jueves, abril 14, 2016

Violencia: Desafíos comunes en Latinoamérica y Caribe

Colombia (SEMlac).- ¿Qué hacer para transformar el continuo de la desigualdad y la violencia contra las mujeres y las niñas en América Latina y El Caribe? ¿Cómo incidir en imaginarios que reproducen y naturalizan la violencia? ¿Qué estrategias pueden ser más efectivas?

Al dar respuestas a estas peguntas, más de medio centenar de participantes en la Jornada Regional "Resistencias frente a las desigualdades y las violencias en los cuerpos de las mujeres de América Latina y El Caribe", realizado en Medellín, Colombia, los días 29 y 30 de marzo, identificaron desafíos comunes frente a la violencia que viven las mujeres de la región.

Continuar el trabajo con las mujeres para que hagan escuchar sus voces en defensa de sus derechos en las comunidades, los países y la región sigue siendo una apuesta necesaria, señalaron en la sesión final del encuentro, organizado por Oxfam Internacional.

Las y los asistentes abogaron por continuar articulando esfuerzos y desarrollando alianzas entre organizaciones de mujeres para avanzar en la construcción de nuevos imaginarios sociales con vistas a desmontar el patriarcado, involucrar a más activistas hombres y mujeres jóvenes en estas luchas y emplear los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones con estos propósitos.

Una estrategia permanente para erradicar las violencias que viven las mujeres, dijeron, debe enfocarse en áreas fundamentales donde se producen y recrean los pilares que sostienen el patriarcado, como la iglesia, la educación y las estructuras comunitarias.


Activistas, luchadoras de los movimientos de mujeres, académicas, mujeres indígenas y comunicadoras de la región respaldaron también, al final de la jornada, la creación de mecanismos internacionales que permitan exigir a los Estados una más pronta y efectiva justicia para las mujeres, así como garantizar protección a las defensoras de los derechos humanos de las mujeres, las comunidades y sus luchas.

Otras propuestas se refirieron a la necesidad de hacer seguimiento y evaluación de los presupuestos que se destinan a las mujeres y exigir a los Estados que designen recursos para ellas.
Hablaron, igualmente, de la necesidad de abrir espacio a la economía feminista, que parte de dar valor al trabajo de las mujeres, así como de crear apoyos para descargarles el trabajo doméstico no remunerado que perpetúa la dominación patriarcal.

Junto a las acciones de empoderamiento económico, se necesita también las de empoderamiento político que contribuyan al cambio de la condición social de las mujeres, su crecimiento personal, ciudadanía política y autonomía.
Con la mirada en situaciones comunes, más allá de los contextos de cada país, ratificaron su compromiso en las luchas que las unen frente a las violencias múltiples que habitan hoy las vidas y los cuerpos de las mujeres.

La violencia, además, no es privativa de las economías capitalistas y el mercado, ocurre también en otros tipos de proyectos sociales donde se producen y reproducen desigualdades e inequidades entre mujeres y hombres, donde se mantiene viva la cultura patriarcal.

¿Qué hacer, entonces, para que el sistema patriarcal no debilite al movimiento de mujeres y sus luchas? ¿Cómo impedir que los avances del movimiento se manipulen y usen por el sistema en contra de las mujeres?
Con esas preguntas como tarea, expresadas por la colombiana Clara Inés Mazo, las participantes ratificaron su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres en la región, una misión, dijeron, que es necesario continuar.

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