La doctora Aismara Borges, especialista en estudios en salud de las y los trabajadores de la Universidad de Carabobo y docente de la Cátedra Mujer, Salud y Trabajo del posgrado de Salud Ocupacional/Instituto de Altos Estudios Dr. Arnoldo Gabaldón, afirma al equipo editor de la Araña Feminista que en Venezuela, y en el mundo, la segregación del empleo es el rasgo más distintivo del trabajo de las mujeres, debido a que la fuerza de trabajo femenina se concentra en el sector servicios. "Se observa una tendencia al aumento de la presencia de mujeres en trabajos informales y de más bajos salarios (trabajo por contratación de tiempo determinado, trabajo con pago por pieza producida en su propia vivienda o en pequeños talleres aledaños a su casa)".
ALGUNOS DATOS
"En las cifras de empleo del Instituto Nacional de Estadística (INE) del país, en la primera década de este siglo XXI, las mujeres nos encontramos en 47% en el sector comercio, restaurantes y hoteles, en cargos de atención al público como cajeras, vendedoras, cocineras, camareras, entre otros". Así mismo 56,7% de la fuerza de trabajo en el sector servicios sociales y personales está ocupado por mujeres. Igualmente cuando miramos la composición de mujeres y hombres en el sector servicios, 72,6% está representado por mujeres; en salud, la fuerza de trabajo femenina representa 71,3% (enfermeras, médicas, trabajadoras de archivos médicos, bioanalistas y auxiliares de laboratorio) y en el renglón servicios domésticos 96,9% de las trabajadoras son mujeres". Igualmente, la especialista en Salud Ocupacional invita a que nos detengamos a analizar al sector fabril; rápidamente nos daríamos cuenta de que mujeres y hombres son empleados de manera diferencial.
"En las cifras de empleo del Instituto Nacional de Estadística (INE) del país, en la primera década de este siglo XXI, las mujeres nos encontramos en 47% en el sector comercio, restaurantes y hoteles, en cargos de atención al público como cajeras, vendedoras, cocineras, camareras, entre otros". Así mismo 56,7% de la fuerza de trabajo en el sector servicios sociales y personales está ocupado por mujeres. Igualmente cuando miramos la composición de mujeres y hombres en el sector servicios, 72,6% está representado por mujeres; en salud, la fuerza de trabajo femenina representa 71,3% (enfermeras, médicas, trabajadoras de archivos médicos, bioanalistas y auxiliares de laboratorio) y en el renglón servicios domésticos 96,9% de las trabajadoras son mujeres". Igualmente, la especialista en Salud Ocupacional invita a que nos detengamos a analizar al sector fabril; rápidamente nos daríamos cuenta de que mujeres y hombres son empleados de manera diferencial.
"En el sector alimentos y bebidas, el 65% de la fuerza de trabajo está conformada por los hombres y en 35% por mujeres, generalmente en puestos de trabajo que son una extensión del trabajo doméstico de cocinar, elaborando pastas o galletas, y como embaladoras, por la supuesta delicadezas de las mujeres para el trabajo fino con sus manos "pequeñas y delicadas". En el sector textil, calzado y cuero se aprecia un número importante de mujeres (66,3%) versus (33,9%) de hombres. Sin embargo, cuando estudiamos la estructura de cargos, los hombres están en los cargos de operarios de máquinas: telares, hilanderías, estampado, mantenimiento, cargos mejor remunerados, mientras que las mujeres son segregadas a los departamentos de costura y zurcido, control de calidad del producto". Por último, la doctora Borges plantea que "el sector informal de la economía, el cual representa 45% de la fuerza de trabajo, está feminizado. Algunos estudios señalan que en los sectores más pobres, la economía informal, precarizada y sin seguridad social, esta feminizada en un 60%".
La segregación, discriminación del empleo de las mujeres es uno de los principales retos que debe considerar la Comisión Presidencial para la nueva Ley Orgánica del Trabajo (LOT), con el fin de superar las inequidades sociales y garantizar una sociedad más justa, siempre socialista.
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