Por Wilfredo Alayón *(Prensa Latina)
Aunque en los últimos siete años Uruguay ha buscado caminos para cerrar las brechas de órdenes económicos y sociales que acosan a las mujeres, la distancia por recorrer es aún considerable para lograr la equidad.
Ese balance negativo está expresado en el estudio "En busca del pleno ejercicio de la ciudadanía: el lugar de las mujeres en la toma de decisiones", presentado por el Sistema de Información de Género del Instituto Nacional (Inmujeres).
Con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), el texto, integrante de la línea editorial "Cuadernos del Sistema de Información de Género" del Instituto, deja en evidencia la baja representación femenina en espacios políticos.
Aunque en los últimos siete años Uruguay ha buscado caminos para cerrar las brechas de órdenes económicos y sociales que acosan a las mujeres, la distancia por recorrer es aún considerable para lograr la equidad.
Ese balance negativo está expresado en el estudio "En busca del pleno ejercicio de la ciudadanía: el lugar de las mujeres en la toma de decisiones", presentado por el Sistema de Información de Género del Instituto Nacional (Inmujeres).
Con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), el texto, integrante de la línea editorial "Cuadernos del Sistema de Información de Género" del Instituto, deja en evidencia la baja representación femenina en espacios políticos.
La principal conclusión a la que llega esta investigación es que las mujeres, al 2012, prosiguen como un grupo minoritario, numérica y conceptualmente, en todos los ámbitos públicos de decisión analizados en Uruguay.
El estudio, reseñado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) al que está adscripto Inmujeres, detectó una presencia de adultas muy baja en los Poderes Ejecutivo y Legislativo, a pesar del ser el 52 por ciento de la población de este país.
En la primera de esas instancias, el avance de la equidad de género no ha sido lineal y ha sufrido un retroceso en el gabinete ministerial actual respecto al anterior (2005-2010), indicó la fuente.
De acuerdo con la pesquisa, en la historia de los consejos de ministros uruguayos, la participación de las mujeres ha representado sólo un pobre cuatro por ciento (11 ministras de un total de 284 cargos).
La participación en el Parlamento, por su lado, es de 15 unidades porcentuales y está por debajo del promedio regional (23 por ciento), a pesar de haber experimentado un incremento de cuatro unidades en la composición a partir de 2009.
Curiosamente, expertos en el tema rememoran que, en la centuria pasada, Uruguay fue país pionero en la incorporación de las mujeres en los espacios políticos electivos.
MAS FEMINAS, PERO MENOS CARGOS
La publicación particularizó en el caso del Poder Judicial, donde se observa una alta representación de las mujeres, 63 por ciento del total de altos cargos. Sin embargo, en un polo opuesto su participación en la Suprema Corte de Justicia ha sido históricamente muy baja y es actualmente nula.
El ámbito que ofrece mayores posibilidades son las alcaldías, donde esta nación alcanzó en esa primera instancia de gobierno un 25 por ciento de las responsabilidades, mientras la media regional en este nivel es un ocho por ciento.
"Las brechas entre hombres y mujeres están presentes en muchos ámbitos, sin embargo, la distancia en la distribución del poder es una de las más amplias y donde se han observado menos avances, sobre todo en Uruguay", destacó la investigación.
A juicio de especialistas, la investigación constituye un insumo para la elaboración de políticas públicas y propone, entre otras medidas, lograr una distribución más equitativa del tiempo dedicado al trabajo no remunerado.
Las propuestas incluyen generar cambios culturales, facilitar el acceso a cargos de máxima responsabilidad, aprovechar la Ley de Cuotas y fortalecer las condiciones para la igualdad en la participación del sector.
OPINAN DIRECTIVOS
Daniel Olesker, titular del Mides, destacó la importancia del instrumento, ya que con información de calidad sistematizada es posible evaluar y adoptar decisiones.
"Este informe evidencia los problemas existentes en materia de desigualdad para asumirlos y actuar", abundó el ministro.
La presidenta de Inmujeres, Beatriz Ramírez, ratificó la existencia de un déficit democrático en lo que respecta a la toma de decisiones por parte de ellas, y reconoció similar situación a nivel laboral público y privado.
"El predominio masculino es notorio y la desigualdad se percibe también en la remuneración, pese a cumplir la misma tarea", subrayó.
Ramírez comentó a Prensa latina que si bien ellas han conquistado innumerables espacios en las últimas décadas, la superación efectiva de las desventajas históricas es una deuda pendiente del Uruguay actual.
"A pesar de que la participación en el mercado de empleo aumentó cinco puntos porcentuales, persisten inequidades de género en las tasas de actividad y desempleo", señaló la directiva de la organización.
"Superar esa desigualdad es una condición esencial para alcanzar una verdadera justicia social", amplió.
Susan McDade, coordinadora residente aquí de Naciones Unidas, recordó que Uruguay fue de los primeros países de la región en aprobar el voto de la mujer y líder en América Latina en la inclusión.
Pero hoy, añadió la experta del organismo multinacional, esta nación suramericana es una de las que menos participación da a ese sector.
*Corresponsal de Prensa Latina en Uruguay.
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