Al margen de su importancia en la lucha feminista la escritora francesa también fue una figura reseñable del compromiso político y filosófico
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El pasado 14 abril se cumplían 25 años de la muerte de Simone de Beauvoir, escritora e intelectual francesa que destacó por sus aportaciones al feminismo pero que también reflexionó desde el pensamiento de izquierda sobre la sociedad del momento.
Adscrita al movimiento existencialista, conoció a Jean Paul Sartre mientras estudiaba filosofía en la Sorbona. Ambos mantendrían una relación marcada por la libertad y enfrentada a las convenciones burguesas pero que con el paso del tiempo se ha mostrado marcada por su sufrimiento y muchas veces encontrada con sus propia “ideología”.
Ejercerá su profesión de profesora hasta que escribe su primera novela, “La invitada”, en 1943” en plena II Guerra Mundial y que utiliza un trío amoroso para abordar el tema de la confrontación entre libertad individual y colectivo , aspecto que seguirá presente en sus siguientes obras “La sangre de los otros” o “Los mandarines”.
La realización de ensayos es otro de los puntos importantes en la vida cultural de la artista francesa. Obras como “El existencialismo y la sabiduría de los pueblos”, en la que recopila varios textos sobre dicha corriente cultural reflexionando sobre ella, sus problemas y su función en la sociedad.
Su pensamiento político que incluyó la defensa del Mayo del 68, el maoísmo o la lucha de Argelia contra Francia, se puede encontrar en libros como “El pensamiento político de la derecha” o “La larga marcha (Ensayo sobre China)”.
Pero seguramente su obra más reconocida sea “El segundo sexo”, duramente criticado en su momento y asumido como uno de los ensayos capitales sobre el feminismo, en la que reflexiona sobre el hecho de ser mujer a lo largo de la historia, la forma en que la sociedad ha construido su imagen y de qué manera escapar de ella.
Simone de Beauvoir nunca renunció a plasmar sobre las páginas su propia vida, de ahí los diferentes tomos autobiográficos (Memorias de una joven formal, La fuerza de las cosas , La ceremonia del adiós, etc..) que escribió y en los que se mueve desde su evolución personal hasta la relación con Jean Paul Sartre.
Decir que la escritora francesa fue una adelantada a su tiempo puede sonar a frase hecha pero la realidad es que muchas de sus reflexiones todavía siguen vigentes y en pleno derecho para ser reivindicadas, lo que hace que su figura todavía hoy sea esencial.
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