COMUNICAR IGUALDAD- A fines de julio, el Grupo de Trabajo (GTA) reunido por mandato de las Naciones Unidas para diseñar la Agenda de Desarrollo Post 2015 elevó a la Asamblea de las Naciones Unidas el resultado de 16 meses de debate. Se trata de un documento que reúne 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) que remplazarán a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), establecidos en el año 2000 y cuyo cumplimiento será evaluado el próximo año.
Desde que el proceso de redacción de los ODS comenzó, las organizaciones de mujeres y de género explicitaron la necesidad de que hubiera al menos un ODS vinculado a igualdad de género, además de transversalizar esta perspectiva en el resto de objetivos. Esto provocó un enorme debate a nivel internacional, con naciones conservadoras resistiendo la ampliación de derechos vinculados a temas de género, y que quedó fuertemente explicitada en marzo de este año durante la realización de la 58º sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El documento que acaba de ser aprobado por el GTA – en el que participaron tanto gobiernos como sociedad civil- explicita un ODS específico para igualdad de género, el Nº 5, que señala la necesidad de “Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas” y, para ello, conmina a combatir la discriminación; eliminar la violencia en ámbitos públicos y privados; eliminar prácticas nocivas como el matrimonio forzado y la mutilación genital; reconocer y valorar las tareas domésticas y de cuidados; asegurar la participación e igualdad de oportunidades en el ámbito público; asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva; otorgar a las mujeres igualdad en el acceso a los recursos económicos, a la propiedad y control de la tierra; mejorar el uso de las TIC’s; y reforzar las políticas para la igualdad.
Además, el llamado a la igualdad estuvo presente en varios de los demás ODS explicitados, como educación, ambiente y trabajo, entre otros. En relación a los ODM, se trata de un paso adelante sin duda a favor de la igualdad, que fue saludado por el Grupo Mayor de Mujeres (GMM) –uno de los nueve grupos que representaron en las negociaciones a diferentes sectores de la sociedad civil- en un documento final en el que señalaron: “Celebramos las metas únicas para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas, sobre desigualdades dentro y entre los países; sobre la sustentabilidad del medio ambiente; y el cambio climático. También elogiamos que las metas tengan por objetivo terminar con la pobreza y el hambre, garantizar vidas saludables y el acceso universal al agua y la sanidad para todos“.
banderas rojas
Sin embargo, el GMM dijo que no es suficiente y, en el mismo documento, estableció ocho banderas rojas sobre temas centrales para el logro de la igualdad no contemplados en el documento.
Mabel Bianco, médica y presidenta de la Fundación Estudio e Investigación de las Mujeres (FEIM) de Argentina e integrante del GMM, explicita los temas que no han sido abordados: los derechos humanos no están en el centro del desarrollo sustentable; las metas sobre salud sexual y reproductiva no son lo suficientemente amplias y no se incluyeron los derechos sexuales sino los reproductivos; no se aborda lo suficiente el desequilibrio en la concentración de poder y riqueza que profundizan la pobreza y las desigualdades dentro y entre los países y la agenda no cuenta con metas para revertir esta tendencia; la responsabilidad del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado todavía recae sobre las mujeres; hay una falta de reconocimiento de las mujeres agricultoras, pescadoras e indígenas que es clave para la administración sostenible de los recursos naturales; hay falta de atención del rol de las mujeres en la paz y la justicia; y la tecnología sigue estando en el comercio y el acceso privado.
En palabras de Corina Rodriguez Enríquez, economista argentina que también participó del GTA en representación de la organización de la sociedad civil Development Alternatives with Women for a New Era (DOWN): “La propuesta no tiene una perspectiva de derechos humanos, ni de derechos humanos de las mujeres, y sigue haciendo énfasis en el crecimiento económico en lugar del desarrollo. De hecho, hablar en el Objetivo 8 de ‘sustained’ (sostenido) and ‘sustainable’ (sostenible) crecimiento económico es una contradicción en sí misma. La propuesta no tiene un tono que desafié las actuales estructuras y dinámicas económicas que reproducen las desigualdades, entre ellas las de género”.
Otros aspectos de debilidad que señala en la misma línea que Bianco son que son que “el lenguaje en términos de derechos y salud sexual y reproductiva es débil, sobre todo en el tema de derechos sexuales” y que la cuestión de la educación sexual integral haya quedado desplazada del documento.
En relación específicamente a las tareas de cuidado, tema en el que Rodriguez Enríquez se especializa, señala que si bien “existe en el objetivo específico de género una meta vinculada al trabajo de cuidado no remunerado, en la negociación este punto quedó debilitado respecto a formulaciones que se propusieron durante los 16 meses de trabajo. En concreto, se habla sólo de reconocer y valuar el trabajo doméstico y de cuidado, pero no se habla de su redistribución ni de su reducción, que era lo que el grupo de mujeres proponíamos. También quedó debilitada la responsabilidad del Estado, porque si bien se habla de servicios públicos, se insiste en la redistribución al interior de los hogares y no hacia afuera. Y finalmente, se insiste con la referencia a ‘la familia’, cuando consideramos que la referencia debiera ser sólo a hogares, para incluir todas las diversas formas de familia que existen”.
Alianzas conservadoras
Tanto los debates en torno a las diversas formas de familia, como los vinculados a derechos sexuales, y en general todos los que tienen que ver con ampliación de derechos de género, en particular derechos vinculados a la diversidad de género y opción sexual, vienen siendo frenados al interior de la Organización de las Naciones unidas por alianzas intergubernamentales que incluyen al Vaticano, Rusia y algunos países de Asia y África. Sucedió en la mencionada 58º sesión de la CSW y durante la 47ª sesión sobre Población y Desarrollo de la ONU, realizada en abril de este año. Recientemente, el Consejo de Seguridad de la ONU, aprobó además una Resolución de Protección de las Familias –apoyada por esta misma alianza de países- que también propone la restricción de derechos en relación a la diversidad de género y opciones sexuales.
“A lo largo de las negociaciones de estos dos años hubo distintas alianzas, pero en el final fue Arabia Saudita el país que presentó las mayores objeciones a los temas de las mujeres, con mucho apoyo de otros países de África y Asia y en alianza con el Vaticano –sintetiza Bianco-. Rusia también estuvo entre los más conservadores y opuestos a estos temas pero no contó esta vez con el apoyo cerrado de los países del ALBA.”
Rodriguez Enríquez señala, a su vez, otra disputa internacional que se dio durante el debate de los ODS y que no tuvo que ver con la restricción-ampliación de derechos sino con la utilización de los recursos económicos. “Esta disputa aglutinó por un lado a los países del norte y, por el otro, a los del sur. El debate fue sobre los medios de implementación y el financiamiento para el desarrollo, con los países del norte resistentes a asumir responsabilidades concretas y ampliar los medios de financiamiento” explica.
El documento aprobado por el GTA se presentará en septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas pero su aprobación definitiva recién vendrá en ese mismo espacio de la Asamblea pero en el año 2015. ¿Hay posibilidades de que el documento mejore o empeore hasta ese momento? “Es difícil saberlo –señala Rodriguez Enríquez-. La gente que está asesorando al secretario general de la ONU en esta materia, por lo que dicen, pareciera no ser muy confiable para los intereses de las mujeres. Esta semana han enviado una carta reconociendo el trabajo del GTA y diciendo que esta propuesta de los ODS será un insumo clave, con todo lo ambigua que esta expresión puede ser.”
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