Cynthia Eisenberg
Artemisa Noticias El Programa Regional de Presupuestos Sensibles al Género de ONU Mujeres trabaja en América Latina apoyando el diseño, monitoreo y análisis de los presupuestos desde una perspectiva de género. Raquel Coello, economista y coordinadora del programa explica como la adopción de políticas económicas sensibles al género permitirá avanzar en el camino de la igualdad.
Raquel Coello es economista y especialista en Género y Desarrollo. Desde 2005 coordina el Programa Regional de Presupuestos Sensibles al Género en América Latina de ONU Mujeres. El objetivo del programa es incidir en la incorporación de la dimensión de género en la política económica de América Latina. Varias organizaciones de mujeres y algunos gobiernos locales en cinco países: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, Perú y Uruguay, recibieron su apoyo en experiencias exitosas de presupuestos sensibles al género. Entre los logros del programa figura la incorporación de la dimensión de género en el diseño presupuestario de Ecuador, que entre 2009 y 2010, duplicó el gasto destinado al cumplimiento del plan de igualdad de oportunidades.
El mes pasado dio una conferencia en el marco del seminario 'Presupuestos Sensibles al Género', organizado por la Escuela Sociopolítica de Género y la Fundación Agenda de las Mujeres en el Salón Auditorio del Anexo del Honorable Senado de la Nación. Participaron también Corina Rodríguez Enriquez, economista, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP); Noemí Chiarotti, de Indeso de Rosario y María Bianchi, Experta en Género y Desarrollo y Consultora de Genero en la Unidad Temática de Genero de la Red de Mercociudades, Uruguay.
Susana Gamba, coordinadora ejecutiva de la Escuela y presidenta de la Fundación, señaló la importancia de incorporar la dimensión económica en la lucha por la equidad de género: 'En temas de género se han logrado avances en legislación, en políticas públicas, pero sabemos que si no hay presupuesto estos avances no pueden implementarse'.
Luego del seminario, Coello conversó con Artemisa Noticas.
-¿En que consisten los presupuestos sensibles al género?
Los presupuestos sensibles al género (en siglas PSG) son aquellos que asignan los recursos económicos con el objetivo de lograr la equidad de género. Nos referimos a los diseñados a partir de dos premisas: La primera consiste en tomar en cuenta que los hombres y las mujeres están en situaciones diferentes y que estas situaciones diferentes implican muchas veces desigualdad. Si el presupuesto, la herramienta más poderosa de la política fiscal, se formula teniendo en cuenta esas desigualdades, puede asignar los recursos necesarios para superarlas. La segunda premisa es que la política económica y su principal instrumento, el presupuesto, tengan en cuenta el trabajo de cuidado, que en general está a cargo de las mujeres y es el que permite la reproducción de la fuerza laboral. Muchas veces los recortes presupuestarios disminuyen los fondos asignados a este sector; por ejemplo cuando se disminuye el tiempo de internación en un hospital. En estos casos, este gasto en alojamiento, atención sanitaria e insumos que no es asumido por el Estado pasa a las familias y en general es asumido por las mujeres en forma de trabajo no remunerado. Cuando hablamos de presupuestos sensibles al género, buscamos que ese tipo de decisiones no se tomen o que si se toman lo hagan teniendo en cuenta su repercusión en la vida de las mujeres.
Hay que señalar también que no siempre un presupuesto que contemple una inversión destinada a las mujeres se considera sensible al género. Hay medidas o programas de los que aparecen como beneficiarias que no provocan una mejora sustancial en sus condiciones de vida y a veces también refuerzan los estereotipos de género.
-¿De que manera beneficia a la economía global la adopción de este tipo de presupuestos ?
Muchas veces las medidas de recorte que toman los estados en relación al presupuesto pueden acabar siendo más perjudiciales para la economía: Si yo tengo una persona enferma a mi cargo y tengo que atenderla en mi horario laboral, esto va a suponer que yo no voy a poder ir a trabajar. Si no puedo ir a trabajar, no voy a tener ingreso y no voy a poder consumir. Si el estado deja a exclusivamente a las familias y por ende a las mujeres cargo del sector de cuidados, disminuye el tiempo del que estas disponen para salir al mercado, para producir, para generar ingresos y para activar el consumo. En una escala macroeconómica si la renta individual disminuye lo hace también el PIB del país. Una política económica que apunte por ejemplo a trabajar en programas en los que los estados se hagan parte del cuidado de las personas dependientes, lo niños, los enfermos, redundará en beneficios para al desarrollo económico del país. Es necesario que los estados asuman la corresponsabilidad de una parte del trabajo de cuidado, sin el cual el sistema económico no puede sustentarse.
-¿Qué acciones planifican llevar a cabo en Argentina?
En Argentina trabajamos a nivel local en Rosario, apoyando la participación de las mujeres en el presupuesto municipal, pero aún no iniciamos el trabajo en la instancia nacional. Hasta el momento sólo avanzamos en conversaciones con legisladoras y con cancillería. Consideramos que en el país están dadas las condiciones para impulsar políticas económicas sensibles al género, hay apertura hacia los temas de género y existen algunas iniciativas de legisladoras en relación a presupuestos con perspectiva de género. Creemos que en el país la prioridad hoy es la ejecución de la ley de Violencia de Género, queremos ver como se asignan los recursos para que se cumpla la ley.
Desde el programa, lo primero que se haría en Argentina es revisar la ley, ver que tareas son necesarias para ejecutarla, ver qué instituciones son responsables de esas tareas y entrar al propio proceso presupuestario: cómo se formula el presupuesto, entender su lógica y ver como a eso le podemos aportar algunos elementos para que este presupuesto se arme con esta manera de mayor equidad.
En general solemos trabajar con los procesos tal y como están definidos, a veces no es necesario crear oficinas o programas nuevos sino organizar y adaptar los que ya existen. Algunas inversiones son especificas y adicionales, pero hay una gran parte del trabajo, la mayoría, que se puede logara repensando las estructuras actuales. En el caso de la ley de violencia quizás la inversión sea pequeña, fundamentalmente en formación. Parte de su ejecución puede llevarse a cabo a través de servicios que ya existen y en ese caso habrá que formar a los tribunales para una adecuada implementación de la ley.
Artemisa Noticias El Programa Regional de Presupuestos Sensibles al Género de ONU Mujeres trabaja en América Latina apoyando el diseño, monitoreo y análisis de los presupuestos desde una perspectiva de género. Raquel Coello, economista y coordinadora del programa explica como la adopción de políticas económicas sensibles al género permitirá avanzar en el camino de la igualdad.
Raquel Coello es economista y especialista en Género y Desarrollo. Desde 2005 coordina el Programa Regional de Presupuestos Sensibles al Género en América Latina de ONU Mujeres. El objetivo del programa es incidir en la incorporación de la dimensión de género en la política económica de América Latina. Varias organizaciones de mujeres y algunos gobiernos locales en cinco países: Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, Perú y Uruguay, recibieron su apoyo en experiencias exitosas de presupuestos sensibles al género. Entre los logros del programa figura la incorporación de la dimensión de género en el diseño presupuestario de Ecuador, que entre 2009 y 2010, duplicó el gasto destinado al cumplimiento del plan de igualdad de oportunidades.
El mes pasado dio una conferencia en el marco del seminario 'Presupuestos Sensibles al Género', organizado por la Escuela Sociopolítica de Género y la Fundación Agenda de las Mujeres en el Salón Auditorio del Anexo del Honorable Senado de la Nación. Participaron también Corina Rodríguez Enriquez, economista, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas (CIEPP); Noemí Chiarotti, de Indeso de Rosario y María Bianchi, Experta en Género y Desarrollo y Consultora de Genero en la Unidad Temática de Genero de la Red de Mercociudades, Uruguay.
Susana Gamba, coordinadora ejecutiva de la Escuela y presidenta de la Fundación, señaló la importancia de incorporar la dimensión económica en la lucha por la equidad de género: 'En temas de género se han logrado avances en legislación, en políticas públicas, pero sabemos que si no hay presupuesto estos avances no pueden implementarse'.
Luego del seminario, Coello conversó con Artemisa Noticas.
-¿En que consisten los presupuestos sensibles al género?
Los presupuestos sensibles al género (en siglas PSG) son aquellos que asignan los recursos económicos con el objetivo de lograr la equidad de género. Nos referimos a los diseñados a partir de dos premisas: La primera consiste en tomar en cuenta que los hombres y las mujeres están en situaciones diferentes y que estas situaciones diferentes implican muchas veces desigualdad. Si el presupuesto, la herramienta más poderosa de la política fiscal, se formula teniendo en cuenta esas desigualdades, puede asignar los recursos necesarios para superarlas. La segunda premisa es que la política económica y su principal instrumento, el presupuesto, tengan en cuenta el trabajo de cuidado, que en general está a cargo de las mujeres y es el que permite la reproducción de la fuerza laboral. Muchas veces los recortes presupuestarios disminuyen los fondos asignados a este sector; por ejemplo cuando se disminuye el tiempo de internación en un hospital. En estos casos, este gasto en alojamiento, atención sanitaria e insumos que no es asumido por el Estado pasa a las familias y en general es asumido por las mujeres en forma de trabajo no remunerado. Cuando hablamos de presupuestos sensibles al género, buscamos que ese tipo de decisiones no se tomen o que si se toman lo hagan teniendo en cuenta su repercusión en la vida de las mujeres.
Hay que señalar también que no siempre un presupuesto que contemple una inversión destinada a las mujeres se considera sensible al género. Hay medidas o programas de los que aparecen como beneficiarias que no provocan una mejora sustancial en sus condiciones de vida y a veces también refuerzan los estereotipos de género.
-¿De que manera beneficia a la economía global la adopción de este tipo de presupuestos ?
Muchas veces las medidas de recorte que toman los estados en relación al presupuesto pueden acabar siendo más perjudiciales para la economía: Si yo tengo una persona enferma a mi cargo y tengo que atenderla en mi horario laboral, esto va a suponer que yo no voy a poder ir a trabajar. Si no puedo ir a trabajar, no voy a tener ingreso y no voy a poder consumir. Si el estado deja a exclusivamente a las familias y por ende a las mujeres cargo del sector de cuidados, disminuye el tiempo del que estas disponen para salir al mercado, para producir, para generar ingresos y para activar el consumo. En una escala macroeconómica si la renta individual disminuye lo hace también el PIB del país. Una política económica que apunte por ejemplo a trabajar en programas en los que los estados se hagan parte del cuidado de las personas dependientes, lo niños, los enfermos, redundará en beneficios para al desarrollo económico del país. Es necesario que los estados asuman la corresponsabilidad de una parte del trabajo de cuidado, sin el cual el sistema económico no puede sustentarse.
-¿Qué acciones planifican llevar a cabo en Argentina?
En Argentina trabajamos a nivel local en Rosario, apoyando la participación de las mujeres en el presupuesto municipal, pero aún no iniciamos el trabajo en la instancia nacional. Hasta el momento sólo avanzamos en conversaciones con legisladoras y con cancillería. Consideramos que en el país están dadas las condiciones para impulsar políticas económicas sensibles al género, hay apertura hacia los temas de género y existen algunas iniciativas de legisladoras en relación a presupuestos con perspectiva de género. Creemos que en el país la prioridad hoy es la ejecución de la ley de Violencia de Género, queremos ver como se asignan los recursos para que se cumpla la ley.
Desde el programa, lo primero que se haría en Argentina es revisar la ley, ver que tareas son necesarias para ejecutarla, ver qué instituciones son responsables de esas tareas y entrar al propio proceso presupuestario: cómo se formula el presupuesto, entender su lógica y ver como a eso le podemos aportar algunos elementos para que este presupuesto se arme con esta manera de mayor equidad.
En general solemos trabajar con los procesos tal y como están definidos, a veces no es necesario crear oficinas o programas nuevos sino organizar y adaptar los que ya existen. Algunas inversiones son especificas y adicionales, pero hay una gran parte del trabajo, la mayoría, que se puede logara repensando las estructuras actuales. En el caso de la ley de violencia quizás la inversión sea pequeña, fundamentalmente en formación. Parte de su ejecución puede llevarse a cabo a través de servicios que ya existen y en ese caso habrá que formar a los tribunales para una adecuada implementación de la ley.
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