martes, noviembre 29, 2011

Violencia doméstica contra la mujer y mucho más

Por Luis Manuel Arce Isaac / Prensa Latina
Mujeres representantes de pueblos indígenas de América Central concluyen hoy una reunión de dos días en Panamá, en la que han puesto de manifiesto que la violencia que sufren no es sólo doméstica, sino que va mucho más allá.

Para ellas, la agresividad que muchas sufren en su hogar es apenas una parte de algo más abarcador que es la violencia de género vista como el ataque discriminador al ser social que no necesariamente implica una acción grave contra la integridad física de la mujer.

En el "Encuentro Centroamericano de Autoridades Ancestrales y Mujeres Indígenas por una Vida Sin Violencia", las féminas de Centroamérica y otros países buscan una estrategia para enfrentar la violencia que afecta a las aborígenes en la región.

Aunque la agresividad doméstica, que lleva incluso en los peores casos al homicidio, sigue en los primeros planos en el caso de indígenas y campesinas, la discriminación en todas sus formas es una de las más repudiables expresiones de la violencia de género.

Ese es uno de los temas principales del encuentro en el que participan como patrocinadores el Programa de Mujeres Indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Foro Internacional de Mujeres Indígenas y la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México.



Myrna Cunningham, presidenta del Foro, defiende el criterio de que, al igual que en Naciones Unidas se combate y condena la violencia física y sexual, hay que atacar con igual fuerza la social donde los valores de la mujer son colocados en planos inferiores a los de los hombres, en especial si es indígena o campesina.

En tal sentido, el Foro que ella dirige ha elevado más de 70 recomendaciones relativas a la participación de mujeres indígenas y campesinas en distintos campos, porque la situación de pueblos originarios demuestra enormes brechas entre el reconocimiento de sus derechos y el ejercicio de estos.

Las delegadas al encuentro de Panamá se han comprometido a buscar mecanismos comunes a todos los países y etnias representadas para forzar la aplicación de políticas de Estado en la prevención de la violencia de género en todas sus manifestaciones y no solamente la física.

Se impone la identificación de acciones estratégicas desde la visión conjunta de las autoridades ancestrales y las líderes indígenas, para derribar atavismos, servidumbre forzada, atropellos, y colocarse en el lugar que les corresponde, sea en la ciudad, en el campo o en la comunidad indígena.

Cunningham recordó la creación de una red que tiene que ver con los distintos modelos de desarrollo promovidos por los mismos pueblos indígenas, y el trabajo de articulación con las redes de esas comunidades de todo el mundo, pero como dijo una delegada, no es suficiente con ello.

Hay que darle seguimiento a esas recomendaciones en todas las áreas, y esa es una de las grandes tareas pendientes con las que cierra hoy este encuentro de mujeres indígenas por una vida sin violencia.

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