domingo, abril 24, 2011

María Magdalena, testiga de la Resurrección

María Magdalena, a quien los evangelios canónicos reconocen unánimemente como el primer ser humano que vio y reconoció a Jesús resucitado es a la vez desprestigiada dentro de cierta tradición cristiana por asignársele la condición de prostituta.
Dra. Gloria Comesaña Santalices / Fuente: Palabra de Mujer
Las primeras declaraciones que pueden ser comprobadas, en las que se señala que María Magdalena era una prostituta se encuentran en un sermón del Papa Gregorio el Grande, en el 591 d.C. En efecto, este Papa, habló repetidamente en sus homilías, muy populares durante los siglos VI al IX, identificándola con María, la hermana de Lázaro y Marta, y con la mujer pecadora arrepentida de la que habla el evangelista Lucas.

A causa de ello, en occidente, se unificó la celebración de las tres, en un solo día, como si fuesen una sola persona. Esta confusión jamás se produjo en oriente, donde se mantuvo tres fechas diferentes para celebrarlas. En occidente, solo el Concilio Vaticano II corrigió el error, al reformar el calendario litúrgico.

Despejando la confusión
“Compañera de Jesús”, apóstola de los apóstoles”, igual a los apóstoles”, son algunos de los títulos que la Iglesiade los primeros siglos otorgó a María Magdalena. La primera entre las mujeres que seguían y atendían a Jesús, valerosa junto a la cruz, primera testiga de la resurrección, primera en ser enviada a los apóstoles para anunciar que Jesús vive para siempre. Esta es la grandeza y singularidad de María de Magdalena, basada en una mutua y honda relación de amor con su Maestro.



Sin embargo, durante siglos y en buena parte dela Iglesia, esta realidad fue encubierta y confundida como ya se dijo, con otra imagen que también es humana y cristianamente atractiva, pero que se basa en un error.

Es la imagen de una mujer pecadora, arrepentida, convertida en penitente seguidora de Jesús. Todo ello se basa en un error de lectura de los Evangelios, puesla Iglesiaconfundió (¿adrede?) a tres mujeres distintas en una sola: la anónima mujer pecadora que según Lucas ungió los pies de Jesús, María la hermana de Marta y Lázaro, y la auténtica María Magdalena.

Vale la pena poner de relieve que durante siglos se ha dejado de lado cuando no ocultado, la presencia de estas mujeres, y entre ellas la primera, María Magdalena, acompañando a Jesús y junto a él, como si sólo le acompañaran hombres.

La verdad es que la presencia de mujeres entre quienes acompañaban habitualmente a Jesús, es algo totalmente insólito en el judaísmo de su tiempo. En efecto, Jesús rompió con el tabú de la mujer reducida a un papel subordinado y doméstico.

En la lista de mujeres que seguían a Jesús, tal como las presentan los Evangelios, la primera es siempre María de Magdala, así llamada porque procedía de esa ciudad, en las riberas del Lago de Galilea, que tenía fama de licenciosa, lo cual, entre otras razones, habría permitido el considerar a María de Magdala como mujer de vida dudosa.

Referencias bíblicas
En eso incidió también la frase del Evangelio que señala que Jesús había echado de ella siete demonios, lo cual para algunos significaba sus muchos pecados. Sin embargo, haciendo una interpretación más adecuada al lenguaje de la época, hay que decir que en realidad se refiere a un mal físico o psíquico, una enfermedad grave o con múltiples efectos.

Pero, ¿qué dicen pues los Evangelios exactamente sobre María Magdalena? Las referencias bíblicas incluyen la información de que fue una de las mujeres que acompañaron a Jesús, después de que éste la sanó de la posesión de siete demonios (Lucas 8, 2; Marcos 16, 9).

También explican que fue una de las mujeres presentes al pie de la cruz (Marcos 15, 40; Mateo 27, 56; Juan 19, 25) y una de las que se acercaron a la tumba de Jesús con las primeras luces del alba del día de Pascua (Marcos 16, 1; Mateo 28, 1; Lucas 24, 10; Juan 20, 1 y siguientes).

Según el Evangelio de Juan, ella fue sola a la tumba y se encontró con Jesús, a quien en un primer momento confundió con el jardinero. Al reconocerlo, se abalanzó sobre él para abrazarle, llamándolo Rabboni, forma cariñosa del término Rabbí (Maestro). Resulta evidente que esta María, la de Magdala, era una amiga y compañera íntima de Jesús.

Otros enfoques
Desde hace algún tiempo, algun@s especialistas, sobre todo del campo de la teología, y particularmente teólogas feministas, aplicando la hermenéutica de la sospecha que caracteriza ala Teologíafeminista, buscan recuperar la figura dela Magdalena.

El tema ha atraído también a escritores y cineastas, que utilizan la ficción para jugar con la figura de María de Magdala, atribuyéndole incluso una relación amorosa con Jesús, imposible de demostrar, aunque algunos, como el sacerdote jesuita Terrance Sweeney, al prologar el libro de Margaret Starbird, ( María Magdalena y el Santo Grial. Planeta, Barcelona, 2005) señala que nada enla Biblia demuestra que Jesús fuese soltero o casado, y menciona al erudito judío Ben Chorin, quien considera que hay “pruebas indirectas” que indican que en la época de Jesús, el judaísmo consideraba el matrimonio como un mandato divino, por lo cual puede considerarse probable que Jesús, como cualquier joven judío, estuviese casado.

De no haberlo estado, los fariseos se lo habrían reprochado, y en todo caso, San Pablo, al dar las razones en apoyo al celibato, habría señalado que Jesús era célibe, cosa que no hace.

Ellas difunden el mensaje
En todo caso, y volviendo a las mujeres que seguían a Jesús, señalala TeólogaElisabethSchüssler Fiorenza que la presencia de las mujeres en el movimiento de Jesús, como gusta llamarlo acertadamente esta teóloga, tuvo una gran importancia para lograr la solidaridad desde abajo, y para que este movimiento continuara después de la ejecución de Jesús y se expandiera fuera del entorno judío.

Aunque siempre se cita por su nombre solo a tres de esas mujeres, fueron muchas más, y protagonizaron momentos fundamentales, en Galilea, en los comienzos del movimiento, en el Gólgota, junto a la cruz, y como primeras testigas de la resurrección.

Entre estas mujeres, la primera mencionada como ya se dijo, es siempre María de Magdala, que integraba el grupo más cercano a Jesús y lo siguió desde el primer momento, no dependiendo de su relación con ningún varón para seguir a Jesús, lo cual muestra que era ya una mujer con cierta madurez e independiente de las estructuras patriarcales.

María Magdalena fue no solo testiga de la resurrección, sino que llevó la noticia a los apóstoles, aún llenos de miedo y escondidos, y que no le creyeron. Sin embargo, es este hecho el que se destacó siempre entre los primeros cristianos, y tuvo como consecuencia que fuese valorada al mismo nivel de Pedro, o incluso más, lo cual llevó a enfrentamientos, según los evangelios apócrifos, que concluyeron con la derrota dela Magdalena, en una Iglesia cada vez más patriarcal y sometida al dominio masculino.

Así se excluyó cada vez más a las mujeres, de todos los niveles de responsabilidad. Pero desde hace ya un tiempo, como hemos indicado, un proceso de reivindicación de la figura de María de Magdala, se ha desarrollado entre historiador@s, teólog@s y estudios@s feministas que buscan devolver ala Magdalenasu auténtica posición como interlocutora privilegiada de Jesús, primera a quien se manifestó resucitado y creyó en él, lo cual, indudablemente le confiere un rango que es preciso reconocer de nuevo y tomarla como ejemplo a seguir, más allá de las luchas patriarcales por el poder, en una Iglesia que sigue negando a las mujeres la igualdad, que Jesús predicó creando un discipulado de iguales, llamad@s tod@s a seguirle en su Camino.

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