvidar a muchas mujeres importantes en la cultura cubana, Reneé Méndez Capote, Dora Alonso y muchas, muchas otras, que son paradigmas de la mujer cubana en las letras, en las artes, en todo. Es larga la lista de las mujeres que han contribuido a definir nuestra nación; la mujer es la esencia más pura, la más aromática de esta nación maravillosa.

Miguel Barnet, presidente de la UNEAC

Son 50 años de crecimiento de la mujer cubana, que nos han servido para ser cada vez más nosotras mismas, para crecer, para ser; en especial, para aprender muchas cosas que quizás sin la Revolución no las hubiéramos sabido nunca.

Desde el punto de vista de la ciencia, hemos tenido la posibilidad de participación, de una incorporación de la mujer en un número en unos noveles que sin la Revolución ni siquiera podríamos haber soñado.

Hemos tenido la dicha de cooperar con un grano de arena, que nos corresponde o que estaba a nuestro alcance. De alguna manera, es tratar de cumplir esa máxima martiana de que la mano de la mujer tiene que estar presente en una nación; luchar por lograr ese equilibrio entre lo femenino y lo masculino, que es lo que hace feliz a una nación.

Sin la Revolución, nada de eso hubiera sido posible.

Concepción Campa Huergo, miembro del Buró Político, directora del Instituto Finlay.

El aporte de nuestras mujeres a esta causa ha sido muy grande. Hemos trabajado en todas las tareas de la Revolución. En la guerra y después del triunfo. Podría recordar las labores atendiendo a los familiares de los que cayeron en combate en todos estos años.

Fundamos organizaciones, nuestras campesinas se incorporaron a la Revolución; incluso, hemos luchado contra muchos compañeros machistas a los que, sin embargo, logramos demostrar lo que valemos. Fidel nos asciende a capitana el 24 de mayo de 1959 y cuando abrieron las escuelas militares, a pesar de que combatimos y participamos en diferentes luchas y diferentes trabajos, no nos querían dejar pasarla.

Pero bueno, hoy como mujer General, me siento orgullosa y feliz de pertenecer a nuestras Fuerzas Armadas; de llevar este uniforme que costó tantos muertos a nuestro pueblo. Es un orgullo pertenecer a unas Fuerzas Armadas como las nuestras, que no han sido jamás mercenarias, y a una Revolución que ha trabajado siempre a la par con nuestro pueblo.

General de Brigada Delsa Esther Puebla «Teté»

Aunque en el pasado se dieron pasos de progreso, s la Revolución cubana, la instauración de un Estado socialista, sus legisladores raigalmente revolucionarios, encabezados por Blas Roca Calderío, la labor tenaz desempeñada por la Federación de Mujeres Cubanas y su inspiradora, Vilma Espín, los factores fundamentales que propiciaron colocar a la mujer en un plano de absoluta igualdad jurídica con el hombre, consagrando sus derechos como trabajadora, esposa, madre, viuda, dirigente, científica.

Desde la promulgación del Código de Familia, los deberes y derechos conyugales se establecen en un plano de absoluta igualdad, y si el matrimonio se extingue por divorcio, ya la mujer no está supeditada a perder la guarda de sus hijos varones mayores de cinco años, como ocurría en el pasado; o si pretende formalizar nuevo matrimonio como divorciada o viuda, ya no ha de esperar en solitario 301 días para lograrlo; como madre soltera tiene la facultad de imputar la paternidad y como compañera conviviente (la otrora concubina), puede alcanzar los derechos como esposa reconociendo, jurídicamente, la unión aún sin el consentimiento de su pareja.

En el ámbito del Derecho Civil, ha alcanzado que, como viuda, se le asigne en propiedad y no en usufructo una porción igual a la de los herederos con quienes concurra. Estos, entre otros muchos ejemplos en los distintos textos legales, encabezados por la Constitución de la República que se refieren a la mujer, nos hacen concluir que en el plano jurídico hemos logrado disposiciones que facultan el pleno ejercicio de la igualdad de la mujer. Sin embargo, todavía superviven actitudes y valoraciones ancestrales (a las que las propias mujeres no son ajenas), que responden a estereotipos culturales de género, limitantes para que la igualdad alcanzada ante la ley, no lo sea totalmente ante la vida.

Dra. Olga Mesa Castillo

presidenta de la Sociedad Cubana de Derecho Civil y de la Familia de la Unión de Juristas de Cuba

profesora titular y consultante de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

La mujer cubana es parte indisoluble de la obra revolucionaria, ha sido protagonista activa de todas las transformaciones en el ámbito social, económico, político, cultural, docente, investigativo. En fin, está presente en todas las actividades de la sociedad cubana.

La fuerza laboral femenina abarca más de un millón 700 mil mujeres, que representan el 46 por ciento del total de trabajadores y ocupan el 66 por ciento de los cargos técnicos. En nuestra organización, más del 58 por ciento de los cuadros sindicales son mujeres y exhiben resultados que denotan su responsabilidad, disciplina y consagración en el cumplimiento de las tareas.

El XIX Congreso de la CTC valoró de positivo el papel de la mujer en la construcción del socialismo, arribando a esta magna cita con la mayor incorporación de la mujer al trabajo.

La CTC y los sindicatos han venido trabajando para dar cumplimiento a los acuerdos de la Conferencia Mundial de Beijing, las indicaciones de nuestro Gobierno y la resolución del XIX Congreso de la CTC sobre la mujer trabajadora, las que tienen como hilo conductor el cumplimiento del Postulado Constitucional de igualdad de trato que en el ámbito del trabajo debe existir entre el hombre y la mujer.

En este sentido, los sindicatos continúan exigiendo de las administraciones el respeto de los derechos de la mujer trabajadora y el mejoramiento de sus condiciones de trabajo y de vida. El trabajo político-ideológico en los centros de trabajo y la atención a sus problemas constituyen premisas indispensables para favorecer su incorporación y contribuir a su estabilidad laboral.

El control y chequeo sistemático del cumplimiento de las acciones acordadas con la Federación de Mujeres Cubanas, tiene en la revitalización y funcionamiento de las comisiones de empleo femenino uno de sus objetivos fundamentales, en función de lograr una mayor incorporación de la mujer a la vida económica y social del país.

En nuestro sistema de escuelas sindicales se imparten temas relacionados con género, equidad, autoestima y liderazgo femenino.

A nivel de base se realizan jornadas en saludo al «Día internacional de la Mujer» y «Día de la Mujer Rural», se promueve su actividad innovadora y se resaltan sus logros y proezas laborales.

Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político y secretario general de la CTC.

Como deportista agradezco a la Revolución la oportunidad que le abrió a todas las mujeres. De manera particular a quienes provenimos de una familia humilde y elegimos el deporte como carrera. Por ejemplo, los Club de voleibol, eran solo para personas blancas y con solvencia económica. Yo, que soy hija de obrero y ama de casa, no hubiera podido pertenecer a ninguno de ellos, aun cuando fuera muy buena deportista. La Revolución hizo desaparecer todas esas diferencias e hizo que el Deporte fuera un derecho de y para todos. Además de contribuir a romper con viejos conceptos machistas y colocarnos a la par del hombre.

Disponemos de una enorme fortaleza física y de espíritu, de una gran tenacidad para imponernos a los desafíos.

Incluso, la propia maternidad le otorga a muchas de nuestras atletas una fortaleza y preparación impresionantes a la hora de las competiciones. Una aptitud que, inevitablemente, deviene mayores sacrificios, dedicación…

Regla Torres, deportista.
Multicampeona Olímpica y Mundial.
Declarada por la Federación Mundial de Voleibol, en 2000, como la mejor jugadora de voleibol del siglo XX.

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