Amanece en el sur, un poco nublado y ventoso. La pava comienza a
hervir, el mate está listo. El silencio de las primeras horas de este
domingo dan lugar a la reflexión para poder decantar la intensidad del
primer día. Abrazos, lágrimas, gritos, saltos, debates, aprendizajes,
libertad, deconstrucción, marcha, fiestas, son las postales del sábado
más feminista que tuvo la Patagonia en los últimos años. Todo aquello
retumba en la mente y atraviesa el cuerpo, mientras circulan los
primeros mates del día.
Las madrugadoras aprovechan el viaje para disfrutar una de las claves
del turismo en Puerto Madryn: el avistaje de ballenas (octubre es la
mejor época). Otras prefieren dormir un rato más para recuperarse de las
multitudinarias fiestas de anoche ("Festitorta" y "Fiesta
Latinoamericana") que le pasan factura al cuerpo. Se descansa poco, se
disfruta mucho.
La marea feminista se va despertando: "Maldición, va a ser un día
hermoso". Por la mañana continuarán los 73 talleres que ayer desataron
miles de historias, discusiones y emociones.
Talleres, corazón del encuentro
Lo que pasa en los talleres conmociona, cada una cuenta sus vivencias
personales, sus puntos de vista, sus inseguridades, preguntas,
contradicciones y hasta planes de acción, ante un respetuoso silencio de
las demás. Todas venimos de realidades y contextos distintos, pero
entendemos de qué se trata la experiencia de la otra, porque el
patriarcado atraviesa transversalmente nuestra sociedad y penetra de
manera muy profunda en nuestras raíces, algo de lo que nos queremos
desprender. De eso se trata la sororidad y el empoderamiento.
La liberación a la que empuja el feminismo avanza a pasos agigantados
-aunque las noticias de violencia de género, femicidios, travesticidios y
transfemicidios aún desaniman bastante-. Pero lo cierto es que estos
años son claves para lo que vendrá. Se está gestando un profundo cambio
de conciencia, un cuestionamiento del discurso hegemónico machista,
cuyos estereotipos no hicieron más que dañar vínculos. Y ahora somos
muchas, y cada vez más jóvenes.
En el taller de Relaciones de Pareja, por ejemplo, se cuestionó a la monogamia como única forma de relacionarse con la otra o el otro, entendiendo que el amor es dinámico.
Se habló de relaciones abiertas y libres como una opción, que vienen de
la mano de diálogo, consenso, y responsabilidad sexual y afectiva. Se
expusieron inseguridades, culpas, desigualdades, y la necesidad de dejar
de pensar solamente en relaciones heterosexuales. Se abrazó la
bisexualidad, el lesbianismo, las relaciones poliamorosas como
verdaderas construcciones de amor.
En el taller de Activismo Gordx, se planteó la relación de la gordura y
el capitalismo (hay gente que se alimenta mal no porque quiere, sino
porque come lo que puede) y la relación directa que eso tiene sobre el
consumo y el placer de los cuerpos. También se habló sobre el espacio
que se les da a los cuerpos gordos en la sociedad, lo mucho que
incomodan y lo medidos que son en base a unos estereotipos irreales.
Otro de los puntos álgidos fue la patologización de la gordura y cómo el
sistema de salud está basado en un índice de masa corporal creado a
partir de mediciones extranjeras que no encajan con nuestra cultura y
excluyen otro tipo de formas.
genas,
la emergencia en la violencia de género, el cupo laboral trans y el
pedido de separación de la Iglesia con el Estado. También marcaron la
agenda las duras críticas al Estado por el aumento del desempleo y el
impacto del ajuste sobre las mujeres. Y se resaltó el pedido de que el
Encuentro sea también plurinacional para contener a las comunidades
originarias.
Emoción a flor de piel
En las calles vibra la emoción, se ven grandes grupos circulando por la
ciudad con pañuelos verdes, lilas y naranjas. Muchas participantes
emocionadas, con lágrimas en los ojos, charlando con alguna compañera,
abrazándose, conteniéndose. Otras más exaltadas, gritando "aborto legal, en cualquier lugar" o bien "¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan las travestis en la cara de la gente".
Se las percibe empoderadas, organizadas, encendidas, liberadas,
apasionadas, autopercibidas, encontradas, reveladas. Este año tiene
bastantes particularidades, muchas de las participantes vienen por
primera vez, eso denota el crecimiento del encuentro y del movimiento
feminista. Se ven muchas jóvenes, e incluso grupos de niñas de 12 años.
Por otra parte, este año se incorporó por primera vez al cronograma
oficial la marcha en contra de los travesticidios y transfemicidios. Fue
multitudinaria y conmovedora. Estuvo presente Say Sacayán y remarcó que
fue "un crimen de odio" el asesinato de su hermana Amancay Diana
Sacayán, reconocida activista creadora del Movimiento
Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L) y promotora de la ley de cupo
laboral trans quien recibió 13 puñaladas en su departamento del barrio
porteño de Flores en octubre de 2015.
Esta vez se marchó con más esperanzas, porque en junio de este año se
hizo justicia: Gabriel Marino fue condenado a perpetua por homicidio
agravado por odio a la identidad de género. Además este caso sentó
jurisprudencia para nombrar lo que hasta ahora venía enmarcándose bajo
carátulas confusas y mentirosas.
Hoy continúan los debates, las risas, el compartir, las ferias, las
actividades culturales, las transmisiones radiales y todo el folclore
que se vive en las calles como el gran festival feminista que es. A la
tarde se realizará la marcha principal y el domingo cierra con una gran
peña.
"Algo cambia en cada mujer que participa", rezan algunos pasacalles y esa es la razón del por qué venir al Encuentro Nacional de Mujeres.
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