Karem Racines Arévalo /Semana
A media mañana de este domingo, los alrededores de la tarima del Parque Nacional, donde se reúnen cada fin de semana los aficionados del yoga, los aeróbicos y la rumba terapia para practicar animadas clases en grupo, fue esta vez el escenario para que cientos de hombres y mujeres mostraran tristeza, indignación e impotencia por los niveles de violencia que se registran en el país, y especialmente contra el género femenino.
El motivo de la concentración fue la violación y el asesinato atroz de Rosa Elvira Cely, de 35 años de edad, quien fue hallada agonizando al amanecer del jueves 24 de mayo, en la parte alta del parque, después de haber sido violada, ultrajada y empalada por al menos un agresor, con quien había sostenido una relación amorosa. A los cinco días, después de una fuerte batalla en cuidados intensivos, murió.
Las condiciones grotescas que circundan el caso, consternaron a la ciudadanía colombiana y muchos, hombres, mujeres, representantes de organizaciones civiles, políticos, niños con sus mascotas y ancianos, se acercaron al plantón para gritar a viva voz: ¡Justicia!.
La idea de la protesta surgió el martes de esta semana, cuando los medios de comunicación reseñaron el fallecimiento de Rosa Elvira, y un grupo de estudiantes y egresadas de la Universidad Nacional, impactadas por el abominable crimen, crearon una página en la red social facebook con el nombre "Ni una más", y convocaron a la concentración en el parque.
Enseguida se unieron a la iniciativa decenas de organizaciones civiles para defensa de los derechos humanos y de la mujer, agrupaciones internacionales y, sobre todo, ciudadanos comunes conmovidos por el caso.
Para expresar unas palabras de solidaridad a la familia de Rosa Elvira y convocar la acción de los administradores de justicia, la vocería fue asumida por la periodista Jineth Bedoya, quien se ha convertido en una de las "caras visibles" de la lucha por los derechos de la mujer, después de haber sido secuestrada y violada por paramilitares, hace 12 años.
"En otras regiones del país el empalamiento es usado, hoy en día, por paramilitares para agredir a sus víctimas. En lo cotidiano hay otros casos similares al de Rosa Elvira, pero esta vez ocurrió en Bogotá, en pleno centro de la ciudad, y eso tiene un impacto mucho mayor que cuando ocurre en cualquier pueblo de Colombia", dijo Olga Amparo Sánchez, directora de la ONG Casa de la Mujer.
Entre los asistentes había muchas personas que exhibían camisetas con consignas de rechazo a la violencia contra la mujer, y algunas de las pancartas tenían mensajes así: ¡Ni una más!, "No a las rebajas de pena", "Cadena perpetua para los desgraciados", "Por la dignidad y el derecho a la vida, ni una Rosa más", "92 mil mujeres violadas en los últimos 8 años merecen que se haga justicia", "No hay excusas para agredir a una mujer".
El emotivo acto también sirvió para improvisar una letanía con algunos de los nombres de las mujeres que han perdido la vida recientemente en Colombia, como consecuencia de actos violentos. Esos mismos nombres luego estaban expuestos en la ruta que era guiada por oficiales y policías, con pañuelos y rosas blancas en la mano, hacia la zona del parque donde fue hallada moribunda la mujer.
En el espacio que se designó para hacer la ofrenda floral, fue colocado un afiche con la foto de Rosa Elvira y un montón de carteles negros que decían "Nuestro luto no implica silencio". Ahí fueron colocados claveles blancos, rosas rojas, hubo oraciones, cánticos, discursos breves… pero lo que lo más hubo ahí, entre tanta gente, fue tristeza.
Peticiones comunes
Sandra y Diana, dos de las universitarias que convocaron al plantón, contaron que la intención de la concentración fue hacer un reclamo público para que organizaciones civiles, militares y políticas se unan a favor de que este tipo de hechos, como el de Rosa Elvira Cely, no siga ocurriendo en Colombia: "Muchas de estas situaciones pasan de agache. Si no es porque esta mujer se murió y eso generó un escándalo al que los medios de comunicación atendieron, pues hubiera quedado en el olvido".
Por eso entre las peticiones que se leyeron en el acto de homenaje a la víctima destaca: "Exigimos que se haga justicia frente a este tipo de atrocidades, y más allá de cárceles, penas y leyes, llamamos a la sociedad a revolucionar nuestro esquema de pensamientos, prácticas y valores, que desde la cotidiana hasta la grandes estructuras sociales, consagran la violencia como práctica de dominación sobre mujeres, niños y ancianos, entre otros actores vulnerables".
Dos de los presentes en la marcha Fernando Duque y la periodista Constanza Vieira, llevaban un letrero que decía: "Estoy tan molesto que hice un cartel", y luego contaron que su presencia ahí tenía por objeto mostrar su repudio ante el "hecho bárbaro cometido contra la humilde mujer bogotana". "Esto le puede pasar a cualquiera porque la impunidad en nuestro país ronda el 90% y porque es una sociedad que fabrica monstruos que no hay quien los detenga", comentaron.
Al mediodía las personas comenzaron a replegarse del lugar de la ofrenda floral, se formaron algunos subgrupos que permanecían con sus pancartas en las manos, clamando justicia, pidiendo acciones contundentes contra la violencia, llamando a la reflexión de las autoridades.
En otras zonas del parque había quienes caminaban con sus consignas en las camisetas. Y en la tarima, que minutos antes había servido de tribuna para los indignados por la muerte de Rosa Elvira, había entonces tres instructores de aerobicos, haciendo brincar y sudar a decenas de deportistas que permanecieron ajenos al dolor que se concentró por dos horas a su respaldo.
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