Compañeras y compañeros de la Presidencia, colegas que desde México, España, Venezuela, Colombia y Francia nos visitan. Compañeras y compañeros de profesión de todo el país que compartirán estos 3 días de encuentro, Personalidades del mundo académico cubano y de otras instituciones que nos acompañan hoy...
...Hace más de dos siglos, en 1762 las vecinas y vecinos de San Cristóbal de La Habana amanecieron bajo el fragor de la artillería de la armada británica. Los ingleses pretendían apoderarse de la villa y su estratégico puerto.
Un grupo de civiles encabezados por Pepe Antonio, un hijo de Guanabacoa, ese místico pueblo que se levanta del otro lado de la Bahía, ofreció heroica resistencia a la ocupación. Hasta ahí cuentan los libros de historia escritos desde la visión androcéntrica.
Sin embargo, un grupo de mujeres habaneras envió un memorándum al Rey Carlos III de España para protestar airadamente por la entrega de la plaza y la dejación en manos de los civiles la defensa de la villa. Se afirma que fue escrito por la marquesa Jústiz de Santa Ana, quien incluso en composición poética llegó a escribir:
Tú Habana capitulada
Tú en llanto, tú en exterminio
Tú ya en extraño dominio
Qué dolor, oh patria amada
Pero de este hecho apenas se habla, ha sido rescatado y reivindicado en los últimos años por las críticas literarias cubanas que desde la perspectiva de género re-leen nuestro acervo cultural y el encuentro3aporte de las mujeres a lo que llamamos el proceso de formación de la nación.
Este ha sido, precisamente, el espíritu que ha marcado los encuentros de género y comunicación desde su nacimiento en 1993: visibilizar y dar voz a las mujeres en los medios de comunicación, abordar la problemática de las comunicadoras, investigar los procesos de construcción del discurso mediático que perpetúan la discriminación y la exclusión por razones de género.
A la agenda del encuentro se han ido sumando durante este período nuevos temas en la misma medida en que el hacer, el quehacer y el pensar han develado las complejidades de un fenómeno que se articula con otras formas de discriminación y que se nutre de un andamiaje complejo de mecanismos para perpetuarse y reciclarse.
Ahí tenemos, por sólo poner un ejemplo de este reciclaje a tono con los tiempos, pero sin un cambio en la esencia, que 80 años después de la creación de la factoría Disney, aparece en las grandes pantallas, sumándose a sus ya clásicas princesitas que aparecen en toda clase de merchandisin desde mochilas a cajitas para lápices, la primera princesita negra, muy a tono con los nuevos inquilinos de la casa Blanca. Como aquellos, expresión del discurso políticamente correcto, y nada más.
La centralidad de los medios en la conformación de los imaginarios de nuestros días ha dejado de ser una formulación manejada solamente por los teóricos, para convertirse en experiencia de vida de los habitantes de este planeta. Es un espacio donde se construye y negocia el poder, no sólo en su expresión más instrumental, sino en su dimensión simbólica que resulta a la larga la más redituable. Ya lo decía Virginia Wolf en su ya clásica obra Una Habitación Propia”: “es más difícil asesinar a un fantasma que a una realidad”.
Constructores de los mitos de nuestros días, ellos pueden perpetuar los mecanismos de la discriminación y la subordinación o por el contrario resultar aliados para propiciar elementos hacia el cambio.
Así lo asumía, ya en la década del 60 Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, impulsora de la creación de estos encuentros y quien en varias ocasiones compartió con las y los participantes en ellos, permítanme, citarles un párrafo del discurso que pronunciara en el 40 aniversario de la Revista Mujeres:
“Para nuestra organización, desde sus primeros días, el hecho de contar con la posibilidad de un órgano de prensa de circulación nacional, nos abrió el camino de una vía esencial para hacer llevar el mensaje revolucionario a las mujeres y nos obligó a diseñar, desde entonces, estrategias de comunicación encaminadas a hacer de la revista una herramienta para remover atávicas prácticas y creencias, prejuicios y saberes establecidos por una cultura centenaria que por más de cinco siglos había legitimado varios sistemas de opresión.”
De ese entonces a la fecha la Unión de Periodistas de Cuba ha sido no sólo un aliado de primer orden en la labor de sensibilizar y capacitar en estos temas, sino que entre los objetivos de trabajo de la organización profesional ha estado promoviendo con acciones específicas esta labor, pudiéramos mencionar en este sentido la creación del Círculo Especializado de Género y Medios de Comunicación, la creación de la Cátedra de Género y Comunicación Mirta Aguirre en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y la celebración anual de un diplomado sobre el tema del que se han efectuado siete ediciones.
Esta alianza entre la organización de las mujeres cubanas integrada en la actualidad por más de 4 millones de mujeres y la UPEC se ha fortalecido aún más a partir de la formulación del Plan de Acción Nacional de la República de Cuba de seguimiento a Beijing.
La celebración ininterrumpida de estos encuentros por 18 años es tal vez una síntesis de este trabajo conjunto.
Compañeras y compañeros:
El Comité Organizador les agradece su presencia en este noveno encuentro que se celebra en momentos cruciales para el planeta, para Iberoamérica y para Cuba.
La llamada crisis económica global, más que una de las crisis cíclicas del capitalismo, es una profunda crisis civilizatoria, la crisis de un modelo de vida depredador que está acabando con el planeta, y con la especie humana.
En el caso particular de América Latina, la región del mundo donde es más desigual la distribución de la riqueza y donde las políticas neoliberales han medrado a nuestros pueblos, se afirma que la pobreza tiene rostro de mujer y de niña. Pero al mismo tiempo se viven procesos de rescate de soberanía e identidad nacionales, y se promueven nuevas formas de relación e intercambio.
Es esta también la región del mundo donde es más peligroso ejercer el periodismo, pues impunemente se amenaza, coacciona o asesina a integrantes de nuestro gremio.
En el caso de Cuba, se ha visto en los últimos meses sometida al recrudecimiento de una campaña encuentro4mediática orquestada desde los centros de poder hegemónico y replicada desde ciertos países de la Unión Europea, que tergiversa, manipula, distorsiona y en ocasiones miente abiertamente sobre la realidad de nuestro país y las circunstancias en que trata de construir una sociedad más justa y equitativa.
Con una lupa cuyo lente deforma y distorsiona pretenden mirar nuestra realidad que, por supuesto, no está exenta de dificultades y problemas… y con un manto de silencio intentan ocultar nuestros logros.
Pudiera señalar, por su abierto cinismo, como ejemplo de esta política desinformativa el silenciamiento en la llamada gran prensa de la presencia del personal médico cubano en Haití, que ya prestaba ayuda solidaria allí, pero que creció rápidamente desde las primeras horas del terremoto, y que movilizó a graduadas y graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina formados gratuitamente aquí, bajo la ética de la solidaridad y la vocación de servicio que ha caracterizado a la Revolución cubana. Brigada, que con una gran presencia de mujeres, permanece allí viviendo en difíciles condiciones ayudando a la rehabilitación de miles de amputados y mutilados de todas las edades.
Un análisis de contenido en cinco de los principales diarios norteamericanos arrojó que sólo en uno de ellos había aparecido una información sobre el tema; y con estupor la audiencia en nuestro país, vio el reportaje de la CNN donde entrevistaban a un médico cubano, mientras el generador de caracteres sin embargo, afirmaba: “médico español”…
Pero, muchas de las ponencias y productos comunicativos que se traen a esta edición de nuestro encuentro son ejemplos de que otra comunicación es posible, y de que hay múltiples estrategias para transgredir ese discurso mediático homogenizador.
Dejemos pues espacio a las presentaciones, debates y talleres. Me complace sobremanera reiterarles la bienvenida a La Habana y a este IX Encuentro Iberoamericano de Género y Comunicación y vuelvo a recurrir a los versos de una escritora, en esta ocasión, Dulce María Loynaz, para definir el periodismo incluyente, no sexista, plural y responsable que necesita y demanda el siglo XXI: debe ver más allá del mundo circundante y más adentro en el mundo interior, pero no detenerse allí, sino saber hacer ver a los demás lo que se ha visto.
(Cortesía: Cubaperiodistas.com / Fotos: Tomás Inda)
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