
En la reunión realizada los días 17 y 18 de Julio del 2010, mujeres Náhuatl, Popolucas, Zapotecas, Ayuujk, Chinantecas, Ñu Savi, Triquis, Ikoots, Nahñu , Tseltales, y Chatinas; repudiaron la militarización y concluyeron:
El Estado Mexicano tiene una deuda histórica- social, económica, política, cultural y ambiental con los pueblos, las abuelas, mujeres y niñas indígenas de México; 518 años hemos vivido racismo, discriminación y exclusión sistemática por quienes han ostentado el poder político, económico, social y cultural de este país.
Por lo que rechazamos la violencia institucional que ha ido en aumento y agrava diferentes tipos y ámbitos de violencia incluyendo la violencia de género y violencia feminicida, y por lo consiguiente no habrá estado de derecho en tanto no se respeten los derechos humanos, no se cumplan las leyes por parte del gobierno, así como el respeto a nuestros sistemas normativos, y no existan garantías de seguridad.
Repudiamos la constante militarización del país por que ha generado una invasión justificada a nuestros territorios por parte del estado.
Rechazamos la violación a nuestros derechos individuales y colectivos en la violencia sexual y la utilización del cuerpo femenino por parte del estado mexicano para deslegitimar la lucha de nuestros pueblos.
Exigimos al gobierno el cumplimiento de los instrumentos internacionales relativos a pueblos indígenas y mujeres, así como las recomendaciones del Foro Permanente Indígena de Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Exigimos al Gobierno Federal el cese inmediato del estado de sitio que vive el Municipio Autónomo de San Juan Cópala y la pronta solución y castigo a los responsables del asesinato de Teresa Bautista, Felicitas Martínez, Alberta Cariño Trujillo, Jiry Jackola, Timoteo Alejandro Ramírez, Tleriberta Castro, de este etnocidio y responsabilizamos al Gobierno del Estado de Oaxaca de esta situación.
Nos sumamos a la declaración emitida por las hermanas indígenas y afrodescendientes en Brasilia, en el marco de la Undécima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe y la Diáspora, respecto a que no somos grupos vulnerables, sino sujetas de derecho.
Nos comprometemos a seguir fortaleciendo liderazgos diversos de mujeres indígenas con perspectiva de género y intergeneracional.
Pugnamos por el derecho a la paz y desarrollo de los pueblos indígenas desde nuestra cosmovisión, para que se traduzca en el buen vivir.
Los pueblos indígenas no reconocemos el festejo del Bicentenario y Centenario de la colonización, pues nuestra resistencia no parte de la legitimación del dominio sino del reconocimiento de los derechos ancestrales y actuales que nos permite seguir existiendo.
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