domingo, enero 20, 2013

Violaciones, un riesgo diario entre las mujeres indias

Por Alberto Salazar *Prensa Latina
La violación múltiple de una joven de 23 años en Nueva Delhi desató una oleada de protestas en todo el país y colocó el tema en los grandes medios de comunicación del planeta, pero hechos de esa naturaleza son cosa de todos los días en la India.
Basta repasar los periódicos o mirar la televisión un par de horas para corroborarlo, pues la llamada crónica roja da incesante cuenta de los abusos sexuales y otros escarnios físicos y morales a que están expuestas las mujeres en este inmenso país de mil 210 millones de habitantes.

Según la Oficina Nacional de Registro de Crímenes, en la India es violada una mujer cada 20 minutos, pero con todo y ser pavorosa, la cifra se queda corta: miles más son ultrajadas y no hacen la denuncia por vergüenza, temor o presumir que la policía engavetará el caso.

Si los hechos del 16 de diciembre cobraron notoriedad fue por la brutalidad con que varios sujetos asaltaron a la muchacha, una estudiante de fisioterapia que había salido del cine en compañía de su novio y esperaba el ómnibus en una parada del sureño distrito delhita de Saket.



Sin sospechar la tragedia que se avecinaba, aceptaron el ofrecimiento del chofer de un autobús que pasó por allí. Cuando entraron, casi sin mediar palabras, seis sujetos violaron a la chica, incluso con una barra de hierro, y apalearon a su acompañante casi hasta la inconsciencia.

Luego, semidesnudos los dos, los lanzaron a la calle y hasta intentaron aplastarlos dándole marcha atrás al ómnibus. Si no lo lograron fue porque él pudo apartarla hacia la cuneta.

Allí estuvieron tirados sin que los conductores de varios autos particulares, de algunos rickshaws (triciclos motorizados que sirven de taxis) y hasta de tres patrulleros atendieran a sus llamados de auxilio. Finalmente un auto policial los llevó a un hospital.

Ella llegó con los intestinos afuera -días después se los extirparon para evitar la gangrena- y con serias lesiones vaginales, anales y en los órganos internos. Él, con una pierna fracturada y varias heridas.

La historia de Amanat (en hindi, tesoro), como la llamó simbólicamente la ciudadanía, terminó 13 días después en un hospital de Singapur especializado en trasplante de órganos.

Los seis violadores fueron arrestados en cuestión de días y están siendo enjuiciados a puertas cerradas por una corte del distrito de Saket.

ASPIRINAS NO CURAN CÁNCER

Un alud de opiniones sobre las causas de los abusos sexuales en la India ha seguido al tremebundo hecho.

Una gran parte lo atribuye al débil accionar de la policía y al poco rigor con que se sancionan los delitos de este tipo, sin faltar quienes culpen a las propias mujeres por vestir a lo occidental, trabajar en la calle, ir a centros nocturnos y otras peregrinas razones.

En respuesta a la ira popular, lo más que ha hecho el gobierno es aumentar la presencia policial en las calles, sobre todo de noche, ejercer mayores controles en los medios de transporte público, y nombrar una comisión que propondrá leyes más severas contra los violadores.

Medidas que, dicho sea de paso, poco han conseguido hasta ahora, pues los asaltos sexuales siguen a la orden del día, algunos tan espeluznantes como los de Amanat.

Otros aseguran que la principal causa es la desproporción entre la población masculina y la femenina -se calcula que en la India hay 15 millones de hombres "extra"Â�-, determinada por el alto número de abortos cuando los padres saben que la criatura por nacer será niña. O el asesinato o el abandono en un basurero cuando ya nació.

También se señalan las insuficiencias del sistema educacional y el sentimiento de superioridad con que son criados los varones, generador de un sentimiento de absoluto desprecio hacia el llamado sexo débil.

Ello origina que para las mujeres indias el simple hecho de salir a la calle sea un riesgo porque el acoso va desde silbidos y frases obscenas hasta manoseos en el transporte público, cuando no la violación.

En los hogares pasa otro tanto: en su informe sobre adolescentes correspondiente al 2012, Unicef reportó que más de la mitad de los adolescentes indios -el 57 por cientos de ellos, el 53 de ellas- encuentran justificable que los maridos golpeen a sus esposas.

Por suerte, la ciudadanía está cobrando conciencia de que las violaciones, los abusos físicos y morales y todos los demás fenómenos asociados a la desigualdad de género tienen profundas raíces estructurales.

Autotitulada la mayor democracia del mundo, la nación surasiática aún tiene mucho que hacer para merecer el título y rescatar a la casi mitad de su población de la trampa en que la han sumido las bases patriarcales y machistas de la sociedad.

Mahatma Gandhi dijo una vez: "El día en que una mujer pueda caminar con libertad por la noche, ese día podremos decir que India ha conseguido su independencia".

*Corresponsal de Prensa Latina en la India

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