La decisión de proclamar el “28 de Mayo, como día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer” fue tomada en la reunión de integrantes de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales Reproductivos realizada al terminar el V encuentro Internacional sobre salud de la mujer, en Costa rica en Mayo de 1987.
Desde entonces, se conmemora el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer con el propósito de reafirmar el derecho a la salud como un derecho humano de las mujeres al que deben acceder sin restricciones o exclusiones de ningún tipo, y a través de todo su ciclo de vida.
Se apoya la acción por la salud de todas las mujeres y por los derechos fundamentales de las personas a acceder a los métodos necesarios para sostener una vida digna y de desarrollo pleno. Es imprescindible que todas las instituciones públicas, así como toda la sociedad perseveren en el progreso y en el acceso a la salud reproductiva y sexual de las de las mujeres, consolidando el ejercicio de un derecho universal que permanece todavía en la sombra en muchos lugares del mundo.
En el año 2009 las dos primeras causas de muerte de las mujeres fueron por diabetes mellitus y por tumores malignos. El desarrollo de cáncer está fuertemente asociado a la salud reproductiva. Una de cada muerte por tumores corresponde a cáncer cervicouterino o de mama.
El virus de papiloma humano es un condicionante de riesgo para el desarrollo de cáncer cervicouterino y están afectadas por éste el 80% de las mujeres con vida sexual activa. Entre las personas en edad fértil que se encuentran unidas, el 65% son usuarias de métodos anticonceptivos, con preferencia por metodología hormonal y preservativos.
La muerte materna es un indicador de desarrollo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para designar a las mujeres que mueren durante el embarazo, el parto y el puerperio, considerando un periodo entre la concepción y hasta 42 días después del parto. Recientemente se ha extendido este periodo hasta un año posparto.
El riesgo de morir de las adolescentes que se embarazan es 1.2 veces mayor que el resto de las mujeres además de otros efectos negativos sobre la salud de la madre y el recién nacido, como es el bajo peso al nacer, el incremento en defectos al nacimiento y el parto prematuro.
Podemos concluir que la defunción materna tiene múltiples factores, ya que influyen, entre otros aspectos, los culturales, los sociales, los geográficos, los económicos y los de atención médica, que al sumarse a las condiciones de la madre, hacen sinergia e influyen al deceso, siendo las principales causas: Preeclampsia-Eclampsia, Hemorragia Obstétrica y los procesos infecciosos obstétricos y no obstétricos. Por tal motivo, evitar la mortalidad materna, no necesariamente depende de la utilización de una alta tecnología, sino del compromiso social a una cultura a favor de la salud, orientada a la promoción y educación en búsqueda del bienestar y con el apoyo invaluable de los medios masivos de comunicación y de la sociedad en general.
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