viernes, diciembre 02, 2011

Sólo el 30% de los estudios sobre VIH analizan variables específicas de las mujeres

EUROPA PRESS-
Actualmente se estima que menos del 30 por ciento de los estudios que se realizan en el mundo sobre VIH analizan variables específicas de la mujer, una cifra "no todo lo amplia que sería deseable", según los datos presentados en una jornada de trabajo del programa educativo europeo 'SHE', que cuenta con el apoyo de Bristol-Myers Squibb (BMS), celebrada recientemente en Madrid.

En Europa el número de mujeres con este virus está aumentando, hasta el punto que hasta uno de cada tres nuevos casos (35%) fue diagnosticado en ellas, unos casos que plantean una serie de retos y necesidades específicas, como reconoce María José Fuster, portavoz de dicho programa en España.

A la hora de contraer la infección la mujer tiene una mayor vulnerabilidad, en primer lugar, por cuestiones biológicas, con un riesgo dos veces mayor de infectarse que un hombre en una relación sexual. Además, también existen diferencias por sexos respecto al comportamiento del virus en sangre o el efecto de la medicación antirretroviral.

Con iguales niveles de marcadores bioquímicos, la mujer es más "vulnerable" y tiene mayor probabilidad de que la enfermedad progrese más rápido y hay algunos efectos secundarios que sufre de manera diferente, dado que los tratamientos están menos estudiados que en los hombres.

"Las mujeres tenemos una composición corporal diferente, lo que influye en la dosis farmacológica y en la seguridad y tolerancia a largo plazo", ha asegurado la doctora Celia Miralles, especialista del Hospital Xeral Cies de Vigo (Pontevedra), quien lamenta que esto "no se tiene suficientemente en cuenta".



Asimismo, en ellas también se advierte una mayor preocupación por el impacto de la enfermedad y el tratamiento en el aspecto físico, como por ejemplo la lipodistrofia.

Según esta experta, el componente sociocultural también influye ya que "cuando las mujeres no cumplen la terapia se debe normalmente a que están más preocupadas por el cuidado de su familia, actúan bajo el miedo al estigma y, en general, les cuesta más acudir a la consulta para hablar sobre ello", apunta esta experta.

Para evitar esto, el programa SHE cuenta con un programa médico que analiza la situación de las mujeres con VIH, identificando aquellas áreas que precisan más investigación o mejoras en la atención de estas pacientes en términos de cuidados en general y del tratamiento antirretroviral en particular.
DIFERENTE IMPACTO SEGÚN LA ETAPA DE LA VIDA

Entre los elementos clave, incorpora datos actualizados de la situación del VIH en población femenina, abarcando la etapa infantil, la adolescente, la de potencial maternidad, la de menopausia y la edad avanzada, para así poder dar respuesta a cuestiones como qué debe saberse en relación con la terapia anitirretroviral o cómo afecta en las distintas etapas vitales de la mujer en sus elecciones.

Otro aspecto clave del programa es que la intervención se realiza en el ámbito hospitalario, reconociendo que debe haber unidades específicas que lo desarrollen, con la ventaja añadida de que la formación a los sanitarios se hace sobre aspectos que son concretos del tratamiento del VIH en mujeres.

En definitiva, apuntan los impulsores de esta iniciativa, la prioridad del programa es lograr que la mujer con VIH pueda mejorar su calidad de vida, especialmente mediante un diálogo eficaz y abierto con los profesionales sanitarios, aprendiendo también a saber cómo comunicar su condición de infectadas o, si fuera preciso, cómo sacarle el máximo partido a los servicios sanitarios.

"La educación entre iguales tiene la ventaja de que la persona que la transmite es muy parecida a la persona que la recibe, por lo que el transmisor conoce y entiende cuáles son sus miedos y necesidades", asegura Fuster, ya que "un varón con VIH no conoce la inquietud de una mujer que desea quedarse embarazada o cómo afectan problemas ginecológicos como la menopausia".

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