sábado, diciembre 25, 2010

Perú: El machismo sigue matando a las mujeres

Julia Vicuña Yacarine
(Especial de SEMlac).- La violencia cobra, día a día, la vida de más de 10 mujeres, mientras las acciones que se emprenden desde el Estado peruano resultan insuficientes para protegerlas o garantizar justicia a las víctimas.

Jeannette Llaja, directora de la DEMUS, organización no gubernamental feminista, reconoce avances, al tiempo que lamenta que la legislación y el sistema no protejan debidamente la integridad de las peruanas.

¿Cuál es el tratamiento que se da a la violencia hacia la mujer?

En el Perú, si bien se ha aprobado el Plan Nacional contra la violencia hacia la mujer, en realidad lo que más se ha trabajado es violencia familiar, pero no como violencia contra la mujer en el ámbito de la familia.

El Estado tiene dos aproximaciones diferentes a la problemática, a través del Programa Nacional de Violencia Familiar y sexual, que tiene la preocupación por niñas, niños, adultos mayores, además de las mujeres, y el otro es el Plan Nacional contra Violencia hacia la Mujer, que responde a los estándares internacionales de derechos humanos, con enfoque de género, y establece que la violencia contra ella, en el fondo, es un problema de discriminación sexual, cuya causa es el machismo.

Ahí hay toda una discusión sobre qué se va a priorizar; situación muy injusta para las mujeres, porque nos coloca a competir, como si se tuviera que demostrar qué es más grave, la violencia contra niñas, niños y adolescentes, adultos mayores o la que ellas sufren, cuando la idea no es esa. Cada problemática en sí misma es grave y debería tener aproximaciones diferentes.

En el Congreso de la República la Ley de Violencia Familiar y Sexual está siendo revisada, ¿habrá cambios fundamentales?

La ley se adoptó en 1993 y ha tenido una serie de modificaciones, pero el balance ahora, después de casi 17 años, es que no sirve, algo que nosotras ya hemos explicado porque tiene un enfoque "familista", desconoce a los sujetos que están dentro de la familia, carece de enfoque de género y, además, establece un procedimiento de carácter civil muy largo.

Ahora, en esta Comisión Revisora hay tensiones. Está la corriente que quiere que se siga hablando de violencia familiar —que es la que va ganando— y hay una propuesta de algunas organizaciones de la sociedad civil, según las cuales esta es la oportunidad de trabajar una ley de violencia contra la mujer en sus diferentes espacios. No sabemos qué es lo que finalmente saldrá.

¿Cuáles son los principales obstáculos que tienen que enfrentar las mujeres para acceder a la justicia? ¿Hay formas de impedir la impunidad a los agresores?

Hay un tema normativo que se tendría que mejorar, pero más allá de lo normativo, está el asunto de la discriminación y los sesgos de género que trascienden a policías, jueces y todo.

Existen estudios sobre procesos de la Defensoría del Pueblo, 2005-2006, por faltas en casos de violencia familiar, que dicen que al final no se sanciona o se sanciona muy poco. Y cuando se sanciona, se utiliza la figura "reserva del fallo condenatorio", por el cual, se dice de que sí es culpable, pero como no tiene antecedentes penales, y dadas las características del caso, éste queda en nada.

Y cuando se ve el tema de las reparaciones, son absolutamente ridículas. Recuerdo el caso de una mujer que le habían roto el tabique y le dieron diecisiete dólares y ochenta centavos de reparación, monto que ni siquiera cubría lo que ella gastó en trasladarse al juzgado. Además, la tendencia que todavía existe es promover conciliaciones, pese a que la ley no las prevé en procesos penales de faltas contra la persona.

Más de 10 mujeres mueren víctimas de la violencia, muchas de ellas a manos de sus parejas ¿cómo poner alto a esta situación?

Un dato interesante en los registros de feminicidio tiene que ver con violencia familiar previa. En ese sentido, uno puede poner alto a esto: si el sistema funcionara se podrían prevenir estos crímenes.

Pero obviamente, no solamente depende de eso. Existe un Plan Nacional contra la violencia hacia la mujer 2009-2015, que teóricamente traduce la política nacional contra la violencia hacia la mujer, pero el desafío es mucho mayor pues los sectores no trabajan intersectorialmente y, por lo tanto, la prioridad de uno, no es la del otro. El plan implica acciones intersectoriales de prevención, atención, investigación.

¿Por qué hay tanta resistencia a legislar sobre la violencia contra la mujer?

Creo que es producto de una cultura patriarcal y machista que impera aquí. Las mujeres tenemos derechos, el Código Civil y la Constitución dicen que tenemos los mismos derechos, pero la preocupación de algunos es "pobres los hombres que están siendo violentados", porque hay hombres violentados.

Efectivamente lo son, nadie dice que no, ni que las mujeres son santas y ellos los malos. Pero se busca invisibilizar que todavía existe machismo y discriminación, eso por un lado. Y de otro, es que en el fondo está la lógica de ver a la familia como un sujeto de derechos. Más allá de ser la familia un espacio importante para las personas, su unidad no puede ser superior a lo que significa el resguardo de la integridad de las mujeres.

Seguramente habrá otros espacios donde no se ha legitimado la violencia contra nosotras o la violación de nuestros derechos, pero en la familia sí lo ha sido. Seguir pensándolo como núcleo sí es peligroso para las personas que han sido afectadas, como son las mujeres, niñas y niños.

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