martes, noviembre 05, 2013

Homenaje a una mujer ejemplar: Berta Rosenvorzel

Guillermina Roca Iturralde

Resumen Latinoamericano Con gran afecto y admiración fue homenajeada Berta Rosenvorzel, una de los cinco maestras y maestros argentinos que participaron en la Campaña Nacional de Alfabetización cubana, en la Embajada de Cuba en Buenos Aires.

A poco de cumplirse 52 años de aquel 22 de diciembre de 1961 cuando Fidel Castro anunciaba una Cuba libre de analfabetismo, se recordó el papel del maestro argentino José Murillo, que junto con las educadoras Tatiana Viola, Elisa Vigo, Angélica Iglesias y Berta Rosenvorzel se alistaron en el Ejercito de alfabetización de las Brigadas Conrado Benítez en suelo cubano. Un momento de la historia revolucionaria que no se conoce en la profundidad que amerita en testimonio vital de una de sus protagonistas.

El acto fue organizado por la filial San Martín de la AELAC (Asociación de Educadores de Latinoamérica y del Caribe), entidad a la que pertenece la homenajeada. Abrió el turno de oradores, la compañera del fallecido maestro José Murillo, quien evocó lo que fue esa cruzada del saber llevada a cabo en y para el pueblo de Cuba. Luego, Rosenvorzel, con mucha fuerza y presencia a pesar de los 94 años que cumple esta misma semana, comenzó aclarando “que en lugar de corazón tiene un motor” para soportar tantas emociones. Reflexionó que no pueden existir las ciencias sociales y educativas sin el primer paso que dio Cuba con la alfabetización de 1961, con esa hazaña cultural y popular del pueblo cubano. Señaló que confía en la responsabilidad de los educadores porque “la educación es un elemento muy importante de cambios sociales”. “Hoy compartimos los sueños, la realidad que significó Cuba para las luchas de América Latina y África que la pudieron incorporar, porque Cuba demostró que en momentos tan difíciles se pudo y se puede batir al imperialismo yanqui y a los otros que le siguen también”, aseguró Berta.

Por otro lado, recordó que el día que regresaron a Argentina se estaba produciendo el encuentro de la OEA cuando Cuba fue expulsada. “Sin embargo, ahora tenemos en América Latina muchos organismos muy importantes de integración y vamos a salir adelante porque ya no se vuelve atrás, el socialismo en una u otra forma se va a asentar en nuestra América Latina, es lo más hermoso, no es fácil, no es sencillo pero uno está a disposición siempre ¡Viva Cuba!”. Todos los presentes respondieron con el mismo fervor a ese grito sentido y con aplausos interrumpieron el discurso de Berta, quien luego hizo mención de la reciente declaración de constitucionalidad de la Ley de Medios en Argentina, que la maestra alfabetizadora incluyó como “uno de los tantos proyectos venideros a ser aprobados en beneficio de nuestro pueblo”.

El acto comenzó con la proyección del documental producido por Resumen Latinoamericano: "Cuba: la gran hazaña del saber”, de María Torrellas, donde se evoca el trabajo realizado por Berta en Cuba, y en homenaje a la campaña actual de alfabetización “Yo sí puedo” que se realiza en Argentina y otras partes de Latinoamérica. “La idea es que Berta explicara de donde surge ese afán de la revolución cubana de enseñar a leer y escribir al mundo y mostrar cómo fue esa hazaña de la alfabetización cerca de Marti, de Fidel, del Che, de las mujeres de la revolución. De esas niñas que con trece años iban a alfabetizar y le decían a Fidel :“yo voy a hacer lo que la patria me demande” y los chicos de quince años que se quedaron alfabetizando a pesar de poner en peligro su vida.” explicó Torrellas. Luego, la responsable de la Fundación Un Mundo Mejor es Posible, Claudia Cambia, recordó que Berta apoyó desde el comienzo la campaña alfabetizadora del “Yo si puedo” en Argentina. Para dar por concluido el homenaje, el embajador cubano en Argentina Jorge Lamadrid Mascaró agradeció a Berta su aporte a la lucha de Cuba y citó las palabras que Fidel Castro proclamaba en la Plaza de la Revolución el 22 diciembre de 1961 luego de ganar la batalla contra el analfabetismo: “Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de júbilo mayor, ningún minuto de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados.”

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