Sandra Moreno
Artemisa Noticia Una de las primeras acciones de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia, en 1976, fue comprar libros sobre teoría feminista y documentar los inicios de su movimiento. Así nació la biblioteca de uso interno del grupo, en medio de la cocina del piso que ocupaban en el Casco Viejo de Bilbao, España. Hoy el legado está en el Centro de Documentación de Mujeres, un reputado sitio de consulta.
Documentos únicos, de un valor histórico incalculable, sobre la construcción del movimiento feminista de Bizkaia, se guardan en el Centro de Documentación de Mujeres. Son tres mil y pertenecen a la literatura gris, la que existe fuera de los circuitos comerciales. María José Sola, documentalista y principal guardiana del Fondo, me muestra unas hojas, escritas con un modelo viejo de máquina de mecanografía. Pertenece a uno de los primeros debates que hubo sobre la sexualidad en los años 70s.
'Nuestra especialización es el ensayo. También tenemos una colección de 700 biografías, epistolarios que tienen mucho que ver con las mujeres, quienes la han trabajado mucho ante la falta de acceso al mundo literario', comenta Sola. Otro de sus tesoros son los mil 100 carteles a través de los cuales se puede rastrear la evolución del feminismo. 'Aportan mucha información porque expresan un tema, una ideología y transmiten las ideas de los últimos 40 años en Euskadi'.
La digitalización de estos documentos está en proceso, y la búsqueda de otros sigue. Hace dos años recuperaron 500 gracias al donativo de una mujer que los había guardado en su casa mientras encontraba una institución en quien confiar para entregárselos. En todos llama la atención la importancia del cuerpo de las mujeres, como un objeto cultural, social y político desde la imagen. Un buen ejemplo es el del Colectivo de Lesbianas Feministas de Bizkaia, de 1994, sobre el Sida. 'Tú, condón. Yo, con doña', era uno de los slogans.
Del lote de carteles, se han enmarcado 50 que forman una exposición itinerante. El día que más la solicitan es el 8 de marzo. También muy esperado son los Feminarios que organiza el Centro una vez al año. 'La idea es traer a Bilbao debates novedosos', explica Sola. El más recordado, debido a la polémica que provocaron las ponentes italianas, fue el de la prostitución, en 1990, el cual puso de relieve la división del feminismo sobre el tema. El siguiente se visualiza para el próximo octubre, ¿de qué? El ciberfeminismo, el uso de redes en el movimiento.
Y justamente el mundo de las nuevas tecnologías es el principal reto del Centro. La transición del soporte en papel al digital exige una fuerte inversión económica que por hoy no existe. Solo modificar la página web implica un gasto de unos 27 mil dólares, cantidad que es imposible de asumir a partir del presupuesto anual del Centro de 41 mil. Sola toca madera para encontrar siempre el grifo de la financiación mientras su mirada se posa en los documentos y libros que ocupan las estanterías, cuya valía es la mejor carta de presentación.
El Centro es actualmente un punto de encuentro de todas las líneas del movimiento feminista. Esto lo saben las principales usuarias del Fondo: investigadoras, universitarias que preparan tesinas, asociaciones de mujeres, feministas y colectivos de viudas, barrios o pueblos. Buscan apoyo documental pero también llegan a prestar una de las 300 películas comerciales, entre las más demandadas están Te doy mis ojos o Las mujeres de verdad tienen curvas. Y a través de la web acceden las usuarias internacionales. Sola dice que en tres horas, en una mañana, hubo 24 visitas de 10 países diferentes (Argentina, Perú, Colombia, Brasil, Estados Unidos, Méjico, Australia, etc.)
El sitio en la web 'está todo en construcción', advierte la documentalista, previendo los posibles problemas que puedan tener las usuarias al acceder al Centro. Sin embargo, van dando los pasos hacia la era digital con el mismo espíritu que las sostuvo en la clandestinidad, por los años 70s, cuando era prohibido organizarse bajo la bandera feminista.
Artemisa Noticia Una de las primeras acciones de la Asamblea de Mujeres de Bizkaia, en 1976, fue comprar libros sobre teoría feminista y documentar los inicios de su movimiento. Así nació la biblioteca de uso interno del grupo, en medio de la cocina del piso que ocupaban en el Casco Viejo de Bilbao, España. Hoy el legado está en el Centro de Documentación de Mujeres, un reputado sitio de consulta.
Documentos únicos, de un valor histórico incalculable, sobre la construcción del movimiento feminista de Bizkaia, se guardan en el Centro de Documentación de Mujeres. Son tres mil y pertenecen a la literatura gris, la que existe fuera de los circuitos comerciales. María José Sola, documentalista y principal guardiana del Fondo, me muestra unas hojas, escritas con un modelo viejo de máquina de mecanografía. Pertenece a uno de los primeros debates que hubo sobre la sexualidad en los años 70s.
'Nuestra especialización es el ensayo. También tenemos una colección de 700 biografías, epistolarios que tienen mucho que ver con las mujeres, quienes la han trabajado mucho ante la falta de acceso al mundo literario', comenta Sola. Otro de sus tesoros son los mil 100 carteles a través de los cuales se puede rastrear la evolución del feminismo. 'Aportan mucha información porque expresan un tema, una ideología y transmiten las ideas de los últimos 40 años en Euskadi'.
La digitalización de estos documentos está en proceso, y la búsqueda de otros sigue. Hace dos años recuperaron 500 gracias al donativo de una mujer que los había guardado en su casa mientras encontraba una institución en quien confiar para entregárselos. En todos llama la atención la importancia del cuerpo de las mujeres, como un objeto cultural, social y político desde la imagen. Un buen ejemplo es el del Colectivo de Lesbianas Feministas de Bizkaia, de 1994, sobre el Sida. 'Tú, condón. Yo, con doña', era uno de los slogans.
Del lote de carteles, se han enmarcado 50 que forman una exposición itinerante. El día que más la solicitan es el 8 de marzo. También muy esperado son los Feminarios que organiza el Centro una vez al año. 'La idea es traer a Bilbao debates novedosos', explica Sola. El más recordado, debido a la polémica que provocaron las ponentes italianas, fue el de la prostitución, en 1990, el cual puso de relieve la división del feminismo sobre el tema. El siguiente se visualiza para el próximo octubre, ¿de qué? El ciberfeminismo, el uso de redes en el movimiento.
Y justamente el mundo de las nuevas tecnologías es el principal reto del Centro. La transición del soporte en papel al digital exige una fuerte inversión económica que por hoy no existe. Solo modificar la página web implica un gasto de unos 27 mil dólares, cantidad que es imposible de asumir a partir del presupuesto anual del Centro de 41 mil. Sola toca madera para encontrar siempre el grifo de la financiación mientras su mirada se posa en los documentos y libros que ocupan las estanterías, cuya valía es la mejor carta de presentación.
El Centro es actualmente un punto de encuentro de todas las líneas del movimiento feminista. Esto lo saben las principales usuarias del Fondo: investigadoras, universitarias que preparan tesinas, asociaciones de mujeres, feministas y colectivos de viudas, barrios o pueblos. Buscan apoyo documental pero también llegan a prestar una de las 300 películas comerciales, entre las más demandadas están Te doy mis ojos o Las mujeres de verdad tienen curvas. Y a través de la web acceden las usuarias internacionales. Sola dice que en tres horas, en una mañana, hubo 24 visitas de 10 países diferentes (Argentina, Perú, Colombia, Brasil, Estados Unidos, Méjico, Australia, etc.)
El sitio en la web 'está todo en construcción', advierte la documentalista, previendo los posibles problemas que puedan tener las usuarias al acceder al Centro. Sin embargo, van dando los pasos hacia la era digital con el mismo espíritu que las sostuvo en la clandestinidad, por los años 70s, cuando era prohibido organizarse bajo la bandera feminista.
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