El feminismo que ejercen las mujeres indígenas zapatistas debe ser respetado como una forma de pensamiento y organización colectiva, para conquistar derechos que han sido negados históricamente a esa población, advirtió la antropóloga Sylvia Marcos.
La autora del libro “Mujeres, indígenas, rebeldes, zapatistas” –que se presentó este viernes en Cuernavaca– sostuvo que la postura de las integrantes y simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es una “una nueva teoría feminista”, para analizar cómo las mujeres indígenas han luchado por alcanzar sus demandas.
En entrevista con Cimacnoticias, Sylvia Marcos –doctora especialista en género y religión– explicó que las mujeres del campo y la ciudad están sometidas a un régimen patriarcal que las afecta de manera distinta, de acuerdo con el contexto en el que se desenvuelven.
Por ello, acotó, “se debe comprender que el feminismo ejercido por las mujeres zapatistas es distinto” al de las teorías contemporáneas.
La fundadora del Seminario Permanente de Género y Antropología del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, consideró que la aportación de su libro es tender puentes para entender “en absoluto respeto lo que dicen las mujeres indígenas”.
“Conocer qué demandan, qué reclaman y cómo lo hacen, para así comprender la manera en que ellas ejercen su teoría feminista”, remarcó la también autora del tercer volumen de la “Enciclopedia Iberoamericana de Religiones, Religión y Género”.
SABIDURÍA COLECTIVA
“Siendo mujeres indígenas se tiene un anclaje diferente con relación a las propuestas feministas urbanas, que en primer lugar proviene de su situación contemporánea como pueblos subalternos en la sociedad dominante”, abundó la investigadora.
“Los derechos de los pueblos están lesionados; para tener sus derechos como mujeres, las indígenas deben realizar una lucha que abarque la colectividad para rescatar también sus derechos como pueblo indígena”, dijo Sylvia Marcos, quien ha sido profesora e impartido conferencias en universidades de Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina.
La también activista por más de 30 años en el movimiento feminista en México aclaró que para los pueblos indígenas la diferencia entre los géneros “no existe en su concepción del mundo”.
Las diferencias entre hombres y mujeres provienen de la época de la conquista, y por lo tanto son ajenas al mundo indígena.
Por ello, precisó, las mujeres indígenas no consideran que la lucha por la conquista de sus derechos deba ser distinta o contraria a la lucha de los hombres.
“Ellas hablan de una dualidad entre lo masculino y lo femenino. Una indígena nahua de Cuetzalan, Puebla, decía: ‘Uno más uno no son dos, uno más uno es uno’, apuntó.
RESPETO A SU PENSAMIENTO
Marcos insistió en que es prioritario dar a conocer estas formas de pensamiento y organización a fin de que se les quite el estigma de “atraso” que se les atribuye, y sobre todo para que se les respete.
“Los pueblos subalternos están creando una teoría propia para que se considere su manera de mirar el mundo, y lograr que se respeten sus derechos. Muestra de ello es el movimiento zapatista surgido en 1994”, subrayó la experta en religiones mesoamericanas.
El zapatismo es una propuesta de “autonomía y gobernanza completa” que se rige por el mandar obedeciendo; “dentro de esta propuesta se ha podido dar otro feminismo, que ha logrado impulsar e inspirar la lucha de otras mujeres indígenas”, consideró la antropóloga.
Observó que antes del movimiento zapatista ya había grupos indígenas con participación femenina, pero fue el EZLN el que “vino a visualizar la participación política y social de las mujeres dentro de las organizaciones indígenas”.
La doctora destacó que esas mujeres viven bajo el sistema autónomo del zapatismo, que les permite “otras formas de lucha por sus derechos”.
FEMINISMO Y ZAPATISMO
Sylvia Marcos acotó que no se puede afirmar que el feminismo de las mujeres zapatistas “sea superior” al de las feministas contemporáneas, sino que más bien es diferente: “Ellas (las indígenas) han dicho que hacen el feminismo que pueden hacer”.
La académica se dijo conciente de que en el campo persisten condiciones de subordinación de las mujeres, a pesar de que han luchado por sus derechos.
No obstante consideró que la fuerza de las zapatistas es “prácticamente indestructible”: “Cuando estas mujeres se organizan política y socialmente emergen otro tipo de relaciones sumamente fuertes; ni nosotras en las ciudades si lográramos organizarnos podríamos ser tan fuertes”.
El libro “Mujeres, indígenas, rebeldes, zapatistas” es resultado de los múltiples contactos que la investigadora ha tenido con mujeres indígenas, principalmente integrantes y simpatizantes del EZLN, lo que le ha permitido conocer cómo defienden sus derechos y el devenir de ese movimiento a través de los años.
1 comentario:
¿El ego qué es? ¿masculino? ¿femenino?...Pues este escrito me resulta harto producto de un ego y un oportunismo. Muy propio y expresión de la crisis de teoría y pensamiento de quienes pescan a río revuelto.
!De que no es capaz el ego!
¿Quién nombra las cosas? ¿Sylvia Marcos o las porpias mujeres zapatistas?. Ella llama "feminismo" a algo que las mujeres zapatistas no lo han designado asi y ¿quién sabe?, si en éso están.
!La lucha de sus mujeres zapatistas no podía escaparse a los oportunismos de quien suplanta nombres, acciones, en nombre de una adhesión incondicional para tener de qué vivir.
Esta cosa rebuscada, en los enredos de la cabeza de esta mujer son evidencia de que desde afuera, sin dar cuenta de su propio cuerpo, se recicla o hace aggiornamento a lo mismo de siempre. Los o las doctas nombran y cosechan lo que en sangre propia los de abajo generan.
No son convicciones lo que motivan a escribir a esta mujer, sino puro ego para no quedarse a la zaga. ¿Cuándo la dignidad llegará a los corazones y mentes de tanta gente que a nombre de producción intelectual no generan ni ideas, ni prácticas acordes a lo que se apela?
Esta mujer no tiene convicciones, solo tiene ego...y machista, patriarcal.. en cuerpo no sé de qué....
!Las Zapatistas viven, viven. La lucha sigue y sigue!
Publicar un comentario