(Especial de SEMlac).- Golpes, gritos, abusos, silencios. Trece historias de mujeres víctimas de violencia de género estremecen al lector de Desafío al silencio, reciente volumen de la investigadora Daysi Rubiera.
Pero esta vez Rubiera, licenciada en Historia y con una larga experiencia en el terreno de los estudios de género, se convierte de autora en protagonista, de estudiosa en entrevistada, y abre el libro con su propio testimonio de mujer maltratada.
"Cuando me incorporé a Magin*, en los años noventa, estaba ciega en asuntos de género. En los encuentros y talleres de crecimiento en los que participé con ese grupo de comunicadoras comencé a ver, a visibilizar la violencia, y descubrí que yo también era una víctima. Empecé a ver el mundo a través de otro cristal. Por eso el libro empieza con mi historia", contó Rubiera a SEMlac.
"Busqué los testimonios de esas mujeres presentándome con el mío y así fui logrando las entrevistas. Luego me di a la tarea de desmentir creencias erróneas alrededor de la mujer maltratada, como que el agresor es un enfermo mental, un marginal, un alcohólico, un negro…", explicó.
Rubiera analizó varias historias y seleccionó las 13 que ahora llenan las páginas de Desafío al silencio. Aunque, según su propia reflexión, el libro "no constituye una muestra generalizada", sí pone en evidencia que la violencia de género no está diferenciada por color de la piel, nivel cultural o estrato social al que pertenecen víctimas y victimarios.
Pero esta vez Rubiera, licenciada en Historia y con una larga experiencia en el terreno de los estudios de género, se convierte de autora en protagonista, de estudiosa en entrevistada, y abre el libro con su propio testimonio de mujer maltratada.
"Cuando me incorporé a Magin*, en los años noventa, estaba ciega en asuntos de género. En los encuentros y talleres de crecimiento en los que participé con ese grupo de comunicadoras comencé a ver, a visibilizar la violencia, y descubrí que yo también era una víctima. Empecé a ver el mundo a través de otro cristal. Por eso el libro empieza con mi historia", contó Rubiera a SEMlac.
"Busqué los testimonios de esas mujeres presentándome con el mío y así fui logrando las entrevistas. Luego me di a la tarea de desmentir creencias erróneas alrededor de la mujer maltratada, como que el agresor es un enfermo mental, un marginal, un alcohólico, un negro…", explicó.
Rubiera analizó varias historias y seleccionó las 13 que ahora llenan las páginas de Desafío al silencio. Aunque, según su propia reflexión, el libro "no constituye una muestra generalizada", sí pone en evidencia que la violencia de género no está diferenciada por color de la piel, nivel cultural o estrato social al que pertenecen víctimas y victimarios.
"El libro desmonta creencias del imaginario colectivo. Se hacen muchas preguntas alrededor de las mujeres maltratadas: ¿por qué siguen con el esposo, soportando el maltrato?, por ejemplo.
"Pero es muy difícil comprender la problemática que las rodea. En primer lugar, consideran la violencia como un asunto privado y no social; luego está el miedo al agresor, la educación tradicional que han recibido desde sus familias, el asunto económico, el conflicto de la vivienda", señala.
"En el texto se habla de estas circunstancias que rodean a las mujeres maltratadas y no las dejan tomar una decisión, si es que antes lograron vencer el miedo, el terror", reflexionó Rubiera.
El volumen también busca romper mitos, aceptados y naturalizados hasta en el refranero popular de la isla, "como esos de que 'entre marido y mujer nadie se debe meter', 'quien bien te quiere te hará llorar' o 'la ropa sucia se lava en casa'", recordó la autora.
Tras las huellas de muchas mujeres
Daysi Rubiera nació en 1939 en Santiago de Cuba, a más de 800 kilómetros de la capital cubana. En 1997 publicó el libro, Reyita, sencillamente, en el cual reveló las interioridades de las vidas de mujeres negras y pobres en la Cuba de inicios del siglo XX, pero además contó los avatares de sus propios orígenes.
La protagonista es María de los Reyes Castillo Bueno, madre de Rubiera. El libro fue finalista en el Premio Casa de las Américas en 1997 y punto de partida para las realizadoras españolas Oliva Acosta, Elena Ortega y Rocío Santillana, en la concepción de un documental de igual nombre.
"Reyita, sencillamente también empata con Magin. Cuando vine de Santiago para La Habana, en los años noventa, ya traía una versión escrita. Su hilo conductor era la discriminación que había sufrido esta mujer, mi madre, como negra y como pobre. Pero cuando me incorporé a este grupo descubrí que faltaba la mirada de la discriminación por ser mujer. Volví a Santiago con otras preguntas y lo reescribí", refiere.
Ese volumen también es una denuncia de la violencia. Al decir de la poetisa cubana Georgina Herrera, junto con Desafío al silencio, integra la lista de textos "sin miramientos para plantear situaciones difíciles a las que ya nos va acostumbrando Daisy Rubiera".
Justamente acerca de la vida de Herrera es la historia que Rubiera cuenta en otro de sus libros, Golpeando la memoria, editado en 2005.
"Es parte de un proyecto muy personal de darle voz a las mujeres negras, como Georgina, reconocidas públicamente, pero con muchas marcas en sus historias. En ese proyecto sigo actualmente", explicó la autora.
El desafío de Desafío al silencio
Este libro de testimonios sobre la violencia "lo escribí en 2002, justamente para desafiar al silencio en la sociedad cubana acerca del tema", relató Rubiera.
La que se presentará este febrero en la Feria del Libro, con una tirada de 5.000 ejemplares, es la segunda edición, publicada por la Editorial Ciencias Sociales, a partir de una primera, conjunta, entre esa misma editorial y el Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR).
Para la doctora Clotilde Proveyer Cervantes, profesora de la Facultad de Sociología y experta en el tratamiento a la violencia de género, "con este libro se contribuye no solo a denunciarla, desafiando el silencio, sino también se contribuye a resignificar en el lenguaje y en la práctica social la cultura de la equidad y de los afectos, como la forma superior de relación entre los géneros".
"Se dice que las mujeres hemos avanzado mucho y es cierto. Pero no lo suficiente. Seguimos, en muchas ocasiones, educando a nuestros hijos de manera machista, asumiendo todo lo doméstico sin imponernos; los hombres siguen ejerciendo su masculinidad a partir de la subordinación de las mujeres. Por eso es tan importante visibilizar los actos de violencia, para desmontar la aceptación social de la subordinación de la mujer", precisó Rubiera.
Una opinión autorizada
El valor principal de este libro "radica precisamente en constituir un desafío al silencio que sobre la violencia contra las mujeres ha existido en nuestro entorno social. Estremece, obliga a la reflexión y nos muestra cuán dañino es el silencio que, desde el desconocimiento o el temor, nos convierte en cómplices de una de las lacras más antiguas de la humanidad", aseveró la doctora Clotilde Proveyer en la primera presentación del libro, el pasado noviembre, en el espacio Mujeres en líne@, que organiza el Programa de Estudios de la Mujer, de la Casa de las Américas.
Proveyer explicó cómo los testimonios recopilados por Rubiera "muestran las disímiles manifestaciones que asume el maltrato de género y las muchas máscaras mediante las cuales disfraza su acechanza: violaciones, incesto, chantajes, suicidios inducidos, humillaciones y hasta el silencio, que puede convertirse en depredador cuando su fin es anularnos, convertirnos en objeto".
"Estamos ante historias que, aunque comunes a las de millones de mujeres en el mundo, cada una es única e irrepetible. Estamos, por tanto, en presencia de historias de mujeres que necesitan el apoyo de otras y otros muchos para poder cortar la espiral del maltrato. El libro explica en la voz de cada una de ellas cuán contradictorio es el proceso para salir del ciclo de la violencia, precisamente porque ha sido naturalizado e invisibilizado a través de siglos de pervivencia de la cultura patriarcal".
*Agrupación de mujeres comunicadoras, nacida en 1993 en Cuba, que buscó profundizar en el estudio de los temas de género. Tuvo corta vida, apenas tres años, pero aglutinó a reconocidas periodistas, artistas e investigadoras y evidenció la necesidad de reflexionar sobre la posición desigual que ocupan mujeres y hombres a partir de la construcción social que se erige sobre el hecho biológico de ser de uno y otro sexo.
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