Ollantay Itzamná
Rebelión El origen de la celebración del día de la madre se remonta a los antiguos griegos, quienes por estas fechas celebraban la festividad de la diosa Rea, madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Así nació la tradición festiva del Día de la Madre que en la actualidad se celebra en más de 40 países del mundo en el mes de mayo.
Es sus orígenes, el Día de la Madre era una expresión de gratitud y valoración de la divina fecundidad materna. Así lo asumían los griegos que recordaban con gratitud nada menos que a la Madre de sus dioses.
De un tiempo a esta parte, como consecuencia de la propaganda comercial, esta fecha prácticamente se transformó en un jolgorio comercial. En estas fechas, como en otras, el Señor Mercado se embriaga con los dólares de sus frenéticos hijos consumistas.
Casi todas y todos estamos concentrados en qué vamos a comprar para regalar a Mamá en su día. Pero, lo peor, aún, es que con nuestros regalos terminamos afirmando las múltiples tareas domésticas a mamá. Regalamos planchas, estufas, lavadoras, ollas, bajillas, etc. ¿A caso ellas están hechas para lavar, planchar, cocinar….? ¿Por qué no regalamos estos mismos artefactos a los papás? ¿Quién dijo, pues, que mamá tiene que asumir necesariamente esas tareas no remuneradas e ingratas?
Cuántos de nosotros nos ponemos a reflexionar, por lo menos en estas fechas, sobre las condiciones precarias, violentas y de sobre explotación que padecen las mujeres mamás o no en nuestro país y en el mundo? ¿Alguien se pregunta por qué mamá, que trabaja 8 horas o más en una empresa o institución, casi siempre gana menos que el papá? ¿Por qué será que el trabajo de cuidado que realiza mamá en el hogar o en la comunidad nadie remunera? ¿Será que ellas nacieron para trabajar gratis?
Quienes tomamos decisiones en la casa y en la sociedad por lo general somos varones. ¿Será que las mujeres, mamás o no, nacieron sólo para cumplir órdenes? ¿Alguien se ha preguntado cómo de diferente sería nuestro mundo caótico si las mamás tuvieran la oportunidad de dirigir y tomar decisiones políticas, económicas, sociales y militares según sus criterios? El Día de la Madre nos tiene que obligar a replantear este mundo patriarcal, violento, desigual e injusto con las mamás.
En Honduras, en 2010, según el Observatorio de la Violencia, se asesinaron, de manera violenta, a 438 mujeres, sólo por ser mujeres. La gran mayoría mamás. ¿Alguien se indignó con esta perversa estadística que esconde dramas concretas e inimaginables de mujeres?
Somos cómplices activos o pasivos con esta situación de dominación violenta de padres e hijos sobre las mamás. Somos una sociedad hipócrita y mercantil que en mayo nos afanamos en lo que vamos a regalarle a mamá en su día, pero en los otros 364 días convivimos y promovemos la dominación brutal sobre la mujer. Complacientes con los varones e implacables con la mamá que se equivoca en sus funciones. Mamá no necesita planchadoras, ni licuadoras en su día. ¡Ella necesita igualdad de derechos y de oportunidades en la casa y en la sociedad!
Rebelión El origen de la celebración del día de la madre se remonta a los antiguos griegos, quienes por estas fechas celebraban la festividad de la diosa Rea, madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Así nació la tradición festiva del Día de la Madre que en la actualidad se celebra en más de 40 países del mundo en el mes de mayo.
Es sus orígenes, el Día de la Madre era una expresión de gratitud y valoración de la divina fecundidad materna. Así lo asumían los griegos que recordaban con gratitud nada menos que a la Madre de sus dioses.
De un tiempo a esta parte, como consecuencia de la propaganda comercial, esta fecha prácticamente se transformó en un jolgorio comercial. En estas fechas, como en otras, el Señor Mercado se embriaga con los dólares de sus frenéticos hijos consumistas.
Casi todas y todos estamos concentrados en qué vamos a comprar para regalar a Mamá en su día. Pero, lo peor, aún, es que con nuestros regalos terminamos afirmando las múltiples tareas domésticas a mamá. Regalamos planchas, estufas, lavadoras, ollas, bajillas, etc. ¿A caso ellas están hechas para lavar, planchar, cocinar….? ¿Por qué no regalamos estos mismos artefactos a los papás? ¿Quién dijo, pues, que mamá tiene que asumir necesariamente esas tareas no remuneradas e ingratas?
Cuántos de nosotros nos ponemos a reflexionar, por lo menos en estas fechas, sobre las condiciones precarias, violentas y de sobre explotación que padecen las mujeres mamás o no en nuestro país y en el mundo? ¿Alguien se pregunta por qué mamá, que trabaja 8 horas o más en una empresa o institución, casi siempre gana menos que el papá? ¿Por qué será que el trabajo de cuidado que realiza mamá en el hogar o en la comunidad nadie remunera? ¿Será que ellas nacieron para trabajar gratis?
Quienes tomamos decisiones en la casa y en la sociedad por lo general somos varones. ¿Será que las mujeres, mamás o no, nacieron sólo para cumplir órdenes? ¿Alguien se ha preguntado cómo de diferente sería nuestro mundo caótico si las mamás tuvieran la oportunidad de dirigir y tomar decisiones políticas, económicas, sociales y militares según sus criterios? El Día de la Madre nos tiene que obligar a replantear este mundo patriarcal, violento, desigual e injusto con las mamás.
En Honduras, en 2010, según el Observatorio de la Violencia, se asesinaron, de manera violenta, a 438 mujeres, sólo por ser mujeres. La gran mayoría mamás. ¿Alguien se indignó con esta perversa estadística que esconde dramas concretas e inimaginables de mujeres?
Somos cómplices activos o pasivos con esta situación de dominación violenta de padres e hijos sobre las mamás. Somos una sociedad hipócrita y mercantil que en mayo nos afanamos en lo que vamos a regalarle a mamá en su día, pero en los otros 364 días convivimos y promovemos la dominación brutal sobre la mujer. Complacientes con los varones e implacables con la mamá que se equivoca en sus funciones. Mamá no necesita planchadoras, ni licuadoras en su día. ¡Ella necesita igualdad de derechos y de oportunidades en la casa y en la sociedad!
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