viernes, julio 30, 2010

SIDA sin Género, más desigualdad...

Por Silvina Molina /Mujeres
Más de 20 mil personas de 185 países se reunieron en Austria, para debatir sobre la realidad científica y social del VIH/sida. En la tierra de la Emperatriz Elizabeth (Sissi), que peleó toda su vida contra las normas pacatas establecidas en su época, mujeres de todo el mundo se encontraron para hablar e intercambiar ideas que ayuden a evitar que el vih/sida se siga expandiendo. El empoderamiento fue uno de los temas centrales, aunque para muchas, con eso no alcanza.

En la Conferencia Mundial de Sida de 1993, en Berlín, fue un hombre el que habló de la situación de las mujeres que viven con vih/sida. En el encuentro 2010 las mujeres se hicieron oír y presentaron decenas de experiencias de empoderamiento. Si bien la feminización de la epidemia formó parte de casi todas las exposiciones, son muy pocas las que ocupan cargos de decisión en políticas de sida, y cada vez son menos los recursos para financiar sus necesidades.

“Hemos fracasado en lograr que las mujeres estén en el centro de nuestras políticas”, reconoció Michele Sedibé, titular de ONUSIDA. Las cifras le dan la razón: hay 16 millones de mujeres que viven con el virus en el mundo. Según el funcionario, el organismo internacional ampliará su agenda para incluir más proyectos, priorizando la participación y educación sexual de las jóvenes, la capacitación para evitar la transmisión madre-hijo/a, y medidas concretas contra la violencia de género.


El funcionario se comprometió a reforzar los lazos entre el movimiento de mujeres y el movimiento de organizaciones que trabajan en el mundo del sida.

Así como Viena permitió visualizar a mujeres de todas las edades, clases sociales, creencias y actividades (hindúes, africanas, indígenas que han adecuado sus prácticas preventivas a sus culturas; mujeres amas de casa, científicas, futbolistas, funcionarias y hasta la princesa de Noruega Mette Marit y la cantante y activista contra el sida Annie Lennox), también posibilitó recordar que las mujeres de entre 15 y 49 años son las más afectadas por la pandemia, y que las estrategias de igualdad de género han demostrado no ser contundentes en la respuesta al vih.

Por primera vez en la historia de la Conferencia, más de la mitad de las exposiciones estuvieron relacionadas con la mujer, y más de 80 reuniones, talleres y eventos se dedicaron a ellas. Pero para las activistas, esto no es suficiente.

“Nuestros cuerpos, nuestros derechos”

Uno de los anuncios más celebrados en la Conferencia, fue la presentación de los resultados de un estudio que muestra que un gel vaginal microbicida que contiene un antirretroviral, puede provocar una fuerte baja del riesgo de infección con vih entre las mujeres. Siempre y cuando se use debidamente, este gel reduce hasta el 54% el riesgo de infección del vih con respecto a un gel vaginal que no contiene nada, según un estudio realizado por Salim y Quarraisha Abdul Karim en más de 800 mujeres en África.

Los microbicidas son productos que pueden ser aplicados en la vagina o en el recto. Este estudio se limitó a examinar su uso en la vagina. Si el gel fuera comercializado, podría evitar 1,3 millones de infecciones y más de 800.000 muertos en 20 años, según Salim Abdul Karim.

"Damos esperanza a las mujeres -estimó Michel Sidibé-, ya que ellas representan más de la mitad de las nuevas infecciones en el mundo”.

“Esta es una herramienta de prevención que daría a las mujeres mayor control sobre su salud y sus vidas", dijo Julio Montaner, presidente de AIDS 2010.

En un panel de debate del que participaron, entre otras, la mexicana Eugenia López Uribe, especialista en derechos sexuales y reproductivos, se advirtió que el acceso al aborto legal y seguro “no se aborda en relación con la política del vih”.

“A veces, incluso en países donde el aborto es legal, las mujeres prefieren ir a proveedores clandestinos, debido a que continúa el estigma y la sentencia social sobre el cuerpo de las mujeres, a las que se las sigue considerando sólo reproductoras. Esto coloca a las mujeres, especialmente jóvenes, pobres y viviendo con vih, en riesgo de perder sus vidas o de sufrir de complicaciones innecesarias”, advirtió.

En otro panel, se insistió en reforzar las recomendaciones elaboradas por la Organización Mundial de la Salud en 2009, en relación al tratamiento antirretroviral de las mujeres embarazadas y la lactancia, las cuales se consideran “una importante oportunidad y un desafío para poner en práctica intervenciones más eficaces en entornos con recursos limitados, y promover así la salud de la madre y el niño”.

Involucrar a las jóvenes

En los más de ochenta espacios destinados a debatir cuestiones de género dentro de la Conferencia, se insistió en la necesidad de involucrar a las jóvenes y de la urgencia de planes concretos de educación sexual desde la niñez.

“Las mujeres jóvenes son cada vez más vulnerables al vih, con casi el 45 por ciento de las nuevas infecciones en personas de entre 15 y 24 años”, señaló la argentina Mabel Bianco, de FEIM, durante un debate organizado por Women Arise (Mujeres Arriba) que visibilizó el crecimiento de la epidemia entre mujeres y niñas.

Al inicio y al final del evento, se realizaron Foros Juveniles, donde las temáticas se centraron en capacitar a la juventud para que sea protagonista en sus comunidad; también se habló sobre la prueba del vih para embarazadas, los cuidados prenatales, la confidencialidad del test de sida y la discriminación laboral.

Violencia y empoderamiento

La situación de las mujeres positivas en Europa del Este y en África, ocupó los debates. La cantante Annie Lennox criticó a los gobiernos de esa parte de Europa por la propagación de la pandemia, durante el cierre de la marcha que se realizó por las calles de Viena reclamando por los derechos de las personas que viven con vih/sida.

Entre las experiencias que llevan adelante las mujeres en todo el mundo, se destacó la presentación de un documental que muestra a un grupo de mujeres positivas de uno de los municipios más pobres de Zimbabwe, quienes formaron un equipo de fútbol para competir en un torneo. El objetivo es luchar contra el estigma, demostrando a todo el mundo que “se puede ganar el trofeo”.

Esta historia de vida se convirtió en una película que da valor a las personas que viven con el virus, mostrando que ellas pueden hacer lo que nadie más puede hacer, siempre y cuando tengan el tratamiento a disposición.

Desde el mismo país, Victoria Everjoice, representante de ActionAid Internacional describió la magnitud de la violencia perpetrada contra mujeres y niñas en todo el mundo: “La desigualdad de género provoca violencia, que es la causa y consecuencia del vih”, destacó, resaltando que una mujer positiva “es más vulnerable a sufrir violencia sexual”.

Redes de mujeres

La Comunidad Internacional de Mujeres que viven con vih/sida (ICW Global), que preside la argentina Patricia Pérez, organizó distintos encuentros para que ellas puedan hablar de sus logros y proyectos: desde debates hasta una fiesta.

En una reunión satélite, se debatió sobre la solidez y el éxito de las redes de mujeres positivas, dirigidas por y para ellas, en respuesta a las carencias que afrontan a diario en sus comunidades.

Destacaron el apoyo mutuo y la mejora de la calidad de vida, la capacitación de sus integrantes para generar incidencia en las áreas de políticas públicas de sus países, y la transferencia de conocimientos y estrategias de promoción.

“Cada una tenemos habilidades que debemos potenciar, no podemos solas, tenemos que complementarnos”, dijo Pérez, fundadora de la primera red de mujeres positivas, y agregó que si bien hay avances, “todavía existen mujeres violentadas, discriminadas, que temen ser visibles. Enredadas ayudamos a construir nuestras vidas a partir de un resultado positivo, porque cuando te dan el análisis, nadie te contiene, la contención la logramos entre todas”.

Por su parte Angelina Namiba de Positively UK, explicó cómo construyeron redes en Kenia: “Es importante tener una visión clara y trabajar juntas, y para eso también necesitamos de equipos interdisciplinarios”.

Naina Khana, de PWN USA, resaltó el trabajo voluntario de las mujeres enredadas y reconoció que, si bien es una fortaleza, también se convierte en una dificultad, porque las mujeres ocupan diversos roles y “se les dificulta militar voluntariamente, entonces los problemas de dinero afectan la participación”.

Desde su experiencia en Asia, Kirenjit Kaur habló de las dificultades idiomáticas que impiden llegar a las mujeres de comunidades apartadas de las ciudades. Por eso, elaboran materiales que sean fáciles de traducir a distintos idiomas y dialectos. También habló de la necesidad de generar recursos para que las mujeres mejoren sus ingresos.

Jennifer Gatsi Mallet es de ICW Global Namibia y trabaja en redes con otras organizaciones sociales para empoderar a las mujeres: “Hay que complementarse y trabajar de abajo hacia arriba”, resaltó.

El debate se cerró con la intervención y preguntas de mujeres y varones que fueron a escuchar el panel. La socióloga mexicana Eugenia López Uribe instaló el tema del feminismo y la incorporación de las mujeres positivas ¿Cuál es la realidad? ¿Trabajan en conjunto los movimientos de mujeres con las redes de mujeres que viven con vih/sida?

http://clarianacomunicacion.blogspot.com/2010/07/internacional-viena-sida-sin-genero-mas.html

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