Lourdes M. Benítez Cereijo / Juventud Rebelde
Cuando se trata de hablar de la participación e importancia de la fémina cubana en la historia de nuestro proceso de emancipación, hay un nombre que la memoria no puede dejar escapar: Vilma Espín Guillois. Su ejemplo, vida y obra, tuvieron su directriz en la lucha por una sociedad justa, por desterrar la visión de la mujer como ser discriminado y otorgarle el lugar que verdaderamente merecía.
En la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro fue presentado el libro Vilma, una vida extraordinaria, que deviene no solo remembranza necesaria, sino un acertado recuento histórico y un homenaje a la mujer cubana, mediante la evocación de la heroína de la Sierra y el llano.
Resultado de un arduo proceso de investigación, a cargo de Juan Carlos Rodríguez y Maira Marilyn Rodríguez, el texto resulta una obra de excelente factura, que vio la luz bajo el sello de la Editorial Capitán San Luis.
«Vilma, un ser humano excepcional; comprensiva, sensible, exigente, flexible en su pensamiento e intransigente con la injusticia y lo mal hecho, nos ha legado en sus discursos y escritos, y sobre todo con su vida, un caudal de sabiduría basada en firmes principios revolucionarios. Al estudio de su vida y su obra debemos volver una y otra vez y propiciar que las nuevas generaciones la estudien, porque su lucha y legado están en la esencia del camino hacia el mejoramiento humano del que nos hablara Martí».
Con estas palabras, incluidas en el prólogo del libro, Asela de los Santos describe a su compañera de lucha e invita a los jóvenes a aproximarse a la oportuna semblanza que propone la obra literaria.
«Que este hermoso libro sea, en manos de nuestro pueblo y en especial de nuestra juventud, un nuevo acercamiento al conocimiento de esta imprescindible mambisa del siglo XX, combatiente de las trincheras de ideas y de las trincheras de piedras, peleadora incansable por la justicia, ser humano que nos enseñó a enfrentar la adversidad, e incluso la muerte, asistida siempre por dos grandes fuerzas que sostuvieron y animaron su preciosa vida: el amor y la ética», agregó.
Vilma... contiene la obra fotográfica de maestros del lente como Perfecto Romero, Alberto Díaz, «Korda», Raúl Corrales, Liborio Noval, Osvaldo Salas y Ernesto Fernández.
Incluye los testimonios de De los Santos, pero también de Yolanda Ferrer, Armando Hart, Electra Fernández, Sonia Espín, José Quintela y Víctor Mesa, así como otros de Haydée Santamaría, Alicia Alonso, Alfredo Guevara, Carlos María Gutiérrez y Jorge Ricardo Masetti, los cuales fueron tomados de libros y documentales.
El volumen no solo es un recuento de la vida y obra de Vilma Espín, sino que además constituye un repaso por momentos significativos de la historia de Cuba, de antes y después del triunfo de la Revolución.
Así, se pasa revista a sucesos como el golpe de Estado de Fulgencio Batista, el asalto al Cuartel Moncada, la gesta de emancipación librada en la Sierra y el llano, el triunfo de enero de 1959... Se dedica especial atención a la lucha por los derechos de la mujer cubana y la igualdad de género, como parte de un proyecto enfocado hacia la justicia social.
Al decir de Eusebio Leal, «este libro es importante porque contiene una historia grande que comenzó en Guáimaro, cuando Céspedes, escuchando a Ana Betancourt, dijo: “Esta mujer se adelantó a su tiempo”. También se adelantaron otras cubanas, mambisas, educadoras y rebeldes como Melba y Haydée, Celia y Vilma, quien llegó hasta nosotros intacta en su memoria y nos convida a continuar la huella profunda que dejó en la juventud, en el género y en la defensa de los valores de la sociedad cubana».
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